DIEGO CALVA: imparable

Spoiler alert!

Este artículo cuenta cómo Margot Robbie le rompe una costilla a Diego Calva en plena filmación de Babylon (2022). También habla de los retos de un actor recién llegado a Hollywood, los cuales incluyeron dormir en su auto y huir del Covid, así como del momento en el cual las cosas salieron bien y Pedro Pascal posó en una foto con él durante el festejo de los Oscar.

Entrevista diago calva esquire

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Foto: Izack Morales Romero

La la land, es la tierra donde lo mismo aterrizan diariamente aviones con personas de todo el mundo buscando el sueño de Hollywood, como regresan tras no lograr encender las marquesinas. También, el apodo melodioso a la ciudad de Los Ángeles fue el título del filme de Damien Chazelle, quien en plena pandemia se comunicaría a la Ciudad de México con Diego Calva para comprobar si su foto con mirada de soñador y de poeta correspondía con la idea que tenía en la cabeza para el personaje de Manuel “Manny” Torres para su Babylon.

Chazelle estaba buscando desde el 2020 a su protagonista latino y su misión era saber si Calva, de 29 años, podría representar a Manny, un aspirante a involucrarse en la producción de películas en Hollywood que dejaría cuerpo, alma y sudor con tal de llegar a su meta, tal como los protagonistas con dosis de pasión y obsesión de la filmografía de Damien, como el estudiante baterista en Whiplash (2014), la actriz barista tornada en estrella en La La Land (2018) o el primer astronauta en la Luna en First Man (2018).

Con un par de filmes mexicanos independientes y unos episodios de la serie Narcos México de Netflix, Chazelle contaba más con su instinto, que con un amplio demo de proyectos para convencer a los ejecutivos de Paramount Pictures de que Calva era el indicado para liderar Babylon al lado de Brad Pitt y Margot Robbie.

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Foto: Izack Morales Romero

“La verdad es que el estudio de cine, inicialmente, no me quería. Pero mira cómo son de curiosas las cosas. Damien me recordó que el director Francis Ford Coppola también peleó por tener a Al Pacino de protagonista en The Godfather con el Paramount de los años 70. Él se ‘emperró’ conmigo y, sin permiso del estudio, me voló a Los Ángeles y comenzó a prepararme y pulirme”, confiesa un Diego sin temor a hablar de las dudas iniciales de los poderosos de Hollywood tenían sobre él, desde la sala de su casa en la Ciudad de México vía Zoom con Esquire.

Tanto Chazelle como su esposa, la también productora Olivia Hamilton, decidieron trazar un plan para asegurarse de que Calva podría pasar bajo el arco famoso del estudio de Paramount en el 5555 de Melrose Avenue y firmar su papel de protagonista en Babylon, filme escrito por Damien y basado en las historias, pugnas, traiciones y hasta crímenes detrás del Hollywood de los años 20, justo durante la transición del cine mudo al cine sonoro, en el cual muchos perdieron su trabajo por no estar a la altura de la nueva era.

“El proceso de audición para interpretar a Manny fue poco tradicional: Damien y Olivia me invitaron a vivir a su casa un tiempo. Durante 10 días, grabamos toda la película en la pantalla del iPhone de él, mientras su esposa interpretaba todos los personajes de la película a mi alrededor y él hacía las demás voces. Fue como un campamento de esos en los cuales someten a los soldados antes de la guerra”, nos cuenta Diego.

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Foto: Izack Morales Romero

Así, tuvo la oportunidad de que el talento que lo arropaba creyera en lo que veía ante sí. La misma Margot Robbie, nominada al Oscar por I, Tonya (2017), había sido la prueba previa para que el matrimonio de los Chazelle se motivara a seguir forjándolo para tenerlo en el set de filmación.

Robbie interpretaría a Nellie LaRoy, una aspirante a actriz, que arrebata la cámara y el micrófono, a las buenas y a las malas, para volverse una superestrella y que se siente atraída por el mesero, el mandadero y luego el asistente de producción del personaje de Calva. Ambos se conocerían cuando aún Hollywood no los volteaba a ver.

“Le debo mi papel de Manny a Margot. Después de llegar a Los Ángeles y estar encerrado tres días en un hotel por la cuarentena preventiva del Covid, el mismo día que conocí a los Chazelle, la conocí a ella. Yo había pasado esos días de encierro ensayando y ensayando. Justo ese día, Damien me puso unos audífonos con la música de The Godfather para ayudarme a ponerme en tono para la escena. Supongo que cuando comenzó el ensayo yo aún no estaba relajado, porque toda la presión se me vino encima. Entonces Margot me agarró del brazo y me dijo: ‘Tranquilo… ¡Juega!’. Para mí, fue muy importante escuchar esto de su boca. Tan bien surgió nuestra interacción, que Damien cambió varias cosas en el guion de Babylon”, recuerda reviviendo esa sensación de alivio.

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Foto: Izack Morales Romero

En una situación en la cual el arte estaba imitando a la vida, Damien entendió que Calva estaba pasando por las mismas etapas emotivas de Manny, su personaje. Ambos se estaban jugando el todo por el todo y eso era lo que necesitaba él, como director, para meter las manos al fuego por Diego. Paramount finalmente dio el sí, mientras que Chazelle, en su bolsillo, tenía su película entera en un teléfono y a Diego en el crew protagónico.

SER ACTOR NO ERA SU SUEÑO

Diego Calva se refiere a su madre como su cómplice de vida. Hijo de madre soltera, escritora, poeta y editora, su hogar estaba en la colonia Santa María la Ribera, primer fraccionamiento moderno de la Ciudad de México que con el paso de los años quedó desbordado por la concentración del centro. El actor, que tiene desde marzo pasado 31 años de edad, dice que desde pequeño su madre le enseñó a rebobinar videocasetes VHS para ver películas, considerándolas sus propias niñeras. Su favorita era el corto animado Pedro y el Lobo (1946), que le causaba miedo y a la vez la fascinación cada vez que volvía a presionar Play.

“De chavito era muy dramático. Mi mamá y mi abuelo siempre me decían: ‘Vas a ser actor, porque eres un pinche dramático’. Luego, en la escuela me gustó mucho el teatro. Siempre fui a escuelas de arte y puedo decir que soy un claro producto de mi familia”, dice Diego. Y continúa: “No siento que me haya llegado primero la actuación como posibilidad de profesión, sino que mi adicción al cine me impulsaba a ser realizador. A mis abuelos les agradezco que me llevaran mucho a ver películas. Recuerdo con cariño cuando vi Batman Forever (1995), con George Clooney, y mi abuelita me traducía los subtítulos. ¡Pobres de los que estuvieran sentados al lado!”, rememora.

Su vocación por la actuación lo acechó aún cuando estudiaba en el conservatorio de cine de México, CCC, para dedicarse a la realización. Un día, en el que estaba fungiendo de sonidista de un cortometraje para un alumno de la Escuela de Cine Ruso, en la Ciudad de México, el director le pidió que tomara el lugar de un actor que no había llegado y él aceptó. A partir de ahí, mucho más estudiantes comenzaron a llamarlo.

“Cuando entré al CCC ya había actuado en mi primer largometraje, Te prometo anarquía (2015), al que también llegué de una manera muy fortuita. Estaba a punto de irme como voluntario a cortar boletos de los cines del Festival Internacional de Cine de Morelia, cuando el director Julio Hernández me buscó al enterarse que yo era un skater (patinador de patineta) y él quería filmar una historia de amor con personajes expertos este deporte callejero”, recuerda Calva, sobre la cinta con la que terminó ganando Mejor Actor en el Habana Film Festival y nominado en el Festival de San Sebastián.

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Foto: Izack Morales Romero

La directora mexicana y ganadora del Ariel, Natalia Beristain, describe así su encuentro con el actor: “Conocí a Diego en una audición, no mucho después de que se diera a conocer con Te prometo anarquía. Cuando le abrí la puerta, recibí a un chico muy alto, pero como una especie de coraza por delante (hay que recordar que Diego en ese momento no tenía mucha experiencia). Creo que estaba aún decidiéndose entre estudiar cine o seguir con la actuación. Recuerdo que pensé: ‘Aquí hay alguien que tiene eso, hay que pulirlo, trabajarlo, pero estoy frente a alguien con un futuro muy brillante por delante’. Y así fue”.

Luego vinieron más cortos de cine, la participación en el melodrama de televisión de Telemundo El recluso (2018), la teleserie Desenfrenadas para Netflix, la película independiente de vampiros Tigres (2020) y su personaje del mafioso Arturo Bertrán Leyva en Narcos: México. En esta última, sus seis episodios le dieron proyección. Según Diego, no siente gusto por encarnar la violencia de su país, pero sabe que series como esta han sido el punto de partida donde actores como Pedro Pascal se formaron. La llamada de Chazelle estaba por suceder y haría que Diego volteara a ver a Hollywood.

DÍAS DE HOLLYWOOD

“Los últimos dos años han estado muy movidos”, menciona Calva. “Llegué a Los Ángeles cuatro o cinco meses antes de filmar Babylon, y he estado yendo y viniendo a México. Por eso, cuando aterrizo allí, ya no me siento como turista, sino como en una extensión de mi casa. La La Land ha sido todo un lugar. Creo que ya entendí ese dolor romántico de la ciudad que, debo aceptar, tiene algo como seductor o bello en su tristeza. La ciudad en la cual o te va superbién o no te pasa nada. Es un lugar que puede ser muy solitario y de pronto muy glamouroso. Creo que me gusta, me gusta Los Ángeles y su decadencia con las limosinas”, apunta meditativo recordando como algunas noches –huyendo de no ser contagiado por el Covid de su roomate– tuvo que dormir en su auto rodeado de su ropa.

Chazelle le obsequió su primera sensación de hogar al mexicano, cuando pasaron largas jornadas escuchando el jazz favorito del realizador y Diego le ponía mambo, cachao y son. También pasaron horas viendo películas, algunas de ellas clásicos del cine mudo como La pasión de Juana de Arco (1928) del danés Carl Dreyer, filme hecho en situaciones muy distintas al frenesí del Hollywood que se plasma en Babylon.

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Foto: Izack Morales Romero

“Damien me dijo que al conocerme esperaba toparse con un actor y le sorprendió toparse con un cinéfilo. También supo reconocer mi historia de vida y esta metaficción que yo estaba viviendo al interpretar a Manny. Así que a semanas del rodaje de Babylon me pidió que me presentara en el set de grabación de un comercial a su cargo, pero me dijo: ‘No vayas a decir que eres actor, sino que eres nuestro asistente de producción’. Brad Pitt aún no me conocía y un día me vio ir y venir con aguas y refrescos, llevándoles lo que se le ofrecía y a Damien le decía ‘Sí, señor’, a lo que me pidiera. Al día siguiente, a la encargada de vestuario se le salió el secreto de que ya me conocía y le dijo a Brad: “¿Ya conociste a tu compañero de cámara?”, narra con risa traviesa. Calva dice jamás terminar de sentirse agradecido por lo artesanal del trabajo de Chazelle y el cuidado que tuvo para ayudarlo a encontrar la verdad de su personaje de Manny.

Su primera escena, al filmar Babylon, sucede justo cuando el personaje llega el primer día del rodaje de una película y el latino se extasía ante miles de extras, caballos y cámaras por doquier en una colina. Era como si Damien estuviera en su cabeza armando su peliculita con la experiencia de Diego.

Pitt y Robbie también se sintieron identificados con Calva, recordando sus días de struggling actors y le decían que en la vida de un actor siempre hay un auto para quedarse a dormir. Margot, recordando cuando llegó a Hollywood y nadie la conocía, invitó a Diego a la casa que comparte con su marido, y mientras estaba en un viaje a Londres le dio las llaves de su casa y le dejó quedarse acompañando a sus perros. Recuerda que tuvo un momento en el que no sabía usar los baños electrónicos y cómo tuvo que aprender a hacerlo con un tutorial de YouTube.

“Margot me arropó como familia, ella y su esposo. Tuvimos grandes conversaciones en las cenas. También te puedo decir que ya en escenas entre Manny y el personaje de ella, Nellie LaRoy, llegábamos a tanta intensidad que una vez me pegó tan duro que me rompió una costilla. Curiosamente, la escena no sale en la película, pero la puedes ver como extras en una edición de Babylon en plataformas digitales”, dice.

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Foto: Izack Morales Romero

Al preguntarle a Calva si tienes aspiraciones de galán de cine, pronto subraya sus actores modelo a seguir como Al Pacino o Denis Lavant, quienes no se caracterizan por ser los guapos del filme, pero comparte con gusto la frase que Chazelle le dijo un día: “Fumas como Jean-Paul Belmondo”, sexy symbol de la Nueva Ola Francesa.

“Estuvo padre haberle dado cara a Manny, porque algo que me queda claro porque lo viví con él es que todo tiene un precio. Los Ángeles, funciones o no, te escupe o te abraza. Y eso es muy importante tenerlo claro. L.A. es una gran amiga, pero no es la que será incondicional. Es la que va estar a ratitos. Por eso México es chido, porque siempre te va agarrar en las buenas y en la malas. Te da tus mezcales y te da cachetadas. Los Ángeles sabe quién soy yo por 15 minutos. Por dos semanas estás en los carteles de todas las paredes de la ciudad, es increíble; pero luego viene el próximo estreno y te quitan. Desapareces”, describe, quien camina la llamada meca del cine, con la satisfacción de haber sido nominado al Globo de Oro por Mejor Actor de Comedia o Musical por Babylon.

Con fotografías en su cuenta oficial de Instagram que muestran su gusto por caminar las distintas alfombras rojas de la temporada de premios, muchas veces acompañado de su madre, cómplice de vida, Calva tuvo la placa final para terminar su primera incursión en Hollywood, al tomarse una foto al lado de su compatriota Tenoch Huerta y del chileno estrella del momento, Pedro Pascal.

“Llegué solo a la famosa fiesta de Vanity Fair de la que tanto había escuchado. Me encontré con Tenoch y eso me dio confianza por la hermandad del país. Y cuando estábamos caminando, sentía increíble que la mayoría de estas estrellas sabían quienes éramos. Llegamos ante un grupo de personas que rodeaban a una persona, descubrimos que era Pedro Pascal y nos acercamos a platicar. Pedro me dijo algo muy bonito: cuando vio Babylon sintió envidia de la buena, pero se dio cuenta que era 20 años mayor a mi edad. Me dijo que le gustaría que trabajáramos juntos y le dijo a Tenoch que le encantó su Wakanda Forever. Sentí mucho la camaradería latinoamericana”, describe Calva al hablar de la estrella de The Mandalorian y The Last of Us, que ciertamente es un referente de hasta dónde puede llegar un hispano en Hollywood.

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Foto: Izack Morales Romero

Con varios proyectos en puerta, incluyendo la serie Familia de media noche, a cargo de Beristain, Calva pasa sus tiempos libros pintando arte abstracto y, a veces, escribiendo poesía. El propio Chazelle le dijo que vivía el espíritu de un hombre renacentista.

“Estoy contento y satisfecho. Creo que ya encontré mi hogar”, dice Calva, con barba de dos días y semblante de que ha colgado el traje de Manny para darle la bienvenida al futuro.

¿Esa casa empieza en México y termina en Hollywood?, le pregunto.

“No. Empieza y acaba con cine”, dice con evidente cara de satisfacción.

Estilismo SALVADOR COSIO Maquillaje y peinado DAVO STEBHANE