Una investigación se dio a la tarea de resolver este dilema de la amistad sincera entre hombre y mujer. Esto fue lo que encontró.
Las preguntas que nos hacemos aquí son bastante complejas, aunque, tal vez, todos tengamos una opinión formada en el tema de acuerdo a lo que hemos vivido. Independientemente de nuestras vivencias, en algo tan difícil de responder, es probable que busquemos una verdad al asunto, una que deje de lado los éxitos o fracasos personales en este rubro y que nos diga, de una vez por todas, si la amistad pura entre un hombre y una mujer es posible. Por fortuna, los científicos han trabajado en esto, y algo tienen por decir.
La investigación
Es un hecho que hombres y mujeres convivimos día a día en múltiples espacios, sin que la cama sea el fin común de cada uno de los casos. Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad de que esta coexistencia aparentemente desinteresada, por fines sexuales o románticos, no sea más que una fachada que encubra impulsos naturales.
Una investigación del año 2012, de la Universidad de Wisconsin–Eau Claire (Estados Unidos), sugiere que habría algo de verdad en esta posibilidad: podemos pensar que somos capaces de ser “solo amigos” de los miembros del sexo opuesto, pero la oportunidad (o la oportunidad percibida) para el “romance” está a menudo al acecho y lista para cambiar el rumbo de la amistad pura.
La ejecución del experimento que llevó a la conclusión mencionada consistió en llevar a 88 parejas de estudiantes universitarios, del sexo opuesto, a un laboratorio. Por un tiempo se les permitió convivir, sin saber el motivo del trabajo de investigación.
Una vez que se separaron las parejas de amigos, se les hicieron preguntas por separado a cada uno de los miembros, para conocer alguna tendencia hacia sentimientos románticos por la otra persona o hacia la ausencia de ellos, en su defecto.
¿Qué dice la ciencia sobre la amistad pura entre hombre y mujer?
Sin más rodeos, los científicos vieron que hombres y mujeres suelen tener una postura enfrentada en lo que respecta a su forma de concebir la amistad entre sexos opuestos. Los hombres se sentían mucho más atraídos por sus amigas que viceversa, y, comúnmente, creían que algo estaba sucediendo entre ambos, siendo que muchas veces era solo una percepción errónea.
Sin hacerlo más largo, el estudio demostró que a los hombres, en comparación con las mujeres, les cuesta especialmente ser “solo amigos”.
Una respuesta… ¿relativa?
El asunto es complejo porque no podemos dar una respuesta única, que cubra, a manera de ley, esto. En la larga historia de la humanidad, deben haber casos funcionales de amistad entre hombre y mujer y otros que no resultaron como tal.
En cualquier caso, la amistad entre y mujer sí se nos presenta como algo difícil de ocurrir, en un sentido puro y desinteresado, por lo que te imaginas.