De ser un soldado con el corazón roto al mutante más poderoso del universo, McAvoy también es el hombre que cambia de personalidad con un pestañeo frente a la cámara. Sin perder la oportunidad, lo entrevistamos para que nos cuente por qué ‘No hables con extraños’, es más que una película cautelar.
James McAvoy llega a nuestra portada de octubre
La primera vez que lo vimos representaba en sí el mundo de las historias. James McAvoy era un fauno en The Chronicles of Narnia (2005) y no sabíamos si confiar o dudar de sus intenciones. Desde ahí y para adelante, el actor ha sabido, con su singular sonrisa meternos en juego de la interpretación. Nada es seguro al observar a este hombre escocés.
Pero también McAvoy ha sabido ser nuestro aliado hacia la oscuridad de la humanidad. En The King of Scotland (2006) el histrión representó los ojos de la educada europa que se topan con la brutalidad sanguinaria del dictador Idi Amin, personificado por Forest Whitaker que ganó el Oscar de Mejor Actor. La intensidad del personaje de James trajo la humanidad al filme que el villano sofocaba.
Atonement (2007) fue el filme donde McAvoy forjó su primer personaje trágico. Al lado de Keira Knightley, James fungió como el hijo de la ama de llaves que se enamora de ella, para después por una mentira en su contra terminar desterrado de la casa y enviado al frente de la Primera Guerra Mundial. La novela de Ian McEwan es desgarradora y la inocencia mostrada por el actor, de entonces solo 27 años de edad le dio un nuevo sentido al poder de destrucción de una calumnia.
Hollywood volteó a ver la expresividad de McAvoy y en el 2011, el actor se enfundó en el uniforme de los X-Men, plasmando su imagen de un hombre que siempre está concentrado y observando con atención. Si bien no es un galán de la pantalla, ciertamente es el más listo en la habitación según lo que nos hace creer con su presencia y actuación.
McAvoy se vistió del mutante de cómics Chales Xavier en X-Men: First Class y sus secuelas, aportando un sentido más humano al revelar que podía equivocarse, juzgar mal a la gente o ser presa de querer controlarlo todo, incluso a sus seres amados como Raven (Jennifer Lawrence) a quien rescató de su rebeldía y le es imposible domarla.
El realizador campeón por sus finales inesperados y personajes de motivaciones ocultas, M. Night Shyamalan usó la habilidad de James de cambios de actitud y personalidad, para crear a su protagonista que encierra 8 personalidades en él para la cinta Split (2016), trayéndolo de nueva cuenta en Glass (2019).
La psicología es parte de las herramientas de cualquier actor, pero McAvoy la usa al sujetar cada personaje y tramar qué es lo que hará para afectarnos a nosotros.
El estreno de ‘No hables con extraños’ (‘Speak No Evil’) en cines le da la oportunidad al nacido en Escocia de encerrarnos en una sala, apagar la luz y contarnos una historia perturbadora, porque el monstruo no es fácil de definir.
Basada en la película danesa ‘Speak No Evil’ del mismo nombre estrenada en el 2022 de Christian Tafdrup, el remake coloca a una pareja paseando en Europa con su hija que se topa con el personaje de James McAvoy. Paddy y su esposa, logran entablar una instantánea amistad que continuará semanas después en una apartada granja. Ahí en el aislamiento, las percepciones cambian poco a poco, mientras que una vez más volteamos a ver a James sabiendo que pronto lanzará su primer zarpazo.
ESQUIRE: En tu carrera de actor te has podido deslizar desde personajes dramáticos al estilo Shakespeare hasta exponentes del cómic con poderes mutantes, ¿te sientes cómodo trabajando en ambos mundos?
McAvoy: He sido muy afortunado en mi carrera de no ser estereotipado o encajonado en un solo tipo de rol como resultado de lo que he hecho.
Ese agradecimiento proviene de haber sido invitado a hacer distintos tipos de personajes tanto frente a las cámaras, como en los escenarios de teatro.
Lo curioso es que aún cuando me invitan a hacer un personaje de cómic al momento de interpretarlo me siento como si estuviera en un teatro interpretando a Shakespeare; porque he tenido la fortuna que esas películas buscan complejidad y dimensión en sus personajes.
Un personaje como Xavier de los X-Men transita por escenarios que nos recuerdan a los clásicos cuando se hace preguntas como “¿Quién soy yo?” y “¿Por qué soy así?” y lidian con culpa y miedo, temas que a Shakespeare le apasionaban y exploraba en sus obras todo el tiempo.
Así que al filmar estas películas de superhéroes muchas veces me siento conectado con esa naturaleza auténtica y en busca de la verdad que requiere subirse a un escenario teatral.
ESQ: Cuando te llega un guión de una película a tus manos, ¿de qué manera tu entrenamiento como actor clásico te ayuda en esa preparación de los personajes?
McAvoy: Siempre estoy cazando guiones bien escritos. Ya que mencionaste a Shakespeare me gusta mucho interpretar a personajes que tienen algo que este escritor persigue siempre: el defecto de la persona.
Te preguntas, ¿qué es un gran defecto en el personaje? He explorado eso en mis personajes, como es el caso de Charles Xavier, quien tras ahondar en él me di cuenta que su defecto mayor era su propio ego; porque en algunas ocasiones poseía el complejo de mesías. Otras veces también me atraparon sus temas de abandono como en X-Men: Days of Future Past (2014). Me gusta buscar esa falla y la tensión que se crea en la persona con preguntas como: ¿podrá superarla?, ¿aprenderá de su pasado?, o, ¿volverá a caer a causa de ese gran defecto?
ESQ: Algunos actores llenan de anotaciones sus guiones de cine o TV indicando las emociones e intenciones que quieren lograr al momento de estar frente a las cámaras. Al final parecen como apuntes en una partitura musical, ¿realizas un proceso similar para prepararte a filmar?
McAvoy: Sí, tal vez me ponga a veces a hacer anotaciones en el guión sobre algunas cosas que quiero insinuar tras los diálogos o que siento el diálogo está tratando de expresar; pero que creo no están muy precisas las intenciones al momento de leerlo, o al revés, lo está diciendo de una manera muy obvia.
Esas anotaciones las hago por si las puedo comentar con el director o el guionista si está presente en el rodaje, buscando que la escritura de esa escena pudiera ser más interesante o en el caso opuesto más sutil. Al final, puedes recibir de respuesta un “¡gracias!” que cambia al guión y muchas otras veces escuchas un: “Gracias, pero no gracias”.
Fuera de eso, no hago muchas anotaciones en el guión. Normalmente ya sé cómo voy a interpretar a un personaje; pero también puedo encontrar razones para decidir no interpretarlo, si veo que la historia no va a donde yo creía o yo mismo me doy cuenta que no soy la persona adecuada para interpretar ese rol.
Casi siempre sé qué es lo que voy a hacer al interpretar un personaje después de leer el guión por primera vez, luego las lecturas dos, tres, cuatro… cinco, me sirven para aprender los diálogos y trazar un arco de acciones y emociones de cuándo y cómo lo voy a hacer en la película.
Me hago preguntas como: “¿quiero esconder algo a la audiencia?”, “¿quiero revelarles algo antes o después?”, “¿deseo al inicio provocar que la audiencia piense algo y luego cambiarle el sentido rumbo, digamos en la página 80?”, por ejemplo.
Pero el 90% de mi trabajo lo hago de manera interna al leer el guión y la verdad, no necesito tomar apuntes.
ESQ: En ‘No hables con extraños’ tu personaje llamado Paddy interpreta dos versiones de sí mismo: la cordial y el asesino. Puedo suponer que disfrutaste ese juego de ocultar tus intenciones a la audiencia; pero que también traía su propio reto lograrlo.
McAvoy: Sí, fue un reto personificar a Paddy; porque gran parte de la diversión del guión de la película ‘No hables con extraños’ es que nunca sabes sobre qué tipo de terreno están parados los personajes.
Cómo audiencia, cuando conoces al matrimonio de Paddy y Ciara (Aisling Franciosi) los ves como personas interesantes e incluso se te antoja estar con ellas porque lucen divertidas; pero después de un tiempo te das cuenta que hay algo que no está funcionando en el comportamiento de mi personaje, lo que provoca un reto de estar balanceándose entre ser amistoso y verme algo amenazador.
Frente a la cámara, constantemente tenía que preguntarme si necesitaba ser más o menos peligroso, o actuar, es un acto de balance y calibrar, eso fue lo divertido de interpretar a Paddy.
ESQ: Has trabajado con distintos tipos de realizadores, desde Andrew Adamson en ‘The Chronicles of Narnia’, pasando por Kevin Macdonald en The Last King of Scotland y Joe Wright en Atonement, hasta Matthew Vaughn en X-Men: First Class y M. Night Shymalan en Split y ‘Glass’, para ahora trabajar con James Watkins en ‘No hables con extraños’, supongo que tu trabajo de actor te pide tenerles confianza a los directores.
McAvoy: Cuando voy a un rodaje voy listo para que nadie me de alguna dirección. Estoy listo para dirigirme a mí mismo.
Así como puedes tener a un buen director que es bueno para hablar con los actores, también puedes tener a un buen director que no es bueno para dirigir actores. Así que por ello siempre estoy listo.
También amo cuando un director ve lo que estoy haciendo y se acerca y me ayuda a mejorarlo y hacerlo más interesante. Esto también ayuda a que con mis colegas actores todos creamos un estilo cohesivo como si fuéramos una orquesta de distintos instrumentos.
Con James (Watkins) en No hables con extraños, fue increíble colaborar porque además de dirigir también había escrito la adaptación del guión. Así que con él podía tener línea directa a cómo se concibió la escena, personajes desde el papel y creencias del autor.
Aunque yo estaba listo para dirigirme, trabajar con James fue algo grandioso y me llevó a hacer mi trabajo mejor.
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