La trágica muerte de Matthew Perry, conocido mundialmente por su papel en la icónica serie “Friends”, ha dejado un vacío en el corazón de sus seguidores y un cúmulo de preguntas sin respuesta. En octubre pasado, Perry fue encontrado sin vida en su residencia de Los Ángeles, un suceso que rápidamente despertó especulaciones y conmoción global. Ahora, tras meses de investigación, las autoridades han detenido a cinco personas en relación con su fallecimiento, incluyendo a individuos que estaban directamente involucrados en la venta y administración de ketamina al actor.
Desgarrador giro en la muerte de Matthew Perry: Detenidos los responsables
Matthew Perry, a lo largo de su vida, batalló intensamente con la adicción. Sus memorias “Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing” detallan con franqueza los años oscuros de su lucha contra el alcoholismo y la adicción a los analgésicos. Aunque logró mantener la sobriedad en varias ocasiones, parecía que esos demonios nunca lo abandonaron del todo. En sus últimos días, Perry buscaba un tratamiento para su depresión y ansiedad, confiando en una terapia de infusión intravenosa de ketamina, una sustancia utilizada tanto como anestésico como en el tratamiento de trastornos mentales.
Sin embargo, la ketamina, aunque prometedora en el campo médico, es una droga poderosa y peligrosa cuando se administra sin el debido control. Según la autopsia realizada, la cantidad de ketamina encontrada en el cuerpo de Perry era equivalente a la que se utiliza durante una anestesia general. Esta revelación levantó alarmas, pues sus niveles estaban lejos de lo que se consideraría seguro, especialmente para alguien con un historial de adicción como el suyo.
Los principales acusados
Entre los detenidos se encuentra Jasveen Sangha, conocida en los círculos oscuros como “La Reina de la Ketamina”. Sangha, junto con los médicos Salvador Plasencia y Mark Chavez, enfrenta múltiples cargos que incluyen conspiración para distribuir ketamina, distribución de sustancias con resultado mortal y posesión con intención de distribuir. La acusación detalla cómo este grupo operaba un verdadero emporio de drogas, utilizando un lenguaje codificado para sus transacciones, y cómo aprovecharon la desesperación de Perry para beneficiarse económicamente.
Salvador Plasencia, uno de los médicos involucrados, no solo estaba al tanto de los peligros que la ketamina representaba para Perry, sino que incluso presenció en más de una ocasión cómo el actor sufría efectos adversos graves, como la parálisis temporal y un aumento drástico en su presión arterial. A pesar de ello, Plasencia continuó suministrándole la droga, llegando al punto de dejar frascos de ketamina en manos del asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa, quien carecía de cualquier tipo de formación médica para administrarla.
Un comercio de muerte
El Departamento de Justicia ha sido claro en su acusación: este no fue un incidente aislado. Perry se convirtió en una víctima de un comercio de drogas profundamente enraizado, en el que médicos sin escrúpulos y traficantes vieron una oportunidad para lucrar a expensas de su bienestar. Entre septiembre y octubre de 2023, Perry habría comprado al menos 70 viales de ketamina, por los cuales pagó más de 60,000 dólares. Esta cifra subraya no solo el costo económico, sino el costo de su vida.
La investigación también reveló que Eric Fleming, uno de los acusados, distribuyó directamente al asistente de Perry la ketamina que finalmente resultó en la muerte del actor. El fiscal Martin Estrada, en una conferencia de prensa, describió la operación como un “emporio de venta de drogas”, en el que se encontraron no solo ketamina, sino también cocaína y otras sustancias controladas. Las autoridades han señalado que la investigación sigue en curso, y es posible que más personas sean implicadas en este caso que ha sacudido tanto a la industria del entretenimiento como al público en general.
El impacto en la salud mental de las celebridades
La muerte de Matthew Perry pone de relieve un problema recurrente en el mundo de las celebridades: la explotación de su vulnerabilidad por parte de individuos y sistemas que deberían estar destinados a ayudarlos. Perry, en su búsqueda de alivio para su depresión y ansiedad, terminó en manos de lo que el fiscal Estrada calificó como “médicos sin escrúpulos”. Estos profesionales no solo ignoraron los riesgos asociados con la ketamina, sino que activamente buscaron maximizar sus ganancias sin considerar el bienestar de su paciente.
Este caso también resalta la necesidad de una mayor regulación y supervisión en el uso de tratamientos alternativos como la infusión de ketamina. Mientras que muchos han encontrado alivio en estos tratamientos, la falta de controles estrictos puede llevar a situaciones trágicas, como la que ocurrió con Perry. Las celebridades, debido a su estatus y recursos, a menudo tienen acceso a estos tratamientos de manera más inmediata, lo que puede llevar a un uso indebido o excesivo si no se manejan adecuadamente.
Matthew Perry será recordado siempre por su papel en “Friends”, una serie que definió una era y que sigue siendo querida por millones en todo el mundo. Sin embargo, su legado también está ahora inextricablemente ligado a la tragedia de su muerte y a los oscuros detalles que han surgido a raíz de esta. La pregunta que muchos se hacen es: ¿podría haberse evitado?
Mientras las autoridades continúan con su investigación, el caso de Perry sirve como un sombrío recordatorio de los peligros de la adicción y de cómo, incluso aquellos que parecen tenerlo todo, pueden ser víctimas de la negligencia y la avaricia de otros. La historia de Matthew Perry es un llamado de atención sobre la importancia de proteger a las personas vulnerables, especialmente aquellas que luchan contra la adicción y los trastornos mentales, de aquellos que buscarían explotarlos para su propio beneficio.