Sobrevivir a un impacto a más de 220 km/h a bordo de un monoplaza de la F1 es un milagro. Romain Grosjean pasó por lo anterior en 2020 mientras corría el GP de Barhéin para la escudería Haas.
Después de tocarse con el ruso Daniil Kvyat (AlphaTauri), el piloto francés impactó contra el guardarrail. De manera inmediata, el vehículo ya estaba envuelto en llamas. Las alarmas se encendieron ante una imagen que deparaba una tragedia.
En la pista flameaba la bandera roja. Los pilotos se comunicaron de inmediato con sus respectivos boxes por radio: “¡Mierda!, esto fue grave, fue algo grave”, se lamentó Charles Leclerc (Ferrari).
“Todo te pasa por la cabeza, no puedes creer que alguien pueda salir con vida. He estado en el automovilismo lo suficiente para saber que no saldría bien”, explicó Günther Steiner, director de Haas, en el documental Fórmula 1 Drive To Survive, sobre aquel episodio que se repasa en el noveno capítulo llamado “Hombre en llamas”.
“¿Logró salir?”, preguntó Max Verstappen al ver cómo el personal de seguridad intentaba apagar el fuego.
Las cámaras captaban esa enorme bola de fuego que envolvía al monoplaza. ¿Cómo estaba el piloto? ¿Podría salir vivo? Cuando lograron reducir las llamas se pudo ver al monoplaza partido literalmente a la mitad.
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— Sky Sports F1 (@SkySportsF1) November 29, 2020
El hombre que sobrevivió a las llamas
Afortunadamente, Grosjean logró salir del monoplaza por su propio pie mientras el fuego envolvía su vehículo. Fue una imagen dramática que se cuenta entre los accidentes más aparatosos en la historia de la F1.
“Miré a la derecha y pude verlo a través de las llamas. Él quería caminar hacia la ambulancia y yo le decía que no, pero él quería demostrar que estaba bien. Quería darles un mensaje a sus hijos y a su esposa en particular de que estaba bien”, dijo Ian Roberts, delegado médico de la F1.
Grosejan solo sufrió unas graves quemaduras en sus manos y sus pies. En el documental Fórmula 1 Drive To Survive, el piloto francés contó su experiencia de la siguiente manera.
“Recuerdo abrir los ojos cuando todo acabó. Intenté levantarme y salir del auto pero sentí que golpeé algo con el casco, me volví a sentar y pensé: ‘Vaya, estoy contra el muro, alguien vendrá a rescatarme. Solo esperaré’”.
“Después volteé a la derecha y a la izquierda y vi anaranjado. ¿Por qué veo anaranjado? No se ha puesto el sol. ¿Son las luces? No, es fuego”, explicó. “Intenté levantarme pero no pude. Derecha e izquierda y nada... Me quedé sentado tratando de entender qué pasaba. De nuevo a la izquierda y me torcí la cabeza, mi pie se había atorado. Empecé a pensar: ‘Esto es todo. Se acabó’”.
“Yo dije: ‘no puedo terminar así, no puede ser mi fin’. Fue instinto de supervivencia quizás… Puse las manos en el fuego y sentía cómo se quemaban. Vi cómo mis guantes, que suelen ser rojos, se volvían negros y sentía mucho dolor, pero al mismo tiempo no me importaba. Cuando mis hombros empezaban a salir del fuego, y el doctor tiraba de mi traje, fue cuando me di cuenta de que estaba vivo. Esa sensación creo que la tendré por siempre”, sentenció.
“No gané una carrera, no gané un campeonato, pero tendré un legado para siempre en la Formula 1: Soy el hombre que escapó de las llamas”, concluyó.