‘The Mandalorian': ¿Por qué se sigue llamando Baby Yoda a Grogu cuatro años después?

Grogu existe desde mucho antes de que naciera The Mandalorian. Es más, el personaje nació mucho antes que Djin Djarrin, el Mandaloriano, antes de que Pedro Pascal se incorporara al proyecto, antes de que se creara ningún otro personaje. Baby Yoda nació en 2012, un 30 de octubre, en el mismo momento en el que George Lucas vendió por 4.000 millones de dólares Lucasfilm a Disney. Jon Favreau empezó a darle vueltas a la idea de El Niño (todavía no se llamaba Baby Yoda): ¿Y si Yoda no fuera el único de su especie? ¿Y si tuviéramos la posibilidad de ver cómo se entrenó alguien como Yoda para convertirse en un gran Jedi?

Baby yoda the mandalorian

Disney+

El atractivo de Baby Yoda como personaje va más allá de la respuesta evolutiva de nuestros (por lo general) adormilados cerebros cuando vemos a un niño o a un cachorro de cualquier especie. Y fíjate que digo Baby Yoda y no digo primero Grogu (esto tiene que ver básicamente con que ‘cómo se llama baby yoda’ es una de las búsquedas más populares en Google vinculadas al personaje, junto con ‘disfraz baby yoda’). Probablemente exista una base evolutiva que justifique una respuesta física, que exista un conjunto de características que las personas encuentren (encontremos) prototípicamente atractivas (ojos grandes, narices pequeñas, barbillas pequeñas y cabezas grandes), pero eso no explica por qué el personaje es importante y mucho menos justifica la obsesión que sienten los fans de Star Wars por Baby Yoda. Quizá sí explique la obsesión de Internet, así como masa sin forma ni identidad concreta, esa misma que comparte los innumerables memes, haya o no haya visto las tres temporadas completas de la serie e incluso El libro de Boba Fett, pero no por qué continúa atrayendo a los fans de Star Wars, que no se dejan seducir a estas alturas por unos ojos grandes y mucho menos por un niño (lo que demostró con Baby Jabba) y son más de aplaudir cuando sale IG-11 o un anzellano diciendo eso de “bebé malo, no aprietes”. Así que si estás buscando un artículo de esos que han brotado como setas desde que se estrenó la primera temporada de la serie analizando por qué estamos enamorados con Baby Yoda, te has equivocado de artículo. Nosotros queremos analizar de dónde viene la obsesión por el personaje de Grogu para la gente que disfruta con Star Wars y sí se ve los episodios (incluida la serie de Boba Fett), lo que, lo creas o no, es importante. Y la respuesta es sencilla: tiene que ver con cómo nació el personaje. Porque Baby Yoda fue la primera pieza de The Mandalorian. La serie no nació como vamos a coger a un cazarrecompensas mandaloriano y vamos a meterle en problemas, sino que primero fue Baby Yoda. Si te estabas preguntando qué fue primero, si la gallina o Baby Yoda, lo primero fue Baby Yoda. Y en su origen está contenida la respuesta a nuestra obsesión.

Por: Rafael Galán

Si George Lucas no hubiera decidido vender Lucasfilm a Disney, Baby Yoda no habría nacido. Fue concebido por la imaginación de Jon Favreau en el mismo momento en el que se hizo pública la operación de venta de la compañía por 4.000 millones de dólares. Empezó a obsesionarse con una pregunta: ¿Qué es lo siguiente que pasa después de la trilogía original? No todos los fans de Star Wars se han leído todos los libros, ni todos los cómics que forman parte del canon del Universo de la Guerra de las Galaxias. Ni todos los que han visto las películas, han visto las series de televisión. En 2012 no sabíamos de la existencia de Rey Skywalker, ni pensábamos que el Emperador no estaba muerto, que no, que estaba de parranda, ni sabíamos de la Primera Orden. Aunque un boceto de lo que iba a ocurrir sí estaba ya en la cabeza de George Lucas (recuerda que fue Lucas quien imaginó la muerte de Luke Skywalker, no Rian Johnson, quién pensó que se convertiría en una especie de Coronel Kurtz), no estaba en la mente de los fans. Así que Favreau se hizo una particular pregunta: ¿Qué ocurre después de que caiga el Imperio? Y lo primero que se le ocurrió fue Baby Yoda. Bueno, no con ese nombre, pero si como El Niño. Favreau se acordó de Yoda: ¿Y si otro ser de su especie apareciera y entrenara para convertirse en Jedi? ¿Cómo sería su viaje (del héroe)? Y esa pregunta es el verdadero atractivo del personaje.

Es el misterio que rodea a Baby Yoda lo que nos atrae todavía: vale, es de la misma especie que Yoda, pero ¿de dónde ha salido? ¿Tiene algún tipo de parentesco con Yoda? Si no hemos tenido conocimiento de ningún otro miembro de la especie de Yoda, al margen de Vandar Tokare y Yaddle (que si solo has visto las películas, no te van a sonar ni mucho ni poco), ¿de dónde ha salido? El Mandaloriano, en ese sentido, es un personaje atractivo, pero sabemos qué podemos esperar de él. Es un jinete sin nombre, en este caso sin rostro. Sabemos de dónde viene y dónde está. Tenemos suficiente información. Pero de Baby Yoda no sabemos nada. Llevamos tres temporadas y solo sabemos cómo sobrevivió a la Orden 66, que se siente más mandaloriano que Jedi, que sabe decir NO y el valor del NO en prácticamente cualquier contexto y poco más.

¿Por qué se sigue llamando Baby Yoda a Grogu cuatro años después?

A Baby Yoda le ha pasado un poco como a Frankenstein, que se ha apropiado de un nombre por proximidad. En el caso del monstruo, éste lo hizo con el nombre de su creador, el doctor Victor Frankenstein, pero realmente, lo que se dice realmente, nunca se llamó Frankenstein; su nombre oficial era la Criatura o el Monstruo y él se llamaba a sí mismo Adán, fin de la historia. Lo mismo le ocurre a Baby Yoda y The Mandalorian: absolutamente ningún personaje de la serie se ha referido nunca a él como Baby Yoda; es el público, una especie de conciencia colectiva mundial, el que decidió el nombre (no le podemos echar la culpa a la maquinaria de marketing de Disney) por su parecido con Yoda, uno de los personajes originales de la saga de Star Wars, con el que comparte aspecto, misterio y habilidades. Y aunque sabemos que se llama Grogu, le seguimos llamando Baby Yoda. Porque no iba a saber más el creador del personaje que esa conciencia colectiva de Internet, hombre, ya.

¿Disney repite con Baby Yoda el error de Frozen?

Solo hay una cosa que sabemos de forma oficial sobre el nombre de Baby Yoda: que Jon Favreau, el tipo que lo ha creado odia ese nombre. Lo odia. Y lo sabemos porque lo contó Bob Iger, el CEO de Disney. Durante la gestación del proyecto, Iger decidió utilizar el término de Baby Yoda en los correos que se intercambiaba con Favreau y cada vez que lo hacía, le trasladaba su malestar:

Iger en ese momento ya sabía cómo se llamaba realmente el personaje.

Los fans obviamente elaboraron, antes de conocer que se llamaba Grogu, todo tipo de teorías sobre su nombre. Unas más elaboradas que otras. Las menos elaboradas apostaban por Yiddle (por aquello de que, además de Yoda, hay otra Jedi en el consejo de su misma raza, Yaddle), Luma (porque en un hilo de Reddit alguien dijo que lo había leído no sabe dónde... fíjate la credibilidad del debate), Kuiil (en memoria del malogrado Kuiil original) y Daigoro (en homenaje al hijo de tres año de Ogami Itto en la serie manga de ‘El lobo solitario y su cachorro’). Obviamente, ninguna dio en el clavo. De la teoría que dice que Baby Yoda era enviado al pasado por el mandaloriano y que es realmente Yoda mejor ni hablamos. Y no, tampoco se llama Joe Pesci, por mucho lapsus intencionado de Ricky Gervais que quieras poner encima de la mesa. Ni tampoco un homenaje al mono de Ikea:

Luego estaba la teoría la más elaborada que vinculaba a Vandar Tokare, el personaje de la misma especie de Yoda y Yaddle del videojuego Star Wars: Caballeros de la Antigua República, que vivió 3.000 años antes de los eventos de Una nueva esperanza, 2.000 años antes del nacimiento de Yoda y que curiosamente estuvo enfrentado a los mandalorianos. La teoría apuntaba a que Baby Yoda era un descendiente de Vandar. En este caso el apellido estaría claro, Tokare, pero el nombre continuaría siendo una incógnita. Desde un punto de vista dramático, tiene sentido que el mandaloriano proteja ahora, milenios después a un insigne descendiente de esta especie.

Hasta que el personaje de Kuiil desveló que Baby Yoda no tenía pinta de ser un clon (dado que él había estado trabajando en Kamino cuando trabajaba para el Imperio), los fans tuvieron que tirar a la papelera todas las combinaciones de consonantes del tipo CC-1004, CC-1119, CC-1138, etc. Aunque esto tampoco habría resuelto la papeleta ya que todos los clones con un cierto protagonismo siempre han tenido un apodo en la saga CC-1004 era Gree, CC-1119 era Appo, y CC-1138 era Bacara.

Vía Esquire Es

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