Tuvimos la oportunidad de platicar con Jesús Navarro, Julio Ramírez y Bibi Marín, integrantes de Reik, instantes antes de que saltaran al escenario de la Arena CDMX el pasado viernes 13 de diciembre. La charla tocó todo lo que significa el universo del grupo originario de Mexicali: moda, música, aprendizaje y más. Si eres de los que gusta de la buena música y las palabras interesantes, no te puedes perder la siguiente conversación con uno de los grupos pop más exitosos de todos los tiempos en México.
ESQUIRE: ¿Cómo se sienten de presentarse en uno de los recintos más grandes de México como parte de su gira por las ciudades más importantes del país?
JESÚS: Increíble. Siempre regresar a tocar en la CDMX es bien lindo. Es como una mezcla rara de nostalgia y emoción porque los primeros años de nuestra carrera se dieron aquí. Obviamente empezamos en Mexicali y de allá nos vinimos para acá, pero nuestros primeros escenarios grandes, nuestras primeras memorias son aquí. Y volver a pisar este escenario, específicamente en la Arena CDMX, es espectacular. Nos encanta. Tenemos un show del que estamos súper orgullosos, que nos tardamos un ratote en desarrollar, igual que el disco. Fue todo un proceso bien interesante, muy distinto a lo que habíamos estado haciendo en los últimos casi 10 años. Entonces, muy contentos de estar de regreso, de poderlo por fin compartir en persona. La semana pasada tuvimos un show en Monterrey que fue espectacular. La gente estaba súper prendida, entonces como que tenemos esa expectativa de esta ciudad también.
ESQUIRE: Una parte muy importante de cada show es el outfit que se usa. ¿Ustedes lo eligen?
JULIO: Pues específicamente para esta gira, nos quisimos enfocar mucho cómo iba a ser la imagen también del disco y de toda la gira. Entonces específicamente sí, obviamente contratamos a gente que nos ayudara a aterrizar el concepto. Quería mostrar un poquito, no sé si la palabra es más elegante, pero como que más sharp. Entonces casi todo lo que vas a ver en esta gira es más en tonos como blancos, grises, negros. Por ejemplo, yo normalmente, creo que la última vez usaba muchos tenis, ahorita más zapatito, más bonito. Y se nos antojó porque se nos decía que iba mucho con la estética del disco, que es lo que queríamos defender. Definitivamente, como te digo, nos aseguramos de que alguien nos ayude a aterrizarlo tanto en la gira como en los premios para estar unificados de una manera.
ESQUIRE: ¿Con qué prenda se sienten más cómodos: en un evento así o en el día a día? Eso que no puede faltar en su guardarropa.
JESÚS: Yo amo los Converse, mi reloj y mi anillo. Es lo que traigo siempre, justo. Nunca te pueden faltar.
ESQUIRE: ¿Te gusta coleccionar relojes?
JESÚS: En realidad, le he agarrado amor a los relojes desde que soy embajador de Cartier, que es hace tres años, más o menos. Antes no sabía nada de ese mundo ni me interesaba en realidad, pero gracias a esta asociación he conocido un montón más y además me tocó ir a la manufactura en Suiza, en la más grande de Cartier, que es una locura, y entonces ves la cantidad de trabajo y de manos y cerebros expertos que se dedican a desarrollar estas cosas tan espectaculares. La verdad es que sí ya le estoy agarrando un montón de cariño al tema de los relojes, pero solamente tengo Cartier, no tengo nada más.
ESQUIRE: Hablemos de su álbum más reciente. ¿Cuánto tiempo tardaron en crear este disco?
BIBI: No sé si decir el proyecto más ambicioso necesariamente, pero sí en el sentido artístico, porque vaya, sí fue premeditado que queríamos hacer un disco como el que sí terminamos logrando. Estábamos bien picos en que queríamos regresar al pop, nomás no estábamos seguros cómo. Entonces, sí, llegó un momento donde empezamos activamente a trabajar las canciones, nos juntamos una vez con los musicians que están aquí que fueron coescritores del 90% de las canciones del disco y productores también.
Fue una sesión muy determinante, porque justo la canción que surgió esa primera vez marcó el rumbo que estábamos buscando y que tomamos. A la par, de alguna manera, también empezamos a desarrollar el concepto visual y lo que iba a ser el show y la puesta en escena que fuera de la mano con lo que estaba sucediendo musicalmente. Entonces, a eso me refiero con que fue un proyecto muy ambicioso de nuestra parte. Dijimos: “vamos a hacerlo todo integral y vamos juntos a crear para llegar justo a que cuando salga el disco tengamos la gira lista y el concepto bien amarrado”. Afortunadamente así lo hicimos. Estamos felices con el resultado. La verdad es que el show nos parece personalmente espectacular.
Creemos que tiene muy buenos elementos. La gente se ha divertido mucho. Sentimos que tiene un muy buen balance de canciones nuevas, canciones viejas, canciones de toda la vida, las urbanas y de todo un poco. Entonces es una buena forma de presumirle a la gente qué es Reik después de 20 años. Y es algo que los fans agradecen. Que tu artista favorito se empeñe tanto y se esmere tanto en entregarte algo es súper valioso.
ESQUIRE: ¿Cómo concretaron sus colaboraciones?
JULIO: Pues ha habido de todo en la historia de las colaboraciones que hemos hecho. Ha habido un poco de todo. Ha habido la que morimos por hacer una canción con un fulanito de tal. Ha habido el, oye, fíjate que la otra vez estuve con Maluma y a usted le gustó mucho su música. Ah, nunca lo hubiera pensado. Por ejemplo, en el caso de Carín León, específicamente, Jorge, uno de nuestros managers, fue el que nos dijo, oye, existe un chavo que se llama Carín León, que está de perro y yo creo que va a pegar con todo. Entonces lo presentó y hace, no sé, unos 5 años y conectamos, es también del norte y fue como que estábamos pendientes de la colaboración. Entonces, a la hora de nuestro disco decidimos hacer una colaboración con él y queríamos hacer algo pop. Y a lo mejor algún día nos invita él a hacer algo más regional, pero él también tenía ganas. Entonces, la neta nos nació hacer algo diferente, invitarlo a hacer esta canción y creo que hizo súper bien, que es la de “El correcto”.
En la de Lagos, es porque ellos son productores de dos canciones. Una de ellas es “Vámonos a mi casa”. Y como que la neta, tuvimos que invitarlo. O sea, como que somos muy afines musicalmente, ¿no? Los admiramos un montón y como que era buena onda en el estudio y queríamos hacer algo con ellos.
Y Leo Rizzi, con Leo estuvo perro porque Jesús nos enseñó cuando “Amapolas” hace años. Hace un año lo conocimos en un Latin Grammy en Sevilla y fue de que, hay que contar, hay que contar. Y al fin nos juntamos.
No había expectativas de qué íbamos a hacer, si era algo para él, si era algo para nosotros. Entonces cuando lo vimos cantar nos impresionó. Él canta toda la primera mitad de la canción y Jesús canta la otra mitad, lo que me parece genial. Me parece bien bonito que él abra la canción y eso es también pura admiración. Pero así nacen de diferentes maneras las colaboraciones. La admiración mutua que puede presentar.
ESQUIRE: Todos ustedes como artistas inspiran a sus fans, la gente que los escucha, pero… ¿A ustedes qué los inspira?
JESÚS: Pues bueno, evidentemente, cuando llega alguien con un proyecto musical nuevo, interesante, distinto, es muy emocionante y también muy inspirador. Y también es bien interesante poder estar cerca de estas figuras. Que aparece un nuevo artista y se vuelve la novedad y poderlo conocer y cómo trabaja y cuál es su equipo y cómo se ve y qué hace cada quien es bien interesante e inspirador. A pesar de que ya somos una banda longeva, seguimos en aprendizaje, porque además las reglas del juego de la música es que están cambiando más rápido que nunca. La manera en la que la gente la escucha, la consume, la manera en la que se empaqueta y llega al fan, todo está cambiando un montón. También las tecnologías que usamos para oír música.
Entonces, es bien interesante ver los procesos de nuestros colegas, por supuesto, y también pasa, creo, con el arte que de pronto, especialmente cuando eres un artista pop como somos nosotros, da un poquito de miedo hablar de inspirarse en otros formatos de arte que suelen tener la percepción de ser más elevados. Pero también es una realidad que, igual que a todo mundo, uno va a un museo o a una exhibición, a una galería, y ves cosas que te emocionan y que te mueven y también eso permea, tal vez no una canción como tal, no la letra y la melodía, pero sí permea lo que vas a ver en el video o en la portada del disco, o que también son cosas que informan lo que termina siendo el proyecto entero. Entonces, claro que hay mucho de arte, particularmente contemporáneo, de lo que tomamos como referencia. De lo que queremos ser y de cómo nos queremos ver.
ESQUIRE: Para cerrar, en retrospectiva, ¿qué es lo más importante que han aprendido desde su debut en 2003?
JESÚS: Menos miedo, más acción, para mí.
BIBI: En mi caso no era miedo, pero definitivamente más acción, o sea, tomar las riendas en lo que tu capacidad te dé y aprender. Eso sí, estar dispuesto a siempre aprender.
JULIO: Yo diría aprendizaje, que no hay una verdad absoluta, como que cada carrera es muy particular. Cada quien empieza en diferentes fórmulas, el que pega en social media y luego canta, el que no pega en social media, el que tiene un sonido indie en vez de estar haciendo el mainstream y de repente hay fenómenos, entonces no hay una verdad absoluta.