Este año, las sombras se cernirán sobre las salas de cine con la llegada de Nosferatu, la nueva película de Robert Eggers, el mismo que nos hizo temblar con La bruja y El faro. Lo nuevo de Eggers se trata de una revisión del clásico mudo de 1922, del mismo título, que ha pasado a la historia como una de las cintas fundamentales del cine de vampiros.
Detrás de la cinta original se esconde una historia realmente interesante, la cual queremos compartirte, pero antes de ello, echa un ojo al tráiler de la nueva versión de Nosferatu…
La historia detrás de Nosferatu original de F.W. Murnau
La obra maestra muda de F.W. Murnau, de 1922, es una de las películas más influyentes de la historia del terror. La película se produjo a pesar de que a sus realizadores se les negaron los derechos de comercializarla como una adaptación directa de la novela Drácula de Bram Stoker.
Albin Grau, productor de Nosferatu, se basó en sus experiencias en la guerra y en su obsesión de toda la vida con el ocultismo para desarrollar una historia vampírica. Para ello utilizó la novela Drácula como marco para explorar los orígenes de Orlok (interpretado por el actor Max Schreck), el monstruo protagonista de la historia.
Por otro lado, la agitación de la Alemania de los años veinte tras la Primera Guerra Mundial ayudó a crear el tono macabro y la atmósfera sombría de la película.
Creando al conde Orlok
La imagen del conde Orlok es una de las más emblemáticas del cine de todos los tiempos. Es una criatura de tez pálida, orejas puntiagudas, colmillos afilados y que viste siempre de negro. Su expresión es la de un demonio, a la vez que es una especie de alimaña maligna que lleva la peste allá a donde se dirige.
Los productores de Nosferatu hicieron algunos cambios superficiales para diferenciarlo del Drácula de Stoker, para no infringir los derechos de autor. Ambos vampiros se inspiraron en el folclore europeo y en diversas leyendas urbanas sobre muertos vivientes.
Gracias a estas modificaciones necesarias por parte de F.W. Murnau, para evitar cualquier problema legal concernientes con la novela Drácula, Nosferatu ha perdurado durante un siglo.
Nosferatu: la versión de Herzog
En 1979, el director alemán Werner Herzog decidió rehacer Nosferatu a su manera. También aprovechó que la novela Drácula pasó a ser de dominio púbico para evitar cualquier problema legal. Nosferatu el vampiro (1979) tuvo al actor Klaus Kinski en el papel principal.
A pesar de llamarse literalmente Nosferatu, Kinski interpretó en realidad al Conde Drácula, ya que Herzog tomó libremente ambas historias (la de Murnau y la de Stoker) para crear su versión ideal de la historia. Resultó ser un acierto, ya que Nosferatu the Vampyre fue aclamada por todo el mundo.
Un merecido homenaje
Años después vino La sombra del vampiro (2000), donde se plantea una idea bastante original: el actor Max Schreck (interpretado por Willem Dafoe) no es un actor en absoluto, sino más bien un vampiro real que fue contratado para el filme por F.W. Murnau, cuyo rol lo hace el gran John Malkovich. Es decir, se trata de una historia dentro de otra historia, que tuvo como resultado un homenaje perfecto a la obra original de 1922.
Robert Eggers tras las sombras del vampiro
Eggers tiene la difícil misión de hacer un remake de una cinta que a estas alturas es un clásico intocable. La producción se anunció por primera vez en 2015 y a partir de ese año ha vivido todo tipo de obstáculos para su realización.
Con Bill Skarsgård en el papel del conde Orlok y un reparto en el que figuran Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult, Aaron Taylor-Johnson, Ralph Ineson y Emma Corrin, Nosferatu se estrenará el 25 de diciembre de 2024.