En 2007, cuando Transformers se convirtió en un fenómeno global, Megan Fox se catapultó al estrellato de una manera vertiginosa. Muchos la vieron como la versión más joven y atrevida de Angelina Jolie, comparándola no solo por su físico impresionante, sino también por su actitud rebelde y algo provocadora. Tanto así, que surgieron rumores de que Fox podría reemplazar a Jolie como Lara Croft en una tercera película de Tomb Raider.
Físicamente, las similitudes eran innegables: ambas compartían un estilo audaz, tatuajes llamativos y una imagen de mujeres fuertes e independientes. Y en cuanto a sus posturas sobre el amor y las relaciones, también había cierto aire de paralelismo. Pero, en realidad, esas comparaciones no fueron tan beneficiosas para Fox.
Fox loves Jolie
Por un lado, Megan Fox adoraba a Angelina Jolie. La veía como el ícono de sensualidad y poder que era, y no podía evitar sentir una profunda admiración por ella. En una entrevista de 2009, Fox confesó a Digital Spy que le encantaría ser la novia de Jolie: “Cada vez que termino una relación, me digo: ‘Si pudiera ser la novia de Angelina, sería muy feliz’. Amo a Angelina. Es increíblemente honesta y no tiene miedo de ser ella misma. No sé si sabe quién soy, pero ella es mi actriz favorita”, decía Fox con una sinceridad total. Las comparaciones entre ellas, para Fox, eran un cumplido, aunque con el tiempo, este fenómeno comenzó a sentirse más como una carga que un halago.
En una conversación más íntima con el Daily Record en 2009, Fox admitió que la presencia de Angelina la aterrorizaba. “Tengo miedo de Angelina Jolie”, confesó sin rodeos. “No la he conocido, pero la evito porque es una persona poderosa. Apuesto a que me comería viva. De hecho, he tenido que rechazar papeles porque no quiero que la gente piense que estoy tratando de emularla”.
La presión fue tal que Fox incluso descartó tomar el rol de Lara Croft, un personaje tan ligado a Angelina Jolie que para ella resultaba inalcanzable. “Nunca trataría de arrebatarle ese papel”, dijo con convicción la actriz que espera un hijo con el rapero Machine Gun Kelly.
Una vampira de 900 años
Pero la cosa no terminaba ahí. Fox, con solo 23 años, ya estaba cansada de ser vista como la “nueva Angelina”. En una entrevista con Cosmopolitan, ironizó sobre las comparaciones. “La gente ve a una chica de pelo oscuro y tatuajes que aparece en una película de acción y dice: ‘Ella es la próxima Angelina’. Pero no tengo nada en común con ella. Si alguien me dijera que es un vampiro, diría: ‘Sí, está bien, totalmente’. ¿Cómo es que Angelina se ve exactamente igual que cuando hizo ‘Tomb Raider’? Es porque en realidad es un vampiro de 900 años”.
Con el paso de los años, las comparaciones fueron perdiendo fuerza. Megan Fox siguió su camino, aunque no siempre de la mano del éxito. Fue nominada en múltiples ocasiones a los premios Razzie, conocidos como los “anti-Oscar”, donde ganó tres estatuillas por su desempeño como Peor Actriz.
Mientras tanto, Angelina Jolie diversificó su carrera a tal grado que hoy es una seria candidata para los premios Oscar de 2025 por su interpretación en María Callas de Pablo Larraín, una película que revive la historia de una de las voces más legendarias de la ópera, llevándola a nuevas alturas artísticas.