Parece un chico tímido que viste una camisa colorida en una de las espectaculares suites del Fours Seasons de Madrid. Afuera, la ciudad arde a 38 grados centígrados; dentro, el fotógrafo JuanKR retrata al músico español. La iluminación y el ambiente son perfectos para que C. Tangana suelte el cuerpo y se entregue al proceso de revelar quién es ante el lente. Se siente cómodo, conoce mejor que muchos la función del marketing, y fluye con el poder de la mirada intensa y una sonrisa fugaz. Por : Lydia Cacho Fotos: JuanKR Estilismo: Caterina Ospina Maquillaje y peinado: Fernando Torrent El hombre detrás del sello C. Tangana nació en Madrid el 16 de julio de 1990, bajo el nombre de Antón Álvarez Alfaro; descubrió su primera voz en el hip-hop y en el rap. A los 16 años de edad supo que podría bautizarse con el seudónimo Crema, y en su paso por el grupo Agorazeim cantó: “Escribo por los que no escriben, pero sí lo sienten.” Poco a poco reveló su rebeldía adolescente entre los músicos urbanos, con quienes encontró el despertar de su carrera artística, no exenta de escándalos y discusiones públicas. Eligió su nuevo nombre artístico utilizando la C de Crema, y Tangana que, según la RAE, significa: “Alboroto, escándalo o pelea”. Lo cierto es que el hombre con el que nos encontramos en esta tarde española no se parece casi en nada al madrileño que hacía rap, convencido de estar rompiendo paradigmas en su tierra natal, comparado con los duelos que sus coetáneos producían entonces en Latinoamérica y Nueva York. Sus letras resultan suavecitas y casi conservadoras, digamos que muy milenial europeo. Para fortuna de sus fans, C. Tangana desvió su camino hacia una búsqueda más honesta y musicalmente más compleja. Madurar siempre le viene bien a quien tiene un éxito temprano; luego de saborear la fama en su tierra, Antón entendió que corría el riesgo de convertirse en una estrella fugaz de corta vida artística. El hombre que tengo frente a mí sabe lo que hace y lo que dice, lo cual sorprende viniendo de un músico de la generación del disfrute de lo instantáneo; asegura que en su profesión planea para el futuro, aun cuando pertenece a la generación que ama la satisfacción inmediata, los resultados a corto plazo, el gozo sin medida. Tangana dice que el objetivo del artista es producir cambios sustanciales en la forma de pensar de la gente, introducir nuevas ideas, cambiar un paradigma estético, inspirar cambios políticos y culturales. Por ahora, tal vez los más notorios son los que él mismo ha logrado en una transformación personal. Luego de un par de eventos que le rompieron el corazón y le llevaron a un momento depresivo que se convirtió en un despertar creativo, Tangana logró escapar de lo que él llama “Los tres disfraces del clásico músico urbano”. Es ambicioso en la búsqueda de su identidad artística y, con su nuevo álbum titulado El madrileño, se planta de pie en América Latina para reivindicar el poder de la creación colectiva.
ESQUIRE MÉXICO: De filósofo a hiphopero. ¿Cómo es eso? C. TANGANA: Bueno, la verdad es que la carrera universitaria nunca me ha definido demasiado. Estudiar filosofía es algo que hice paralelamente mientras trabajaba y me dedicaba a la música. Supongo que siempre me he considerado un creador más allá de la música urbana, e incluso de la música: soy artista. (A los 10 años de edad tomó la guitarra de su padre –cuando lo dice se le escapa una sonrisa que casi siempre oculta en las entrevistas–, y ese día de su infancia le habitó un duende rebelde que desde entonces escucha cada día. Para Tangana, la intuición es guía primordial, habla de ella todo el tiempo: la intuición, aprender a escuchar su instinto para moverse como un felino de un sitio creativo hacia otro. Sabe que no toca los instrumentos como los grandes y reconoce que, por ello, siempre se rodea de personas que saben más que él). C.T.: A mí lo que más me inspira es la vida, los eventos vitales potentes y, si son traumáticos, pues el triple. Los eventos en los que me están sucediendo cosas fuertes suelen ser un momento de creatividad intensa y lo otro que me inspira es el propio arte: una película, escuchar un disco, conocer a alguien que está escribiendo algo que es nuevo para mí, esa es mi fuente de motivación. ESQ. ¿Con quiénes trabajas para renovar tu diálogo interior? C.T.: Casi siempre trabajo en el estudio con Christian Alizzz, mi productor, con el que he hecho casi todas las cosas, y este último año he trabajado con Víctor Martínez, multinstrumentista y compositor. Con ellos dos ha sido con quienes más he estado trabajando últimamente. ESQ. Cuando te rompes en el amor, ¿Levantas todos tus pedazos o pierdes alguno en el camino? (Sonríe y mira hacia arriba, hay pudor en su reacción, pero inmediatamente vuelve a la respuesta perfecta). C.T.: Cuando me rompo en el amor, me inspiro en la música y suele ser positivo para mi carrera. Ha habido momentos de mi vida en los que el tipo de canción romántica o emocional me han llevado a un cambio fuerte. Publiqué el “Mix tape 10/15”, que vino del desamor, y a partir de allí siempre he tratado de aprovechar, o acordarme, de tomar notas cuando me he sentido así, porque el dolor es algo muy “nutritivo” para hacer canciones. (Cuando era chico escuchaba solamente reguetón y rap de club; poco a poco descubrió que otros sonidos, en especial los ritmos latinoamericanos y caribeños podrían convertirse en vehículo creativo. Una frase define esas serendipias que saltan hacia la letra con la que se identifican millones de jóvenes: “Yo me creía que era el más cabrón, pero me estoy notando el corazón”, de su éxito “Tú me dejaste de querer”, del álbum que rompió récord en Spotify con cinco millones de escuchas a las primeras 24 horas de su salida.
ESQ. ¿Necesitamos del drama para crear poesía? C.T.: No siempre, pero es lo más efectivo, lo más rápido; el drama es como la gasolina. (Como miles de adolescentes, Tangana tuvo trabajos temporales que le ayudaron a pagar el alquiler mientras seguía escribiendo, buscando el verdadero tono de su narrativa personal). ESQ. ¿Cuál es la lección más importante que aprendiste cuando trabajaste en el call center telefónico? C.T. Probablemente que mi tiempo es muy valioso y no merece la pena desperdiciarlo ni en cosas que no me gustan, ni en gente que no me aporta nada. ESQ. La primera vez que llegaste a cantar a México y descubriste a 50 mil personas coreando tus letras ¿Te sorprendió la pasión de tus fans? C.T.: Me sorprendí muchísimo al ver al público. Cuando me alejo de España siempre es algo muy impactante. Hay cosas a las que me voy acostumbrando y tal vez esa es una de las cuales no me acostumbro. Cuando viajo, estoy lejos y realmente siento cómo llega mi música. Eso sigue siendo muy fuerte para mí. (Cuando tocamos temas más emocionales, se pasa la mano por la cabeza acariciando el lado izquierdo, pelado al ras, arriba de su oreja. Hay algo de protección en ese gesto recurrente, a estas alturas su rostro ha perdido la dureza del chico rudo macarra que se sentó al sofá de la suite al iniciar la entrevista. Poco a poco se relaja, mira hacia arriba, piensa y responde mirándome fugazmente a los ojos.
ESQ. Con “El Madrileño” exploras mucho más allá de la música que se produce en España, parece que estableces un vínculo profundo con la música caribeña y latinoamericana. Aquí ya no hay rastro del músico urbano que fuiste ¿cómo llegaste hasta aquí? C.T. Lo que traté de hacer fue pensar en la canción como género, como una forma de composición sencilla hecha en nuestro idioma. Eso fue lo que me llevó a acercarme a los distintos géneros y ritmos tradicionales de diferentes sitios. Porque en el fondo todos pertenecen al tipo de composición popular que llamamos “canciones”, que hablan de temas populares que todo el mundo puede entender. Investigué tratando de hacer un disco que estuviese muy basado en esa forma de componer y he llegado a un montón de ritmos y de influencias. Y luego, aparte, es una cuestión natural, porque al viajar lo que más me apetecía no era ir a un concierto de música urbana, como tú decías; ahora me siento más afín a eso, más a estar en una bodeguita escuchando bachata que en un club con “Dembow” a todo trapo. ESQ. ¿Con qué país latino te identificas más ahora? C.T. México es, para mí, el país más importante de Latinoamérica y de todo el mundo, porque fue el primer lugar al que fui, distinto a España. Guardo una relación muy larga de haber ido muchas veces y hay –hoy en día– un vínculo muy particular. ESQ. Si Sevilla tiene el aroma del azahar ¿A qué huele México para C. Tangana? (Sonríe y extiende los brazos en el sofá, con la respuesta se abre a la emoción y nuevamente muestra una sonrisa amplia. Es claro que algún recuerdo fugaz ilumina su mirada). C.T.: Yo la he pasado muy bien en México, entonces sé que suena típico, pero… te diría que huele a fiesta, a tequila; han sido muchas juergas mexicanas, la verdad.
ESQ. En tus canciones anteriores tomabas simbología política y religiosa, un poco para cuestionar lo que te rodea. Has dicho que te interesan los temas sociales, como es lógico en músicos de tu corte. Cuando hiciste el video de tu canción “Ateo” ¿sabías que la Iglesia católica se podría enojar contigo? C.T. ¡La verdad, no! En realidad, pensaba que podría ser ligeramente conflictivo. Creo que mi canción “Ateo” es algo positivo, ¿no? Que habla bien sobre la Iglesia; no pienso que hable mal. Con toda la mala publicidad que tiene la Iglesia, no me parecía algo malo. Yo soy de educación católica, mis padres son muy creyentes y mi familia. (Saca de su camisa una cadena de oro con una medalla de la virgen de la Almudena y me la muestra, parece que va a besarla, pero la deja caer en su pecho de nuevo). C.T. Esto es algo que está muy presente en mí y en la cultura española. A mí me gusta reivindicarlo (el catolicismo) de alguna forma, y toda la gente de mi entorno –que es muy creyente– no se sintió ofendida. Creo que fue una tremenda minoría de personas que han tratado de decirlo muy alto. Me he preocupado por preguntar y casi nadie se ofendió. Creo que “Ateo” es una canción romántica, comparada con lo que las canciones de ahora dicen no es nada ofensiva. Otras veces sí que he tratado de provocar, pero en este caso mi intención no lo era. El videoclip de esta canción, que Tangana cantó y bailó perreando al lado de la cantante argentina Nathy Peluso, fue grabado en la Catedral de Toledo. Algunos medios españoles hicieron eco de la indignación frente al mismo y el responsable de la Catedral se vio obligado a renunciar por decir que la canción hablaba del descubrimiento del amor a Dios a través del amor de dos personas. Hace años, la familia del cantante comenzó a utilizar el apodo Pucho, como expresión de cariño. De una extraña manera, C. Tangana ha compartido con sus fans del mundo del rap –ese donde va de chico malo–, que se siente muy cómodo con este tierno apelativo, en especial porque lo hace sentir aterrizado, lejos del peso de la fama. Su agente y su publicista le llaman Pucho también y durante la entrevista, él mismo navega entre los dos personajes que le habitan: el rapero llamado escándalo y el chico inseguro que hace música. El ritmo de nuestra conversación discurre entre el artista profesional que sabe hacia dónde va, y el chico tierno y tímido que a ratos muestra el gesto nervioso de quien se toca las puntas de los dedos con la mano izquierda con ansiedad. ESQ. ¿Has llegado al momento de huir de los pleitos y de la polémica infructuosa? C.T. Sí. Vengo de la cultura hip hop que es muy competitiva y hay muchas cosas de ello que llevo dentro, pero digamos que sí, me siento en otro momento. ESQ. Hablando de polémica, dijiste en 2018 que eres un heterazo y que, lo que te ha enseñado el feminismo es que estás dominado por los patrones del macho, un hombre blanco, de éxito, heterosexual, condenado a ser un producto de la sociedad patriarcal. ¿Estás en busca de una nueva masculinidad y cómo va la búsqueda? (Tangana sonríe y baja los hombros, relajado, mira hacia arriba como buscando alguna idea). C.T. Pues, la verdad, va bien. Me siento cómodo con mi masculinidad, con cómo soy. Creo que soy consciente de lo que he creído qué era ser un hombre, de las cosas que socialmente eran aceptadas por ser un hombre. Ahora me siento muy a gusto con cómo he entendido y procesado este momento. No sé, veo a mucha gente que lo está pasando realmente mal con esto del “nuevo orden moral”, en el que hay un montón de gente juzgando, un montón de nuevos conceptos. También de avances y nuevas libertades, de toma de conciencia de los problemas y sufrimientos de identidad que antes no estaban puestos encima de la mesa. Veo que genera mucha inquietud y también me ha llevado a cuestionarme y plantearme cosas. Esto me impulsa a cambiar en muchos aspectos, pero creo que también está bien encontrar la paz y estar tranquilo; me siento bien con las cosas que he aprendido, con las cosas de que he tomado conciencia, con las que no he podido cambiar del todo. Siento que estoy en una parte muy buena del proceso. ESQ. Tuviste un momento de boom con tu hiperactiva presencia en redes sociales y aprendiste muchas lecciones. Has hablado de un tema que angustia profundamente a la gente joven que vive en el ciberespacio: la ciberviolencia, la cultura de la cancelación. C.T. Lo que siento es que, supuestamente– estamos avanzando hacia una sociedad desprejuiciada, o sea la nueva moral que está venciendo a la vieja moral nos invita a no tener prejuicios, pero –sin embargo– lo estamos haciendo a través del juicio constante, de la crítica pública. No estoy en el mundo para decirle a la gente lo que tiene que hacer, ni para señalar; pienso que debe tranquilizarse. O sea, siempre puedes apagar la computadora y el internet. Vivimos en una sociedad en la que constantemente estamos juzgando a todos y tratando de buscar el error de los otros para castigarlos y denunciarles, cuando la verdad es que tenemos todos mucho trabajo personal que hacer y podríamos dedicarnos a mejorar cada uno, en vez de ir a decir al resto lo que tienen qué hacer.
ESQ. ¿Amor para toda la vida o muchos amores y muchas vidas? (Tangana se pone serio, se acomoda en el sofá y me mira, parece que tocamos una fibra importante). C.T. Creo en el amor en general, no sé si el amor romántico de dos personas que comparten toda una vida juntos es para todo el mundo. No creo que deba ser un objetivo, pero creo en el amor en todas sus formas. ESQ ¿En la vida eres más Albert Camus o Jean Paul Sartre? C.T. Me gustaría no ser ninguno de los dos existencialistas. Su forma de ver la vida no me gusta, me parece que es innecesaria, me gusta la alegría de vivir. Pero como escritor me gusta más Camus. ESQ. Pronto estarás en México con uno de los shows más complejos y espectaculares de tu carrera ¿qué se queda de ti en la tierra del tequila? C.T. Hay una parte esencial de este disco que se dio en México. Aparte de la propia música, las influencias que hay en el y las personas que han colaborado. La razón por la que mi disco es escuchado en todo el mundo es gracias a México, porque cuando algo se hace importante allí casi toda Latinoamérica voltea a ver qué es lo que está pasando y a mí los mexicanos me han dado esa oportunidad. Cuando México hace ruido con algo, todo el mundo lo siente. Estoy deseando hacer los shows que vienen ahora, porque, aunque fue un gusto estar en los festivales de primavera no pude montar el espectáculo que ahora sí podré llevar, con una producción supercompleja. Estoy muy contento. Me cansa hacer shows, no me gusta girar, no lo disfruto demasiado, pero estos de El Madrileño en México me apetecen muchísimo.
ESQ. Después de México ¿qué otro país tira de tu corazón? C.T. En Chile me han cuidado y querido mucho, en Argentina también. Me gusta Latinoamérica entera. Sé que lo típico es triunfar en Estados Unidos, pero siento que con que mi música se entienda en Latinoamérica, me valida, porque creo que es donde tengo que conectar. O sea, me parece genial que un francés escuche una canción mía, pero si alguien realmente en República Dominicana puede escuchar una bachata mía y la respeta y le gusta y le puede. Eso es un honor, para mí es muy importante. ESQ. ¿Cuánto tiempo pasa entre que sacas un álbum, te entregas vitalmente a la experiencia de compartirlo, de convertirlo en espectáculo de giras y festivales y volver al encierro de tu estudio para crear de nuevo? C.T. Trato de no perder el contacto con el estudio nunca, de estar siempre escribiendo. De buscar caminos más largos que puedan ser discos o ideas que no solo sean una canción. Pero, si te soy sincero, con este álbum ha sido tanto el trabajo de estudio que llevo una temporada sin volver y estoy contento de darme ese espacio, de dejar que todo repose y vengan cosas nuevas. ESQ. ¿Con El Madrileño haces tu primer mapa musical? C.T. No sabía exactamente cuáles eran los ingredientes para El Madrileño. Como había tanto alrededor publicamos La Sobremesa, una edición ampliada con material inédito. (Se refiere al especial musical grabado por National Public Radio, NPR, en los Estados Unidos dentro de su serie Live at NPR´s Tiny Desk. En él, C. Tangana aparece en el escenario de la Casa Carvajal de Madrid cantando en vivo con su madre y sus tías que hacen coros al lado de las hijas del músico Antonio Carmona “Ketama”. A su lado cantan Christian Alizzz, Kiko Veneno, La Húngara y El Niño de Elche. Entre una orquesta sinfónica y las palmas con la guitarra flamenca, aparece la electrónica de Alizzz y se ve a un Tangana relajado, entregado al proceso creativo, gozoso en la sobremesa tomando un chupito que le recuerda las bohemias familiares de su juventud). C.T. La decisión concreta del Track list no estaba tan pensada. Si quieres entenderla como un mapa y eso, pues era como todo un territorio en el que yo iba explorando por los alrededores y cuando tuve mucho material tomé una decisión haciendo una selección. No estaba pensado de arriba abajo.
ESQ. En este momento de tu vida para hacer un álbum. ¿cuál es el proceso? Has dicho que eres muy disciplinado y abrevias de tu experiencia vital ¿El disco se revela ante ti o es como un caballo que montas para llevarlo a tu territorio musical? C.T. Tengo ideas, intuiciones y las recorro, las recorro y luego por el camino me voy encontrando cosas. Tengo ideas muy claras e intuiciones concretas. No es al azar, pero dejo que suceda. Yo voy al estudio sin nada, sin acordes escritos, pero voy con la idea de que sí que se pueden ejecutar, dejo que el proceso me guíe. Este proceso ha sido muy acompañado. Normalmente, yo hacía la música muy solo y en este proyecto quise incluir a mucha gente, que hubiese más voces y más formas de escribir, y si a mí me sonaba algo y quería acercarme a algún sitio para trabajar con los maestros de cada corriente, lo hacía para entender y aprender de ellos directamente, de primera mano. Hay algo allí que tiende muchos puentes entre lo viejo y lo nuevo, pero no sé si el próximo disco lo haré en solitario. (Tangana asegura que a él le interesa que la industria musical española viaje a Latinoamérica de forma unida, que no sean fenómenos individuales sino algo colectivo, un compartir saberes y fuerzas de la industria de la música. Desde Agorazein, Elescrema, en 2005, pasando por Ídolo, en 2017, hasta llegar a El Madrileño, en 2022, y con ocho álbumes que van del hip hop al regueton y al pop rock, el músico madrileño ha logrado una asombrosa transformación, por la que ha recibido el Premio Odeón, dos Grammys latinos y ahora va por todo en América Latina). ESQ. México está entonces en un lugar especial en tu corazón. C.T. En el mejor que puedas imaginar. Es una barbaridad lo que está pasando y lo que viene ahora; es un momento clave en mi carrera por lo que significa en la industria y la cantidad de gente que está prestando atención. Emocionalmente, para mí es un momento muy importante de mi vida. Tangana vendrá el próximo mes de noviembre a Latinoamérica, como parte de su primera gira formal en el territorio americano, bajo el nombre Sin cantar ni afinar Latam Tour 22. El jueves 10 estará en Monterrey, en el Auditorio Citibanamex; el sábado 12 en Guadalajara, en la Arena VFG; el martes 15 y el miércoles 16 en la Ciudad de México, en El Palacio de los Deportes; el sábado 19 llegará a la Movistar Arena en Bogotá; para concluir el martes 22 en Buenos Aires, en la Movistar Arena de la electrizante capital argentina. Producción: Producción Tamara Vékic Asistente de estilismo Marta Jimeno Asistentes de foto Juan Carlos Peñas y Majo Valido Agradecemos especialmente a Four Seasons Hotel Madrid por las facilidades otorgadas para la realización de este shooting. FERNANDO TORRENT MAQUILLÓ USANDO PRODUCTOS CHANEL Y PEINÓ USANDO PRODUCTOS GOLDWELL.
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