Más allá de las festividades del fin e inicio de año, conocer un buen vino tinto al que siempre puedas recurrir te salvará en más de una ocasión, sobre todo si es versátil y resulta del agrado de la mayoría de las personas con quienes lo compartirás. Aunque el mundo vinícola es amplio y todos tienen preferencias diferentes (ya sabes, “el mejor vino es el que te gusta a ti”), elige el mejor vino recordando estos consejos:
1. Origen del vino: cada zona del planeta transmite un sabor, aroma y textura específico a las uvas que produce. Por ejemplo, La Rioja Alta es la región vinícola más famosa de España y destaca por vinos de excelente calidad con una excepcional capacidad de envejecimiento. Está situada al norte de España, junto al río Ebro, y la elegancia y el equilibrio forman parte de la identidad de sus vinos. Los diferentes tipos de suelo de La Rioja, junto al uso de prácticas modernas y tradicionales, permiten a los enólogos producir un amplio abanico de vino con diferentes personalidades que incluso tienen Denominación de Origen (DO).
2. Tiempo en barrica: el roble es la madera más socorrida para añejar vino porque aporta aromas y sabores diferentes según el tiempo que transcurra en su interior. A mayor tiempo, los aromas frutales se alejan y aparecen los de la madera, especias o tostados, y el color y textura se estabilizan. Con este dato encontrarás cuatro variables de vino: joven, crianza, reserva y gran reserva, siendo el crianza el que agrada a más paladares porque ofrece un punto intermedio entre las frutas rojas maduras y las especias de la barrica.
3. Notas de cata: se trata de los aromas, sabores y texturas que tiene un vino en diferentes momentos; el primero se llama “nariz” y significa servir el vino en una copa y acercar esta directamente a la nariz y aspirar con fuerza para detectar olores como madera, frutos o especias. Luego está la “boca”, que es el primer sorbo que das a la copa y donde se identifican sabores que pueden ser potentes, intensos, suaves, frutales o incluso amaderados, pero nunca deben ser desagradables o agrios. El postgusto es el último paso, y es cuando el vino ya pasó por la garganta y deja alguna sensación de sabor, así como de temperatura.
4. Maridaje: un crianza, siguiendo el ejemplo, es el acompañante ideal para todo tipo de carnes, asados, quesos curados o embutidos. Puesto que estos platillos se sirven en la mayoría de ocasiones, puedes ir a lo seguro con él porque será perfecto bajo cualquier circunstancia.
5. Félix Solis Avantis: esta casa ofrece vinos de las DO regionales más destacadas de España (además de la ya mencionada La Rioja, también de Ribera del Duero, Rueda y Toro, Valdepeñas y La Mancha, y bodegas en Chile y vinos de Nueva Zelanda), por lo que gozan de los máximos estándares de los sitios que producen sus uvas y elaboran sus productos. Cada vez escucharás con más frecuencia su nombre en México, dada su altísima calidad y exquisito sabor, y estarás sirviendo vinos que incluso han ganado premios internacionales. Ya los encuentras en La Comer, Chedraui (solo CdMx) y La Europea, así que prepárate a quedar bien en todas las mesas donde haya algo que festejar.
Tip extra de un profesional: para elaborar el crianza Castillo de Albai, las uvas se cosechan en condiciones óptimas de maduración y la maceración se produce en frío para extraer el color y aromas frutales durante ocho a 10 días. La fermentación sucede a temperaturas de entre 25 y 28 ºC durante ocho y 12 días en depósitos de acero inoxidable para luego hacerse una maceración postfermentativa de entre cinco y 10 días. Por último, el vino permanece 12 meses en barricas nuevas de roble americano y completa su ciclo de envejecimiento en la botella.
