Cada 6 de enero, las familias mexicanas se reúnen para compartir un momento único alrededor de la mesa: partir la famosa Rosca de Reyes. En este día, los niños se emocionan, el aroma del chocolate llena el aire, y después de abrir los regalos dejados por los Reyes Magos, todos se sientan con una pregunta común: ¿quién encontrará el niño escondido en su pedazo de pan?
Aunque muchas personas participan en esta tradición con alegría y entusiasmo, pocos conocen su origen, una historia que se remonta a un episodio bíblico cargado de tragedia. La Rosca de Reyes no es solo una delicia navideña, sino un recordatorio de un evento sombrío: el intento del rey Herodes I por eliminar a un niño que, según las profecías, nacería para convertirse en un monarca más poderoso que él. Esta es la historia detrás de la tradición.
La Masacre de los Inocentes: la tragedia de Herodes
Según el Nuevo Testamento, antes de llegar a ver al niño Jesús, los Reyes Magos visitaron a Herodes, el rey de Judea. Herodes I, conocido también como Herodes El Grande, fue un monarca cruel y sanguinario que gobernó sobre Judea y otras regiones durante el siglo I d.C. Fue célebre por sus grandes obras de construcción, pero también por su reputación de tirano.
Cuando los Magos llegaron a su corte, le hablaron de un niño recién nacido, un rey que llegaría a ser “el rey de reyes”. Alarmado por la posibilidad de que este niño desafiara su poder, Herodes no dudó en tomar medidas extremas. En un acto de brutalidad, mandó ejecutar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores, para evitar que el niño mesiánico sobreviviera.
Este acto, conocido en la tradición cristiana como la “Masacre de los Inocentes”, se narra en el Evangelio de Mateo (2:16-18), que relata:
“Entonces Herodes, al verse burlado por los sabios, se enfureció mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores, según el tiempo que los sabios le habían indicado”.
El nacimiento de la Rosca de Reyes
Aunque la tradición de la Rosca de Reyes tal vez nos parezca mexicana, sus raíces no son locales. Durante la Edad Media, en Europa, los panaderos franceses comenzaron a hornear una pieza de pan en forma ovalada, que simbolizaba el pesebre donde nació Jesús. En aquella época, el pan dulce se convirtió en una forma de conmemorar el nacimiento del Salvador y, por extensión, la visita de los Reyes Magos.
El rito europeo fue importado al continente americano durante la colonización. En México, la tradición fue adoptada, pero con sus propios giros y significados. Si bien la forma de la rosca sigue evocando el pesebre, el simbolismo se amplió, incluyendo un recuerdo del peligro que representaba el rey Herodes para la vida del niño Jesús.
¿Qué representa la Rosca de Reyes?
El símbolo detrás de la Rosca de Reyes es profundo. En la tradición cristiana, el pan no solo evoca el nacimiento de Jesús, sino también la huida de la Sagrada Familia hacia Egipto para escapar de la furia de Herodes. Según la Biblia, José y María tuvieron que esconderse y trasladarse de casa en casa para proteger al niño Jesús de la matanza ordenada por el rey. Esta historia se refleja en el muñeco oculto en la rosca: el Niño Jesús, escondido para salvar su vida.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de México destaca tres elementos simbólicos esenciales de la Rosca de Reyes, cada uno relacionado con el relato bíblico:
Forma ovalada: Representa el amor infinito de Dios, sin principio ni fin.
Frutas secas: Simbolizan las piedras preciosas que decoraban las coronas de los Reyes Magos, quienes trajeron regalos al niño Jesús.
El muñeco: El muñeco de plástico o cerámica que se esconde dentro de la rosca es el símbolo del Niño Jesús, oculto para escapar de la violencia de Herodes.
La ironía de partir la Rosca
Al reflexionar sobre el simbolismo, la experiencia de partir la Rosca de Reyes puede tomar un giro inquietante. Si a alguien le toca el muñeco y, sin querer, lo “decapita”, podría interpretarse como un paralelo con el acto cruel de Herodes, quien ordenó la matanza de los niños. En ese sentido, cortar la cabeza del muñeco, aunque sea una acción inocente, podría ser un recordatorio de la brutalidad de la historia que da origen a esta tradición.
Así, la Rosca de Reyes no es solo un festín de principio de año, sino un recordatorio de la lucha por la vida y la protección de lo sagrado. A través de su forma, sus adornos y su significado, la rosca conecta a las generaciones actuales con una historia que lleva más de dos milenios en la memoria colectiva del cristianismo.