Suena el timbre y Alfonso Herrera abre la puerta. Con gesto amable y una gran sonrisa da la bienvenida a su casa en la Ciudad de México. Es una tarde lluviosa de finales de julio y de fondo suena una música que invita a relajarse después de una jornada de mucho trabajo.
Herrera, de 39 años, decide sentarse a hablar en la mesa de la cocina, el lugar de la casa donde suceden las mejores conversaciones. “Paso mucho tiempo aquí”, dice el actor señalando la mesa de madera con cuatro sillas. Entre las paredes de cemento y cristal puede observarse un brincolín en el jardín, una portería de fútbol y dos hamacas que se mueven despacio con el viento. El oasis del actor es un espacio con pocos muebles y mucha luz, pensado para que sus hijos jueguen y sean felices.
Alfonso Herrera en la portada de Esquire
La entrevista se realiza días después de la sesión de fotos para este número de Esquire. Lejos de los focos y la ropa de diseñador, Poncho, como le dicen sus amigos, viste una sudadera verde, pants negros y tenis. Hace unos meses su cara empapeló los cines de todo el país con la película ¡Que Viva México!, del famoso director Luis Estrada, y acaba de rodar en Argentina “Tesis sobre una domesticación”, junto a Camila Sosa Villada, bajo las órdenes de Javier Van de Couter. También ha visitado Ucrania en un viaje con ACNUR, la oficina de Naciones Unidas para los Refugiados, de la cual es Embajador de buena voluntad.
Proyecto a proyecto, ha consolidado su carrera como actor dentro y fuera de México, y se ha ganado el respeto de una industria que trató de encasillarle como el último grito adolescente después de su primer éxito en 2002, “Amarte duele”. Luego vendría “Rebelde”, una de las series más vistas de todos los tiempos en Latinoamérica. Hasta la fecha, Herrera conserva entre sus más de cuatro millones de seguidores en Instagram a muchos de los fans que se enamoraron de él hace 20 años y que de manera fiel lo han acompañado durante todo este tiempo.
Es un tipo versátil e inteligente que ha sabido formarse para sacar partido a sus dotes interpretativas tanto en el drama como en la comedia. Así lo demuestra su papel en las series “Sense 8", de las hermanas Wachowski, y después en “Ozark”, de Bill Dubuque y Mark Williams. Este 22 de diciembre estrenará en Netflix “Rebel Moon”, su primera película de ciencia ficción, dirigida por el aclamado Zack Snyder, director de 300 o las últimas de superhéroes como “La Liga de la justicia” o “Batman vs. Superman”, donde compartirá créditos con actores como Michiel Huisman, Cary Elwes y Corey Stoll. Es prudente a la hora de responder, un poco tímido, aunque cuando se suelta es risueño y divertido.
Alfonso Herrera en exclusiva para Esquire
ESQUIRE. Háblanos de tus próximos proyectos. ¿Cómo fue rodar en Argentina “Tesis sobre una domesticación”?
ALFONSO HERRERA Es la historia de un abogado que se enamora de una chica trans y deciden tener familia. Me emocionó mucho porque está basado en un libro de Camila Sosa Villada, y ella misma actúa y ha hecho la adaptación del guion. Como el nombre lo indica, es una tesis acerca de lo que significan las relaciones, el amor, vivir en pareja, tener un hijo y cómo la llegada de ese hijo puede modificar su funcionamiento, y cómo –a veces– el hecho de estar en pareja no solamente implica amor.
Hay algo más que se requiere y que el espectador tendrá que deducir. Después de que terminé de rodar “El baile de los 41", David Pablos, el director, me regaló el libro “Las malas”, de Camila. Yo no la conocía y ha sido una de las cosas más interesantes, mágicas y alucinantes que he leído en los últimos cinco años. Fue como una serendipia. Pensé en que, de alguna manera, todo está conectado, así que cuando me llegó el proyecto, acepté de inmediato.
ESQ. ¿Cómo ha sido grabar con Zack Snyder una película completamente distinta a lo que has hecho hasta ahora?
A. H. Interesantísimo, porque tienes que echar a volar tu imaginación. La mayoría de la película la grabamos con un fondo verde. En la primera escena que tuve con Zack me dijo: “Bienvenido, Alfonso. Vas a bajar de la rampa y, entonces, aterrizarán 300 naves. Vas a tener que darle la orden a 100.000 soldados”. Es como jugar cuando eras chiquito. Para mí, “Rebel Moon” es una historia del espacio que toma muchos ejemplos de la historia universal: de la Segunda Guerra Mundial, de los éxodos de ciertas culturas, del bien contra el mal, de la luz contra la oscuridad… El propio Zack lo dice, se inspira a la vez en Los siete samuráis, de Kurosawa, y en “La guerra de las galaxias”.
Si quieres leer la entrevista completa de Alfonso Herrera, la encuentras disponible en la versión impresa de la edición de septiembre de Esquire.