Aunque podría pensarse que son sinónimos y que, tanto escorts como quien se dedica a la prostitución ofrecen servicios sexuales a cambio de dinero, esto no es del todo correcto. De hecho, existen algunas diferencias clave entre ambas actividades.
En primer lugar, las y los escorts suelen ser contratados por un período de tiempo determinado para realizar acompañamiento, que puede o no incluir servicios sexuales, mientras que quienes se dedican a la prostitución, ofrecen servicios sexuales a clientes que suelen acudir a lugares específicos para ello, como burdeles o zonas de prostitución.
En segundo lugar, las y los escorts suelen ser más selectivos en cuanto a sus clientes y pueden tener un mayor control sobre sus servicios, como la elección de qué servicios ofrecer y a quiénes. Por el contrario, quienes se dedican a la prostitución tienen menos control sobre los clientes que atienden y los servicios que ofrecen.
Además, los escorts suelen cobrar tarifas más altas que quienes se dedican a la prostitución debido a la exclusividad de sus servicios y a la mayor cantidad de tiempo y esfuerzo que dedican a cada cliente.
Otra diferencia de las escorts es que generalmente son personas con un alto nivel educativo, así como gran atractivo, debido a que se les contrata como acompañantes y lo que generalmente se busca es poder estar junto a una persona con un alto nivel de estudios y una excelente presencia.
Lo que distingue a los/las escorts de las personas que ejercen la prostitución es su atractivo intelectual y su compañía exquisita, que se extiende tanto en situaciones públicas como privadas. Mientras que las personas dedicadas a la prostitución a menudo solo ofrecen servicios sexuales (y a veces afecto y comprensión), los/las escorts ofrecen un servicio de compañía de mayor calidad y sofisticación.
Aunque hay más mujeres escort que hombres, este fenómeno ha traspasado las fronteras de género y existen muchos escorts masculinos, transgénero o de género no binario.
Por ejemplo, Japón fue uno de los países pioneros en el auge de los escort masculinos.El documental The Great Happiness Space: Tale of an Osaka Love Thief, rodado y dirigido por Jake Clennell en 2006, reflejaba el auge de este fenómeno en Japón. Muchas jóvenes niponas comenzaron a acudir a locales glamurosos y pagan cientos de dólares por pasar un buen rato con un chico que las complace, en la versión masculina y moderna de la tradicional geisha.
Esfuerzo por legalizar el trabajo sexual
Según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), las organizaciones de trabajadoras sexuales han impulsado la legalización de la prostitución desde los años setenta, buscando el reconocimiento de la oferta de servicios sexuales como una actividad económica legítima. Asimismo, pretende que su legalización ayude a acabar con la clandestinidad, la violencia y la marginalidad en la que viven las PERTS.
¿Quiénes son las PERTS?
¿Quiénes son las PERTS? Las personas que somos trabajadoras sexuales nos definimos como: mujeres y hombres cis y trans, mayores de edad que recibimos dinero o bienes a cambio de servicios sexuales eróticos y/o como acompañantes, ya sea de forma regular u ocasional, definiendo conscientemente estas actividades como generadoras de ingresos. En este sentido, enfatizamos en el término trabajo sexual y no prostitución, puesto que este último ha tenido una connotación peyorativa a lo largo de la historia.