Hace cuatro años, en 2019, Joaquin Bondoni y Emilio Marcos se volvieron un suceso sin precedentes como ‘Aristemo’ una de las parejas LGBTQ+ más populares de la televisión abierta; en ese tiempo, Esquire les hizo una sesión de fotos que se volvió viral.
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Ahora, Bondoni se enfrenta a otro de los mayores retos de su carrera al darle vida a ‘Jamie New’, el protagonista de Todo mundo habla de Jamie, un joven que, contra toda expectativa, sueña con ser Drag Queen.
Platicamos con el actor de Mi marido tiene más familia y Juntos el corazón nunca se equivoca sobre los retos de estar frente de su primer musical de gran formato.
¿Cómo llegó Jamie a tu vida?
Increíblemente fue por Instagram. Me buscó por ahí Claudia Romero (directora de casting), pero la verdad es que soy un poco distraído y llegué a ignorar el mensaje, pero no porque quería sino porque soy distraído. El año pasado estuve en otra obra de teatro: Distorsión y ahí la jefa de teatro, que se llama Rebeca, es muy amiga de Claudia, entonces como yo no le contestaba le pasaron mi número.
Dos semanas después llegué al Teatro Hidalgo -ahí fue el casting- y 20 días después me confirmaron para el papel de Jamie.
Hace unos años hiciste un proyecto muy importante en el que tuvimos la oportunidad de colaborar: Mi marido tiene más familia, telenovela de donde salió Aristemo. ¿Sientes por ello un vínculo más fuerte con la comunidad LGBTQ+?
Trabajo para fomentar un futuro. Hay una frase que me gusta mucho que dice que ‘la juventud es la época de siembra’, entonces puedo decir que la humanidad aún necesita madurar y creo que es el momento para seguir sembrando muchas cosas para nuestro futuro.
Creo que a parte de la comunidad, también me quiero expandir un poco más: a la gente incomprendida, a los llamados ‘locos’, a la gente que ha sido señalada por su forma de ser o por querer ser sí mismo, y eso es lo que queremos ahora, trabajar para ellos y para construir un mundo más libre, libertad de ti mismo.
Siento que lo que estás diciendo justamente tiene mucho que ver con la trama de esta obra, y con el conflicto de este personaje que anhela ser algo que la gente no acepta y en consecuencia tendrá que luchar por eso ¿qué le dirías a los jóvenes que, como Jamie, tiene un sueño que parece imposible?
A veces es difícil por lo que mucha gente pasa; todos pasamos por un proceso completamente distinto, tanto por nuestro ambiente, nuestro entorno, pero creo que lo importante es tener la mente y el corazón abiertos, y fuertes, ante todo. Hay un lugar al que perteneces, y Jamie te lo quiere hacer recordar, que todos pertenecemos a un lugar.
Aquellos a quienes les da miedo ser ellos mismos, no es imposible mientras den su primer paso, con miedo o sin miedo hay que darlo, algún día te lo vas a agradecer a ti mismo.
Hablando de saltos de fe, de esos primeros pasos, ¿Cómo ha sido tu proceso en esta obra? Al ser tu primer musical de gran formato, ¿cómo ha sido tu preparación, la coreografía, tus principales retos?
Es complejo, el primer día de llamado estábamos todos en una mesa y nos estábamos presentando, y yo la verdad es que dije que tenía mucho miedo -y todavía tengo miedo, aún cuando ya estrenamos-.
Ha sido muy desafiante, porque no soy el mejor artista del mundo; ha sido desafiante poder cantar, poder bailar, y más que nada, lo más retador es fluir en el proyecto, creo que eso es lo que más me ha enseñado.
Hoy, puedo decirlo, me siento en casa, porque es una producción llena de tanto amor y aquí nadie nos hemos juzgado; como talento, ni como seres humanos. Me siento -y tengo el orgullo de decirlo-, que valoro a este equipo como artistas y también como seres humanos, y gracias a eso he podido crecer un poco más, entender cosas sobre mí que no sabía. A veces tengo bastante intenso el déficit de atención, llamado TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), pero he aprendido de eso y me he querido abrazar al respecto, y me ha sanado para poder hacer a Jamie.
¿Qué te ha costado más y en qué sientes que has fluido con mayor facilidad?
Vaya, creo que más que nada la seguridad de poder cantar en ciertos momentos, incluso actuar. Una mente perfeccionista a veces es un poco difícil y muy compleja, pero creo que una mente perfeccionista no es que esté mal, pero tiene que ser un perfeccionismo sano, no te puedes exigir hasta el punto de destrozarte y lastimarte como ser humano para poder hacer teatro, o incluso arte, a veces es necesario, pero no de una manera poco sana, para eso hay que apoyarte, dejarte guiar, por grandes maestros para así poder soltarte poco a poco sin tener miedo a la libertad, a la creatividad.
Es lo que a veces da un poco de miedo, y también el miedo al qué dirán, pero es posible y me he sentido cada vez más seguro en los pasos de las funciones que hemos dado.
Hablando de esos grandes maestros en este musical compartes escenario con gente experimentada y talentosa como María Filippini, Rogelio Suárez, Efraín Berry, y el maestro Alberto Lomnitz, ¿qué has aprendido de ellos?
Sí, incluso también tenemos a nuestras coaches vocales, como Adriana del Río, o también el maestro Sergio Carranza. Ellos son maravillosos artistas, pero hasta los jóvenes nuevos, que me han regresado a mí mismo y me han hecho voltear mucho a mi yo de niño.
La comunicación nos ha servido demasiado para estar en escena, la confianza y la libertad, incluso la libertad de la creatividad. Por ejemplo, en el caso de María Filippini, un día fui a su casa y estuvimos platicando sobre estos personajes, de cómo nos sentíamos y creo eso nos funcionó mucho; el haber hecho una plática como madre e hijo para poder entender ciertas escenas. Y con Alberto Lomnitz, él es el director actoral, y la sensibilidad que manejó fue compleja, porque incluso en la música hay que entender ciertos puntos y ciertas acciones, de dónde vienen, y a dónde van, para poder hacer este musical. También me he permitido equivocarme.
Alternas el protagónico de la obra con Nelson Carreras…
Sí, alternamos personajes, cada actor tiene su esencia, un sabor y una presencia diferente y es maravilloso.
¿Cuál es tu momento o número favorito de la obra?
¡Guau! es muy difícil contestarte eso porque me gustan muchas cosas que son totalmente diferentes, por eso creo que puedo decir que… ¡todo me encanta! porque me encanta hasta lo que no me gusta; porque eso hace una obra, lo que se puede ver desde la vida.
Me siento cómodo y orgulloso de decir que hay unas partes que no me gustan, no por el texto sino por la incomodidad que me generan, y eso me ha enseñado que también así es la vida, es incómoda a veces, y me da orgullo decirlo porque creo que puedo sentir a veces muchas cosas.
Finalmente, ¿por qué te gustaría que la gente vaya a ver Todo mundo habla de Jamie?
Todo mundo habla de Jamie es una obra en la que el protagonista no es un cliché, Jamie es una historia verdadera, la obra está hecha a partir de la historia real de Jamie Campbell.
A la humanidad nos hace falta ver más el realismo, la honestidad. Aquí lo que más han exigido es la honestidad, la tolerancia, etcétera, pero creo al mundo le hace falta ver un poco más de realismo, en historias o en música. Y lejos de eso, ¡que vengan para pasarla padre, para poder llorar y sentir un poco más!
Todo mundo habla de Jamie. Teatro Manolo Fábregas. Viernes 20:00 horas, sábados 16:30 y 20:00 horas y domingos 13:00 y 17:00 horas.
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