El consumo adulto de cannabis no es un delito, pero en la Ciudad de México todavía debemos luchar porque no se le criminalice.
Por Genaro Lozano
¿Has caminado por la explanada de la Estela de Luz y percibido el olor a cannabis que sale de los alrededores de las escalinatas que ahí se encuentran? ¿Te ha pasado lo mismo al caminar junto al Jardín Pasteur a un costado del Senado de la República? Se trata de un par de las ‘zonas de tolerancia’ de consumo de cannabis en la Ciudad de México: la policía no te va a detener por consumirla en esos lugares y cientos de consumidores y activistas canábicos se reúnen ahí a disfrutar una sativa, indica o híbrida, a bailar, leer o platicar.
En el caso del Senado son activistas que levantaron el #Plantón420 exigiendo que regulen el mercado de la cannabis en México. Otra está en la Condesa, muy cerca de la Avenida Insurgentes. Las zonas de tolerancia autoimpuestas por colectivos canábicos son cada vez más frecuentes en la capital mexicana. Pero también existen en ciudades estadounidenses donde aún no se regula la cannabis para consumo personal o donde su regulación es muy reciente, como en Nueva York. En Manhattan, entre las primeras zonas de tolerancia canábica está el Washington Square Park, justo uno de los parques públicos más emblemáticos de NY en donde se reúnen estudiantes de NYU, The New School y muchos jóvenes a consumir recreativamente. Desde hace al menos cinco años, la policía ya no les hostiga. Las zonas de tolerancia empezaron para temas como el trabajo sexual, pero se extendieron a otros ámbitos como el consumo adulto de sustancias prohibidas, principalmente la cannabis.
La CDMX, todavía en un limbo legal respecto a la cannabis
Caminar en la CDMX algunas cuadras y no oler a cannabis es ya casi imposible. El consumo es cada vez más común en México y –dado que no ha habido la voluntad política para regular su producción, venta y consumo recreativo– lo que tenemos es limbo legal y mercado ilegal. La Suprema Corte de Justicia ya ha señalado que el consumo adulto de cannabis es parte del libre desarrollo de la personalidad y, recientemente, la Corte volvió a entrarle al tema de la cannabis, pero lo hizo tímidamente y sin terminar de derrumbar el absurdo prohibicionismo que tanta violencia ha dejado en México. La Corte mexicana acaba de declarar que es inconstitucional el criminalizar la posesión de cannabis sin fines de comercio y de decir que criminalizar no ayuda a proteger la salud pública y viola derechos como la intimidad.
Esto suena muy bien, pero lo cierto es que la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) lleva más de una década combatiendo la prohibición. Mediante un amparo buscaban que la Corte no sólo delimitara como inconstitucional el límite de 5 gramos, dispuesto en la Ley General de Salud para posesión de cannabis sin fines de comercialización, sino que (MUCD) se dejara de considerar como criminal la posesión de cannabis sin límites y que este criterio fuese obligatorio para todas y todos los jueces del país.
La decisión, en manos de los jueces
Lo cierto es que la decisión de la Corte fue muy limitada y no será obligatoria, sino discrecional. En otras palabras, una joven podría estar consumiendo un porrito en la Estela de Luz y traer en su mochila dos porros más o hierba, sábanas o una pipa de hasta unos 20 gramos sin que la policía ahí la acosara. Sin embargo, esa misma chava podría subirse al metro y al bajarse en alguna estación en Iztapalapa, Coyoacán o Benito Juárez, si una policía la ve ‘sospechosa’ o “huele demasiado a mariguana”, podrían detenerla y llevarla ante un Ministerio Público por posesión.
Ahí si la persona juzgadora conoce bien los precedentes, dejaría libre a esta chica. Pero si no, o si tiene un prejuicio contra la cannabis, podría retenerla. Esto contribuye a la estigmatización y criminalización. En México tenemos que derribar muchos prejuicios aún. El consumo adulto de cannabis no es un delito. Yo disfruto mucho una buena sativa para dormir; una buena indica para escribir o una híbrida para bailar o ver una película. Hay que salir de los clósets del consumo para derribar el prohibicionismo, que lleguen los dispensarios legales a la CDMX y al país para darle al Estado más impuestos por la regulación de las drogas, que estos se vayan a la prevención y salud y que termine la violencia que genera el absurdo combate contra las drogas. Sigue leyendo:
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