SON DOS VIDAS EN UNA. Un Eugenio Derbez que se hizo el comediante más querido de México y otro que hizo de Hollywood su nuevo hogar donde recibió un SAG Award por Mejor Ensamble de Actores y escaló al escenario del Dolby Theatre para recibir en conjunto el Oscar de la Academia por Coda.
Hollywood y Drácula: El nuevo capítulo de Eugenio Derbez en ViX
El camino de Eugenio Derbez siempre ha tenido como marco la pantalla. Su madre, Silvia Derbez, tiene su nombre con letras doradas en la cinematografía mexicana y el detrás del telón que él experimentó desde niño lo colocó en posición directa a la órbita de las estrellas de Hollywood. Esto detonó con el estreno de No se aceptan devoluciones (2023), la cinta extranjera más taquillera de la historia en Estados Unidos.
Ahora los reflectores son tomados por las manos de Eugenio Derbez y apuntan al pasado de Hollywood, en la década de los 30 del siglo XX, cuando nombres latinos como Dolores del Río y Ramón Novarro vendían millones de boletos de cine y Universal Studios decidió filmar al mismo tiempo dos versiones de la cinta Drácula.
Mientras el húngaro Bela Lugosi era convocado a vestirse del conde y vampiro, el español Carlos Villar era convocado para unirse a un reparto latino –entre ellos la mexicana Lupita Tovar– con la misión de filmar la versión en español usando los mismos foros en la jornada nocturna hasta que saliera el sol. La anécota histórica es retratada en la serie Y llegaron de noche (2024) que estrena ViX, el servicio de streaming en español líder en el mundo y en la que Derbez representa al actor dueño del castillo de Transilvania.
Nos acercamos a Derbez, con su primera década cumplida en Hollywood, donde ha forjado una familia con su esposa Alessandra Rosaldo. En la ciudad cuyo mar tiene atardeceres rosados y de 45 minutos de duración, el pasado y presente se empapan de historias y nostalgia. Eugenio ya es abuelo, pero te recomendamos ser cuidadoso en decirle veterano, porque apenas está poniendo bien sus dos pies en el dorado California con muchas historias que contar.
ESQUIRE: Fuera de México, caminaste sitios históricos del cine internacional antes de mudarte a Hollywood. Así ocurrió en el 2004 cuando te invitó el estudio DreamWorks al Festival Internacional de Cine de Cannes para reunirte con Eddie Murphy y otros actores que doblaron como tú al personaje de Burro al idioma de su país en Shrek. En esa ocasión el productor Jeffrey Katzenberg te dijo que eras su burro favorito. Mucho tuvo que ver con que adaptase los parlamentos de Murphy al español, poniendo a hablar a Burro con modismos mexicanos y su humor característico. ¿Cómo recuerdas esos días en la riviera francesa y bajo las escalinatas del Palace of Festivals?
Eugenio Derbez: Para mí, era un sueño hecho realidad porque es uno de los eventos de cine más importantes a nivel internacional y ahí fue mi primer acercamiento a ese mundo. Me acuerdo todavía de las fiestas donde me tocó estar en el yate de uno de los tres más grandes millonarios del planeta. Era un magnate de Microsoft y ahí había un montón de celebridades como Will Smith, Angelina Jolie y Antonio Banderas, junto con Murphy y Mike Myers.
En Cannes fui parte del sueño de todo cineasta. Recuerdo caminar la Croisette al lado de la playa y tomarle fotografías a la gran escalinata con alfombra roja del Palace of Festivals. Me emocionaba pensar en toda esa gente legendaria del cine que caminó por ahí a lo largo de la historia. Imágenes que veía desde niño y que de pronto estaba yo ahí. Curiosamente, desde ese entonces no he regresado, pero ya me tocará, espero que pronto.
ESQ: Pensando en las primeras veces que viste al cine de Hollywood y sus monstruos, ¿alguna vez te disfrazaste de niño como el conde Drácula?
E.D. Ahora, con el estreno de nuestra serie Y llegaron de noche, por ViX, voy a publicar en mis redes sociales unas fotografías que tengo de niño vestido de Drácula. Creo que tengo una por ahí desde que tenía yo 11 o 12 años de edad.
ESQ: ¿Cómo llega a tus manos la posibilidad de vestirte del vampiro que interpretó Carlos Villar en Drácula (1931)?
E.D. Me da mucho orgullo porque creo es una historia que muy poca gente conoce. Te confieso: yo no la conocía. Se nos acercaron los escritores Bob Fisher y Rob Greenberg, con quien mi compañía productora hizo Overboard (2018) y The Valet (2022), para proponernos hacer Y llegaron de noche.
Nos preguntaron si sabíamos de esta historia de la filmación de la versión de Drácula latina y les respondimos que desafortunadamente no. Me encantó saber que era una historia de éxito, porque el resultado final de ese filme era mejor que la versión en inglés de Hollywood.
Me sorprendió saber que el director George Melford logró reunir a este grupo de latinos de distintos países, procedentes de Argentina, España… México. Era una mezcla de acentos impresionante.
Si hoy en día Hollywood no termina de entender lo que es ser latino, con sus distintas culturas y acentos, menos hace 100 años que Universal Studios filmó Drácula en español.
Supe que el mundo debería conocer la historia tras la filmación de Drácula. Este es el tipo de historia que me llena de orgullo que la gente conozca y que sepa que los latinos desde el inicio de la historia de Hollywood hacemos las cosas bien, incluso mejor que los estadounidenses.
Fuera de los países latinos que vieron Drácula con Carlos Villar, no se pudo hacer mucha referencia a ella hasta que en 1977 se encontró una copia en Cuba y su anécdota de cómo fue filmada se renovó en libros, pero nunca en una serie como la que hicimos en Y llegaron de noche que podrán ver en ViX.
ESQ: ¿Cómo fue caminar esos foros en Hollywood sabiendo que un siglo atrás en medio de la noche se filmó Drácula con actores como tu procedentes de culturas latinoamericanas?
E.D. La verdad todo estuvo cargado de nostalgia. Fue una emoción que no te puedo describir. Por ejemplo, los escenarios que conforman el interior del castillo de Drácula es una réplica exacta a los que se usaron en 1930 al filmarla.
Si ves la versión de Bella Lugosi en inglés y luego nuestra reconstrucción del castillo, notarás que son iguales. Fue donde como productores invertimos más dinero, queríamos además de ser fieles a lo histórico traer de vuelta la belleza de los escenarios. Fue muy emocionante la primera vez que vimos el castillo iluminado con cientos de velas. Se me enchinaba la piel ante la belleza de esta escenografía icónica en el cine y nuestra imaginación colectiva.
También me di cuenta de que sin empezar a grabar Y llegaron de noche estábamos consiguiendo valores de producción a la par de las mejores series que se filman hoy en Estados Unidos.
ESQ: Pensar en la actriz Lupita Tovar que a la edad de 20 años llegó a Estados Unidos después que el director George Melford la descubrió en México, significa pensar en cómo una latina llegó a Hollywood como tú, llena de sueños, pero también con nervios de adentrarse en la industria más poderosa tras la pantalla. ¿Sentiste el llamado síndrome del impostor, en el que temes que alguien diga que no tienes la calidad para estar ahí?
E.D. Esos nervios y ansiedades me daban cuando llegaba a mis primeras juntas de producción, pero gracias a Dios tenía siempre a mi lado al productor Ben Odell cuando ibamos a los estudios como MGM, Sony Pictures o la cadena ABC.
Estaba, por ejemplo, en una de las grandes salas de juntas y de repente los ejecutivos empezaban a hablar de proyectos que yo desconocía y escuchaba nombres que no sabía. Me quedé sumido en mis pensamientos esperando el momento en que se dieran cuenta que no sabía nada. Saliendo de la junta, le dije a mi socio Ben que me sentía muy mal porque no había aportado nada y él me dijo que no me preocupara. Los ejecutivos le habían dicho a Ben que estaban preocupados porque veían que yo estaba serio, analizando todo en mi cabeza y él les contestó que así era yo, un hombre que piensa mucho las cosas (ríe) y estaba creando todo en mi cabeza. Y que él hablaría conmigo después de la junta. Yo estaba por dentro con la sensación de que no sabía nada y ellos pensaron que estaba analizando todo. Estuvo buenísimo que así me percibieran.
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