En el tercer capítulo de Adolescencia, una serie que no deja de sorprender con su complejidad, hay un momento en el que Jamie Miller charla con su psicóloga, Briony Ariston. En un momento, ella le da un sándwich de queso y pepinillos que juega un papel crucial que va más allá de lo que a simple vista parece un gesto de empatía hacia el acusado de asesinato. Es un pequeño objeto que se convierte en el centro de una de las interacciones más tensas de la trama. Pero ¿qué significa en realidad?
Desde el primer momento, Briony (interpretada por Erin Doherty) crea una atmósfera que oscila entre lo cotidiano y lo profundo. Consciente del delicado estado emocional de Jamie, quien lleva semanas en prisión tras ser acusado de matar a su compañera de clase, Briony no solo le ofrece un chocolate caliente con malvaviscos –un guiño a sus gustos personales– sino que también le entrega la mitad de un sándwich cortado en triángulo.
A primera vista, este simple sándwich parece ser un intento más de romper el hielo y conectar con Jamie. Sin embargo, es un acto que refleja el poder psicológico que Briony intenta ejercer sobre él y, al mismo tiempo, una evaluación de su estado mental.
El significado detrás del sándwich en Adolescencia
En una entrevista con la revista Tyla, la psicóloga Danielle Haig explicó que la decisión de Briony de darle un sándwich a Jamie es una estrategia pensada para observar cómo el joven reacciona ante este pequeño gesto. ¿Lo acepta sin quejarse? ¿Lo rechaza? Las respuestas de Jamie podrían arrojar pistas vitales sobre su relación con la autoridad y el control.
Si acepta el sándwich sin protestar, podría indicar que está acostumbrado a que otros decidan por él, lo que señala una historia de impotencia. Si lo rechaza de manera tajante, podría ser una señal de desafío, de una necesidad urgente de controlar algo en un mundo donde la mayoría de las decisiones ya no dependen de él.
El sándwich, por tanto, no es solo una comida; es una metáfora del poder y la sumisión. De manera sutil, Briony pone a prueba el comportamiento de Jamie en un escenario donde tiene poco control, invitándolo a tomar decisiones sobre un pequeño gesto aparentemente trivial, pero con una gran carga emocional. Este detalle refleja una de las dinámicas centrales de Adolescencia: la lucha por la autonomía frente a las figuras de poder, sean padres, maestros o, en este caso, psicólogos.
Chocolate caliente: una ofrenda de paz
Lo interesante de este capítulo es que la comida no es la única herramienta con la que Briony intenta conectar. También el chocolate caliente, acompañado de malvaviscos, está cargado de un simbolismo similar. Es una especie de “ofrenda de paz”, un gesto que intenta decirle a Jamie que no es una amenaza, que lo está escuchando y, en algún nivel, lo comprende. Es su forma de decirle que no está en control de la situación, que no está aquí para imponerle una autoridad absoluta, sino para acercarse a él desde un lugar de comprensión.
El contraste entre el chocolate caliente y el sándwich, que recuerda a la comida casera de su madre, subraya la importancia de las conexiones emocionales y cómo los pequeños detalles pueden generar la confianza necesaria para que Jamie se sienta más seguro en un entorno lleno de estrés y tensión. La comida, en este contexto, no es solo sustancia: es un lenguaje emocional, una forma de comunicar empatía y, al mismo tiempo, evaluar las reacciones de alguien que ha estado expuesto a influencias dañinas, como la ideología Incel y el acoso escolar.
Al final, el sándwich no es simplemente comida. Es una herramienta psicológica, un medio para explorar la psique de Jamie, para entender su historia de sumisión, desafío y control. Mientras el joven juega con el sándwich, dejando entrever fragmentos de su turbulento interior, se hace evidente que en esta serie, los pequeños gestos no son triviales, sino que están impregnados de significado, de poder y de vulnerabilidad.