Antes de que me llueva el hate: Leonardo DiCaprio me cae bien. Además de que es un gran actor, lo admiro por su labor filantrópica y ambientalista. Su faceta como amante/party boy/player/womanizer es la que me desconcierta. No sé cómo sea como novio, y se vale que cada quien tenga sus filtros, tipos o estándares bien definidos; así que mientras él solo sale con chicas -modelos- menores de 25 años, hay mujeres que rechazan a hombres que midan menos de 1.80m.
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Por: Dafne Ruiz Nunca entenderé por qué a la gente le causa tanto conflicto su regla del cuarto de siglo. Es suficientemente listo como para no involucrarse con ninguna mujer que no sea mayor de edad, ¿pero de verdad qué busca en una relación? Que nadie me diga que a los 20 eres bastante madura, tomas buenas decisiones y tienes excelentes temas de conversación. JA. Lo que tienes es el mínimo de celulitis y mucha energía. Lo que podría inferirse es que le gusta tener el control y apretar unas nalguitas bien firmes.
El sexismo de bajo perfil
No se trata de una cuestión de falta de respeto, es más, en varias ocasiones en público ha demostrado ser todo un caballero y su amistad con Kate Winslet no puede ser más real. Sin embargo, ¿quién no tiene amigos que son tipazos, pero con aires de grandeza o que solo se fijan en el físico-juventud (mientras de forma hipócrita nos critican si nos fijamos en el dinero)? Es como un sexismo muy discreto, casi imperceptible, porque al final del día, ¿a qué chavita de 23 años le va a molestar sentirse deseada? y/o mejor aún, ¿ser consentida por un hombre poderoso? Su pasión por los yates no es nueva, por lo que celebrar fin de año al lado de sus tres mejores amigos en uno con 10-15 hermosas jóvenes de impacto es algo “normal”. Leo se ha encargado de normalizar ese tipo de fiestas que abundan en todo el mundo. De solo imaginarme cómo se armó el plan, me da un bajón (y envidia): “Voy a tener fiesta, tráete a unas amigas”. La frase por excelencia que me ha caído en el hígado por años. Mi respuesta siempre ha sido: “Yo soy la Samantha Jones del grupo” (traducción: “Yo sí aflojo”) o “Ya están casadas y algunas hasta con hijos”. Aunque eso sea cierto, si Leo o cualquier otro famoso bien parecido (A-List) nos extendiera una invitación a enfiestar en un yate, seguramente aceptaríamos gustosas. Tampoco mis amigas son estúpidas. Pero ninguna se animaría (tal vez solo yo) si el organizador fuera un jeque, o sea, un árabe millonario. Más allá de que se trate de un cincuentón panzón con muchísimo dinero, está la posibilidad de que sea uno como el empresario saudí Hassan Jameel, el ex de Rihanna. Un mismo escenario con distintas variables o perspectivas.
A Leo no hay nada que perdonarle -y hasta se le aplaude- todo
¿Por qué invitar a una sola mujer -Victoria Lamas- con la se supone que estás saliendo si se puede tener un harem a bordo? El no queriendo reality show ‘En el yate con DiCaprio’ pinta como uno muy bueno, la verdad. Qué lástima que no podamos verlo, solo imaginarlo. Como dice la canción de Taylor Swift, ‘The Man’: “And they would toast to me, oh, let the players play, I’d be just like Leo in Saint-Tropez”. O St. Barts. Da lo mismo.
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Volviendo a la última fiesta en altamar, ojalá que alguna de las convocadas haya dado una TED talk, tal como la modelo Cameron Russell, quien fue angelito de Victoria’s Secret. Ojo, el físico nunca ha estado peleado con el cerebro. Pero eso queda en segundo plano con Leo cuando se les ve en diminutos bikinis como un adorno o decoración de lujo. Parece que a nadie le inmuta eso. Todo mundo aplaude la fantasía del yate de cualquier hombre hetero después de los 18 -que incluya una Playstation, por supuesto. Las ventajas que tiene Leo son muchas, sobre todo la ausencia de escándalos. Por ello siempre será visto como fiestero, como un posible sucesor de George Clooney. El soltero maduro más codiciado que jamás sentará cabeza -tendría que divorciarse en cuanto la esposa cumpliera 25- y mucho menos caerá en la categoría de sugar daddy (por más que cumpla con los requisitos). Pobre Cher y Madonna, a ellas sí les quedaron las etiquetas de cougar o sugar mommy. A las mujeres siempre nos criticarán, tanto por inyectarnos colágeno como por salir con él. Vas a pensar que soy una envidiosa, y pues sí, ya lo acepté antes. ¿A quién no le gustaría disfrutar de unos días en un yate con un ganador del Óscar? Es más, aceptaría cualquier término o condición. Porque no pequemos de ingenuidad, por supuesto que las hay y por seguridad, hasta NDAs se firmaron. La última y más importante pregunta es: “¿Te relacionarías con Leo sabiendo que te desechará cuando cumplas tu fecha de expiración?”. La respuesta más popular, de acuerdo a 100 modelos menores de 25 encuestadas en mi mente, fue: POR SUPUESTO.
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