Ya es fin de semana y San Miguel siempre es buen plan
Lo sabemos, hace más calor que nunca y una cerveza bien fría viene a tu mente antes que la imagen de un vaso con agua u otra cosa. Un espacio fresco y cómodo en San Miguel de Allende acompañado de litros y litros de cerveza artesanal de barril perfectamente fría y precisa, sumada a platillos que no decepcionan al paladar, es exactamente lo que tú y todos necesitamos. No lo piense demasiado y fúgate con tus amigos cualquier fin de semana y deja que el viento te refresque cuando viajes en la carretera.
El ambiente relajado de la ciudad más bonita de México y su atmósfera colonial van de la mano con la atmósfera que se experimenta en Allende Tap Room. Se trata del primer centro de consumo de la cervecería artesanal Allende. Este lugar tiene a la disposición de los cerveceros ocasionales y de cepa, toda la variedad que la cervecería fundada en 2014 ofrece en barril. Puedes dejarte llevar por el sabor de una cerveza tipo Brown Ale, una Golden Ale no puede faltar durante la comida después de esta y si quieres probar algo más, también puedes pedir una Agave Lager.
En Allende Tap Room han preparado un maridaje sugerido en el menú para cada una de sus cervezas. Las opciones van desde las clásicas costillas de res acompañadas con elote amarillo, pasando por el pastel de elote acompañado de plátanos con crema ácida y crema de cabra hasta llegar a las infaltables sliders que vienen con aguacate, chutney de tómate picosito y tocino crujiente. Al igual que tú, nosotros también nos imaginamos ese primer trago perfecto de cerveza fría después de los alimentos.
Tampoco puedes dejar de probar el aguachile de camarón con cilantro, cebolla morada, pepino y vinagreta de cítricos en este espacio donde la madera predomina en diferentes acabados y texturas que te invitan a permanecer un largo rato. De igual forma puedes comer y beber en las mesas que se encuentran al exterior, recuerda que ahora estás equipado con tu vaso y este ha sido llenado con ese líquido dorado que tanto te gusta.
La idea es que, además de dejarte guiar por las sugerencias, también te atrevas a experimentar con los sabores de los platillos y las diferentes combinaciones que puedes crear con los distintos tipos de cerveza. Podría decirse que es como entrar a la fábrica de chocolates de Willy Wonka y poder probar todos los dulces que quieras sin que nadie te diga nada, solo que al final de la visita pagas tú y no tus padres.