El productor y músico Sean John Combs, más conocido en la industria musical como P. Diddy, está actualmente en el ojo del huracán tras revelarse detalles escandalosos sobre sus fiestas privadas. Según testimonios recientes, P. Diddy mantenía un control riguroso sobre quién podía asistir a sus fiestas, conocidas como “Freak Off”, eventos a los que solo accedían mujeres que cumplían con requisitos físicos y de vestimenta específicos.
Las fiestas de P. Diddy: Estrictos requisitos físicos y código de vestimenta
Una fuente cercana a la organización de estas fiestas, que trabajó con el artista entre 2004 y 2005, explicó al New York Post que P. Diddy insistía en que las mujeres interesadas debían pesar al menos 140 libras (aproximadamente 63 kilos). Este parámetro se aplicaba sin excepción, aunque, en el caso de mujeres con mayor estatura, la regla podría aplicarse con cierta flexibilidad. Pero el peso no era el único criterio.
Además de la balanza, el productor estableció reglas claras respecto a la apariencia. Las mujeres no debían tener celulitis, piercings o tatuajes excesivos, cabello corto, ni otras características que él consideraba poco atractivas. Este nivel de control sobre las características físicas de las asistentes ha causado un gran revuelo, suscitando múltiples críticas en redes sociales y generando más interés en el caso judicial en su contra.
El código de vestimenta: Vestidos cortos y tacones de aguja
La fuente anónima también mencionó que P. Diddy era inflexible en cuanto al vestuario de las asistentes. Los pantalones o zapatos bajos estaban estrictamente prohibidos; todas las mujeres debían llevar vestidos cortos, sin que estos pasaran de la mitad del muslo y con un escote visible. Los tacones altos eran igualmente obligatorios, y se esperaba que todas las asistentes cumplieran con estos códigos al pie de la letra.
Este código de vestimenta no solo resaltaba la exclusividad de las fiestas, sino que también reflejaba un ambiente de alto control y objetificación hacia las mujeres invitadas. Según se ha indicado, el propósito de estas reglas era crear un ambiente exclusivo y visualmente estético, aunque para muchas personas el concepto de belleza y elegancia que se exigía resulta discriminatorio y superficial.
Excesos y celebridades en las “Freak Off” de P. Diddy
Las fiestas de P. Diddy, donde solo podían ingresar aquellos seleccionados bajo criterios específicos, también se caracterizaban por el exceso en el consumo de alcohol y drogas. Aunque estas reuniones se mantuvieron en un ambiente cerrado y privado, en ellas participaron algunas de las celebridades más reconocidas de Hollywood. Figuras como Leonardo DiCaprio, Paris Hilton, Pamela Anderson, Mariah Carey, Will Smith, Beyoncé, y Jay-Z son solo algunos de los nombres que frecuentaron estos eventos.
Estas fiestas, además, contaban con una temática de vestimenta para todos los asistentes, quienes debían vestirse completamente de blanco. Este requisito agregaba un toque distintivo y, para muchos, de glamour a las reuniones. Sin embargo, la atmósfera que rodeaba estos eventos estaba marcada no solo por el lujo y la fama, sino también por un trasfondo oscuro que ahora sale a la luz en el contexto del caso judicial contra P. Diddy.
Acusaciones graves y un juicio esperado en 2025
A medida que surgen nuevos detalles sobre las estrictas reglas y el ambiente en las fiestas de P. Diddy, el músico enfrenta cargos federales por abuso, conspiración, crimen organizado, tráfico sexual, y transporte para la prostitución. Estas acusaciones son parte de un proceso en el que el rapero ha negado cualquier culpabilidad. Sin embargo, las pruebas y testimonios siguen acumulándose, por lo que su juicio, programado para el 5 de mayo de 2025 en Nueva York, promete ser un evento mediático de gran escala.
Cabe mencionar que, aunque la fecha del juicio ya ha sido fijada, las autoridades no descartan que pueda extenderse si aparecen nuevos casos en su contra. Hasta el momento, P. Diddy se mantiene bajo custodia federal, mientras tanto, el interés público y el escrutinio sobre su figura y sus actividades continúan en aumento.
¿Qué sigue para P. Diddy y la industria?
El caso de P. Diddy probablemente tendrá un impacto duradero en la forma en que se percibe a las celebridades y sus fiestas privadas. Con más mujeres y personas saliendo a denunciar prácticas abusivas, la industria musical se ve forzada a reconsiderar sus códigos de conducta y la protección de los derechos humanos en eventos de entretenimiento.
Es incierto qué resultará de las acusaciones contra P. Diddy, pero lo que sí es seguro es que este caso pone en evidencia la necesidad de cambiar los estándares y prácticas dentro de la industria. La seguridad, respeto y bienestar de todas las personas que asisten a estos eventos debe ser una prioridad, especialmente cuando se trata de ambientes cerrados y exclusivos donde las celebridades ejercen una considerable influencia.