Matthew Perry de 53 años de edad, y quien se llevó todo el protagonismo en la Friends Reunion, reveló que consumía 55 pastillas diarias de Vicodin y que casi muere dos años antes de la pandemia después de que su colon estallara por el consumo excesivo de drogas.
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Por Rafael Galán
El actor Matthew Perry (53 años) revela en sus memorias Friends, Lovers and the Big Terrible Thing, que en Estados Unidos sale a la venta el próximo 1 de noviembre, que casi muere después de que su colon estallara por el consumo excesivo de drogas en 2018. Perry se ha sincerado en una entrevista en la revista People, avanzando una de las partes más impactantes de sus memorias: el actor pasó dos meses en coma y cinco meses en el hospital para recuperarse. Perry contó que tuvo que usar una bolsa de colostomía a lo largo de nueve meses. “Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2 por ciento de posibilidades de vivir. Me pusieron una cosa llamada máquina ECMO, que hace toda la respiración para tu corazón y tus pulmones. Y a eso se llama Ave María. Nadie sobrevive a eso”, revela el actor en la entrevista y en sus memorias. Matthew Perry quiere, sobre todo, contar ahora su versión de los hechos. El libro se centra en la presión que sentía durante el rodaje de la serie Friends (10 temporadas desde 1994 hasta 2004), que ya avanzó Perry durante la Friends Reunion, en el accidente que condujo a su adicción a los analgésicos y al alcoholismo (fue el catalizador de su bajada a los infiernos, pero solo explica un 1% de la historia)... y los efectos colaterales de todo ello. Su vida ha estado expuesta en los medios y nunca han sido un secreto su adicción a las pastilla de hidrocodona, un derivado de la codeína y distribuidas (Vicodin es una de las marcas comerciales de este fármaco) y al alcohol, ni sus entradas ni salidas de los centros de rehabilitación y las clínicas de desintoxicación, ni las complicaciones médicas derivadas de sus adicciones. En 2013, Perry concedió una entrevista mítica, titulada a modo de autobiografía apresurada Mi vida como un adicto, en la que hablaba de sus adicciones en primera persona, pero en la que no hacía mención a nada más. En ella decía cosas como que “tenía un gran problema con el alcohol y las pastillas y no podía parar. Con el tiempo las cosas se pusieron tan mal que no pude ocultarlo, y entonces todo el mundo lo supo”, así como que tardó casi dos décadas en recuperarse. El público ya lo sabía. La entrevista no hacía sino confirmar lo que llevaban años publicando los tabloides. Perry insiste ahora en la nueva entrevista, y en sus memorias, en que sus problemas con el alcohol comenzaron cuando pasó el casting de Friends a principios de los 90, a la edad de 24 años. “Podría manejarlo, más o menos. Pero cuando tenía 34 años, estaba realmente arraigado en muchos problemas”, dijo Perry. “Pero hubo años en los que estuve sobrio durante ese tiempo”. La penúltima temporada de la serie (hablamos de 2002) “fue el único año en el que estuve sobrio durante todo el camino”, dijo Perry. "¿Y adivina en qué temporada me nominaron como Mejor actor? Yo pensaba: “Esto debería decirme algo”.
Matthew Perry revela ahora que consumía la friolera de 55 pastilla de Vicodina al día y que pesaba 58 kilos. “No sabía cómo parar”, cuenta Perry. “Si la policía hubiera venido a mi casa y me hubiera dicho: ‘Si bebes esta noche, te vamos a llevar a la cárcel’, habría empezado a hacer las maletas. No pude parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que empeora a medida que envejeces”. Con lo que nunca ha sido tan transparente es con lo que ocurrió detrás de las cámaras en Friends. En 2016 concedió una entrevista a una cadena de radio en la que aseguró que recordaba con dificultad todo lo que había ocurrido entre la temporada 3 y la temporada 6 de Friends. Sin embargo, no habló de cómo se sentía en la serie. No fue hasta que hizo su confesión en Friends Reunión, que, por cierto, acaparó toda la atención del especial de HBO (junto con el modo zen de Matt LeBlanc), que su salud mental, esa con la que llevaban años especulando los medios sensacionalistas, cobró otra dimensión. En el especial, Matthew Perry soltó: “Sentía que iba a morir si no se reían. Eso no es saludable, seguro. Pero a veces decía una frase y si ellos [el público que asistía a los rodajes] no se reía, yo comenzaba a sudar y a tener convulsiones. [...] me asustaba”. Ese grado de introspección, que, por supuesto, no pasó desapercibido en la mesa de edición, sorprendió en directo a sus compañeros de reparto mientras grababan. “No nos lo contaste nunca”, le dijeron varios de sus compañeros de reparto (liderados en su sorpresa por Lisa Kudrow), que sí eran conscientes de sus adicciones. “Así es como me sentía cada noche”, dijo también. “No recuerdo que nunca mencionaras algo así", dijo Kudrow.
Los productores lo sabían
No está tan claro que esa presión que sentía Matthew Perry fuera algo desconocido para los productores de la serie. En una entrevista con The Hollywood Reporter, el productor ejecutivo de la serie Kevin Bright fue bastante críptico acerca de la situación de Perry. Hablando sobre el episodio en el que Mónica pilla in fraganti (no era la primera vez, por cierto) a Chandler dándose al bello arte de Onán y cree que el desencadenante de la lujuria del personaje de Perry es la violencia entre tiburones, uno de los arcos argumentales de los que se arrepentían los guionistas, uno de esos que, según ellos, habrían eliminado si viajaran en el tiempo, Bright dejaba caer que parte de la ‘culpa’ de ese arco podría ser de Perry y de su deseo de resultar gracioso. Según Bright era un gag más propio de Seinfeld que de Friends. Pero, claro, esto es leyendo entre líneas.
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