‘Cien años de soledad': secretos y curiosidades sobre la obra maestra de Gabriel García Márquez

Cien años de soledad sigue siendo un fenómeno literario que continúa cautivando a lectores de todas las edades.

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Considerada por muchos como un “Quijote latinoamericano”, Cien años de soledad sigue siendo, más de medio siglo después de su publicación, una de las novelas más influyentes y memorables de la literatura universal.

Con motivo del estreno en Netflix de la reciente adaptación de esta obra maestra, vamos a repasar algunos secretos y curiosidades sobre este fascinante libro que todo amante de la lectura debe conocer.

El proceso de escritura: de la pobreza a la obsesión

García Márquez dedicó entre 12 y 14 meses (de julio de 1965 a agosto de 1966) para escribir Cien años de soledad. Lo hizo en un ambiente de austeridad total.

Durante este tiempo, la familia del escritor pasó por dificultades económicas tan severas que, según el biógrafo Gerald Martin en su libro Una vida, García Márquez y su esposa Mercedes Barcha se vieron obligados a empeñar casi todas sus pertenencias, incluyendo su automóvil, el televisor, la radio e incluso las joyas de Mercedes.

Un lugar clave: el barrio San Ángel Inn

La novela fue escrita en México, específicamente en el barrio de San Ángel Inn, donde García Márquez vivió durante ese período. Curiosamente, en el mismo vecindario vivía su gran amigo y escritor Carlos Fuentes, una de las figuras más destacadas del Boom latinoamericano.

Un libro con un comienzo auspicioso

El primer capítulo de Cien años de soledad causó tal impacto que la editorial Sudamericana le adelantó a García Márquez 500 dólares, un gesto que subrayaba la confianza en el potencial de la obra. Poco después, el 1 de mayo de 1966, el diario El Espectador publicó un adelanto, que fue una especie de reconocimiento al propio García Márquez como reportero estrella del periódico.

Reseñas y piratería: la novela que trascendió fronteras

La primera reseña de la novela la escribió el periodista y escritor argentino Tomás Eloy Martínez. En su análisis, publicado el 20 de junio de 1967 en la revista Primera Plana, afirmó que Cien años de soledad representaba “el sabor de un génesis” para América Latina, un punto de inicio hacia una reflexión profunda sobre la realidad del continente. Sin embargo, la novela también fue objeto de piratería en diversas lenguas, incluyendo el árabe y el chino, lo que da cuenta de su enorme popularidad a nivel global.

Un libro que dejó huella: de Barack Obama a la fauna

El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, confesó en una entrevista con la crítica literaria Michiko Kakutani que Cien años de soledad es uno de sus libros favoritos y que lo recomendó a su hija Malia. Además, el impacto de la obra llega incluso al ámbito científico. En 2002, una especie de termita fue bautizada como Macondianus en honor a Macondo, el mítico pueblo de la novela, pues su hallazgo fue tan raro que solo podía ocurrir en un universo literario como el de García Márquez, donde las hormigas tienen un papel crucial.

Un Quijote de Macondo: la visión de Carlos Fuentes

Carlos Fuentes no dudó en considerar la obra de García Márquez como una reinterpretación del Quijote en clave latinoamericana. Escribió a Julio Cortázar: “Un Quijote capturado entre las montañas y la selva, privado de llanuras, un Quijote enclaustrado que por eso debe inventar el mundo a partir de cuatro paredes derrumbadas”. Según Fuentes, la novela de García Márquez es una metáfora literaria del paso de lo real a lo imaginario, un reflejo prodigioso de la existencia humana.

A más de 50 años de su publicación, Cien años de soledad sigue siendo un fenómeno literario que continúa cautivando a lectores de todas las edades.

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