Nicolas Cage es, en muchos sentidos, un personaje salido de sus propias películas, un hombre cuya vida personal es tan misteriosa, épica y fascinante como los papeles que elige interpretar.
Desde los fósiles de dinosaurios hasta castillos medievales, pasando por arte esotérico y cómics raros, la vida de Nicolas Cage parece una película de aventuras en sí misma. Conocido mundialmente por su carrera de altibajos en Hollywood, que va desde papeles de acción en películas como La roca hasta actuaciones más profundas en clásicos de culto como Un ángel enamorado (1998) y Contracara (1997), Cage también tiene un lado que pocos conocen.
En un apasionado por coleccionar objetos raros y, a menudo, excéntricos. Su gusto por lo extraño no solo le ha valido fama, sino también historias casi tan épicas como las que interpreta en la pantalla.
Un actor con alma de coleccionista
El 7 de enero de 2025, Nicolas Cage cumple 61 años, y en estos años se ha consolidado no solo como un actor de Hollywood, sino como una especie de mito viviente, una figura excéntrica que parece estar a un paso de los personajes de sus propias películas. Mientras muchos actores intentan mantener su vida privada a salvo de los reflectores, Cage se ha mostrado sin complejos sobre sus pasiones más raras, y el coleccionismo es una de las que más resalta. Pero lo que distingue a Cage de otros coleccionistas no es solo el valor económico de sus adquisiciones, sino la conexión personal y la historia detrás de cada objeto.
Sus colecciones no son solo acumulaciones de piezas valiosas; son fragmentos de historia, reliquias de civilizaciones perdidas, y símbolos de mitos antiguos. Cada adquisición de Cage parece estar impulsada por una necesidad de conectar con lo más profundo de la humanidad y la cultura.
El dinosaurio que casi le arruina la vida
Uno de los momentos más célebres de la vida de Cage ocurrió en 2007, cuando compró un esqueleto completo de un dinosaurio Tyrannosaurus rex por 276.000 dólares. Pero lo que parecía una compra impulsiva e inocente se convirtió en un escándalo. Tras su adquisición, se descubrió que el fósil había sido extraído ilegalmente de Mongolia, lo que obligó al actor a devolverlo en 2015. A pesar de la controversia, Cage nunca expresó arrepentimiento por su compra; en lugar de eso, se mostró satisfecho de haber devuelto el fósil al patrimonio cultural de Mongolia.
El T. rex no es un caso aislado en la vida de Cage. Su gusto por lo antiguo y lo singular lo ha llevado a adquirir propiedades con un pasado muy rico. En 2007, compró una mansión histórica en Nueva Orleans, y en 2013, un castillo medieval en Baviera, Alemania. Cada propiedad tiene un propósito más allá de ser un simple inmueble; para Cage, cada castillo y cada mansión parecen ser refugios personales donde busca inspiración, retiro y, quizás, un lugar donde sus propios mitos personales puedan crecer.
El coleccionista de cómics y arte
Muchos no saben que Cage también tiene una pasión por los cómics. Desde joven, fue un gran admirador de Superman, y su amor por las historietas lo llevó en 2011 a hacer una de las compras más sonadas de su carrera como coleccionista: una primera edición de Action Comics No. 1, el cómic que marcó el debut de Superman en 1938. El precio de la pieza: cerca de 2 millones de dólares, un récord en el mundo del coleccionismo. Para Cage, esta compra no solo representaba un objeto de valor económico, sino también un tributo a su infancia y a la figura de Superman, uno de sus íconos personales.
Pero el amor de Cage por el arte no se detiene en los cómics. A lo largo de los años, ha ido acumulando una impresionante colección de arte original, que abarca desde ilustraciones de cómics hasta pinturas de artistas contemporáneos. Entre sus piezas más destacadas se encuentra una pintura de Gerald Brom, conocido por sus obras oscuras y fantásticas.
Lo extraño, lo esotérico y lo paranormal
Cage también tiene una fascinación por lo esotérico, lo oculto y lo paranormal. En varias entrevistas ha revelado su interés por el ocultismo, lo que lo llevó a adquirir libros antiguos sobre magia y artefactos relacionados con la espiritualidad, como amuletos y talismanes. En una entrevista de 2018, explicó que estos objetos le servían como un puente hacia otras dimensiones, un tema recurrente en muchas de sus películas más misteriosas.
Su colección es una mezcla de objetos tan extraños como fascinantes: cartas de tarot, relojes antiguos, documentos históricos, y piezas que narran la historia de la humanidad desde la Independencia de Estados Unidos hasta la evolución del cine. Esta búsqueda constante de lo raro y lo excéntrico es un reflejo de su propia personalidad, marcada por una curiosidad insaciable y un deseo de conectar con el mundo de una manera profunda, casi mística.
El coleccionista como reflejo de su arte
A través de sus colecciones, Cage se ha mostrado como un hombre que busca siempre algo más, un coleccionista incansable que, al igual que en sus películas, está dispuesto a ir más allá de lo convencional. En su vida y su arte, no hay espacio para lo común; solo para lo excepcional, lo mítico y lo raro. Y al final, eso es lo que lo convierte en una figura tan fascinante, no solo en la pantalla, sino también en la vida real.
