La Biblia es uno de los libros religiosos que nos habla sobre el fin del mundo como un escenario de sufrimiento y caos. En sus páginas, específicamente en el sexto capítulo del Libro de las Revelaciones, podemos leer una escena dantesca: cuatro corceles imponentes emergen cargando en sus lomos a cuatro hombres de distinto aspecto entre sí. A estas siniestras apariciones se les llama los cuatro jinetes del Apocalipsis.
El primer jinete, un conquistador con arco y corona, monta un caballo blanco, que los estudiosos de la Biblia interpretan a veces como símbolo de Cristo o del Anticristo.
Por su parte, el segundo jinete lleva una gran espada y monta un caballo rojo, que simboliza la guerra y el derramamiento de sangre.
El tercero lleva una balanza y viaja a lomos de un caballo negro, y simboliza el hambre.
Por último, el cuarto jinete monta un caballo pálido que se identifica a menudo con la Muerte.
Estas figuras representan las que serían las desgracias más graves de la humanidad: el hambre, la guerra, la peste y la muerte, según la iconografía judeocristiana. En concreto, representan símbolos de angustias fundamentales que los humanos hemos compartido desde tiempos antiguos.
El significado de los objetos
Hay que destacar que los objetos que portan cada uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis tienen una fuerte carga simbólica. El primero, a menudo descrito como el vencedor, porta un arco cargado con flechas, que usaría para terminar con el dominio maligno en la Tierra.
El segundo carga una espada enorme, la cual simboliza la violencia en la guerra. El tercero lleva consigo una balanza, que se interpreta como signo de justicia. Asimismo, el jinete que cabalga en un caballo blanco empuña una hoz, símbolo de la muerte.
¿Qué acontecimientos reales originaron la figura de estos personajes?
Los historiadores han señalado que en el siglo XIV se produjeron una serie de acontecimientos que podrían considerarse un eco de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. Las Cruzadas, una serie de guerras entre cristianos y musulmanes, representan la conquista.
La Guerra de los Cien Años, un largo y sangriento conflicto entre Inglaterra y Francia, podría considerarse una representación de la guerra. La peste bubónica, que mató a millones de personas, representa el hambre.
Y la Gran Hambruna de 1315-1317, que también causó muertes y sufrimientos generalizados, podría considerarse una representación de la muerte.