Con tres películas recientes más una por estrenar, desde las espectaculares versiones de Marvel hasta dramas intensos, el protagonista más distintivo del cine –y mejor preparado– podría llevarse el Oscar a Mejor Actor el próximo 27 de marzo.
Fotografías: Simon Emmett Styling: Catherine Hayward
Entrevista: Johnny Davis
Benedict Cumberbatch es un investigador diligente en lo que concierne a las vidas de sus personajes, tanto reales como ficticios. Para demostrarlo, tenemos el ejemplo de la historia de Greville Wynne, al cual interpretó en uno de sus más recientes filmes, The Courier, con un gran rango actoral. Pero había un problema. Era un hombre de negocios de la vida real reclutado por la M16 durante la Guerra Fría como un intermediario para el soviético Oleg Penkovsky. Estamos hablando del difunto Wynne, quien había dejado dos libros detallando sus descubrimientos. Desafortunadamente, era un mentiroso compulsivo. Mucho de lo que describía estaba mal o simplemente no era verdad. Entonces, The Courier se convirtió en una de las películas biográficas hollywoodenses donde no se podía confiar en la fuente del material para tratar de conseguir la verdad. (En lo que concierne a espionaje, resulta que nunca sabes en quién confiar). Entonces ¿cómo averiguar más de este hombre? “Es raro”, dice Cumberbatch. “Todo proviene de lugares inesperados que te llevan en ciertas direcciones para entender al personaje”. Con Greville Wynne fue su corbata. “Dije, ‘Esta corbata está en todas sus fotografías. Fue la que usó en su juicio, cuando salió de prisión, y antes de terminar en este embrollo’. La investigué y era la corbata de la Universidad del Club de Ingeniería de Nottingham. Jamás formó parte de un club, es un uniforme. Está proyectando una personalidad, es un acto. Era alguien con dotes teatrales”.
Los múltiples proyectos de Benedict Cumberbatch
Benedict Cumberbatch ha estado muy ocupado. En mayo próximo estrenará Doctor Strange in the Multiverse of Madness y en los últimos meses tuvo Spider-Man: No Way Home, además de otras dos películas donde su amor por la investigación ha sido especialmente útil. Para The Electrical Life of Louis Wain, acerca de un excéntrico artista eduardiano cuyas imágenes con gatos de grandes ojos jugando cartas, o haciendo otras cosas, le dieron una gran audiencia pero muy poco dinero. Para este papel solicitó la ayuda del tratante de arte de Wain, Chris Beetles. “Hice muchas de las pinturas que aparecieron en el filme”, cuenta Cumberbatch. “El que aparece sí soy yo, pero la diferencia es que yo no puedo hacerlo con ambas manos (Wain pintaba con sus dos manos simultáneamente)”.
El reto que representó The Power of the Dog
Benedict tuvo un verdadero desafío con The Power of the Dog, la sorprendente película western de Jane Campion. En ella interpretó a Phil Burbank, dueño de un rancho en Montana que atormenta a una viuda local que inesperadamente se casa con su hermano menor, George. De acuerdo a la novela original de 1967 de Thomas Savage, el hermano Burbank mayor es “un gran lector, un taxidermista, muy hábil para trenzar cuero crudo y pelo de caballo, un astuto jugador de ajedrez, un herrero, un coleccionista de puntas de flecha (incluso adornaba las puntas él mismo y con mayor destreza que cualquier indio), amante del banjo, gran escritor, constructor de barreras de heno y buen conversador”. Cumberbatch no tenía problemas con todas las escenas montando a caballo, esa habilidad la aprendió en la película de 2011, War Horse. “Me encantó”, dice. “Fue maravilloso regresar a la silla de montar”. Así que solo tenía que preocuparse por aprender a trenzar, herrar, apilar heno, chiflar, tallar madera y tocar el banjo.
Cumberbatch se mantuvo en personaje todo el tiempo
The Power of the Dog no te deja duda de que puede ser competente en todas ellas. Estaba más que listo antes de que comenzaran las grabaciones, de hecho, visitó a un herrero en su lugar de trabajo en South Island, donde forjó unas herraduras para caballos que después le dio a Campion como regalo de buena suerte. En el libro, que Campion adaptó, Burbank no solo hace grúas, también talla “sillas pequeñas, con una altura menor a una pulgada”. Dicha silla tiene una pequeña pero significativa parte en la historia, así que también hizo un set de ellas. Por razones enterradas en su pasado y porque es la imagen que necesita proyectar, Burbank solo se baña de vez en cuando. Así que Cumberbatch siguió sus pasos. “Quería esa capa de olor sobre mí. Quería que las personas en la habitación supieran a qué olía. Aunque fue complicado, no era sólo en los ensayos. Salía a comer y a conocer amigos de Jane y me daba pena hasta con la persona que hacía la limpieza del lugar donde me estaba hospedando”. Se mantuvo en personaje hasta con el acento particular de Montana. “Si alguien se olvidaba, en el primer día, y me llamaba Benedict, no volteaba”, dice. Había muchos cigarros por fumar, “perfectamente enrollados con una mano”, como describía el texto de Savage. “Fue difícil”, confiesa. “Los cigarros sin filtro, uno tras otro en cada toma. Me intoxiqué con nicotina tres veces. Cuando tienes que fumar mucho es genuinamente horrible”. Aun con todo esto, siempre hay espacio para mejorar. “Realmente quería convertirme en un experto en el banjo”, cuenta Cumberbatch. “Y no lo soy. Y estoy lejos de serlo”.
Es amante de lo sustentable
Benedict Cumberbatch llega repentinamente una mañana para la sesión de fotos para este artículo. Se para en el jardín, está usando un rompevientos y un par de tenis mientras habla por teléfono. Es amable y cooperativo tratando de involucrarse en las fotos, sugiriendo tomas, mencionando los cambios de la luz del sol. “Cuando estás en la alfombra roja y te gritan, ‘¡Aquí! ¡Aquí! ¡Aquí!’, es horrible”, confiesa. “Esto es un poco más creativo”. Después se sienta con un brownie de chocolate y una cerveza de jengibre, una noticia que seguramente tendrá repercusiones en cada esquina de internet dedicada a saber si Benedict Cumberbatch es vegano o no. “Sí lo fui durante 18 meses”, confirma. “Admiro a las personas que son veganas y yo disfruté mi aventura con esa alimentación, pero la comida no vegana simplemente volvió a mi vida”. La sustentabilidad es otra preocupación. Las prendas que usa en estas imágenes, en su mayoría, han sido elegidas considerando su huella de carbono, a petición de él. “Las prácticas no sustentables… simplemente hay otra manera de hacer las cosas”, explica. “Puedes pensar en una solución y verdaderamente hacer algo”.
Un actor que nunca elige el camino fácil
Cumberbatch siempre toma cartas en el asunto. Su amiga, Keira Knightley, una vez dijo que Benedict nunca elige el camino fácil. “Hay que empujar esa roca hasta llegar a la cima de la colina. ¿Qué más te puedo decir? Me gustan los retos”, confiesa. ¿Por qué cree que es así? “Me gusta mi trabajo. Cuando lo hago, quiero hacerlo de la manera más intensa. Tiene que valer la pena estar lejos de mi familia (su esposa, la directora de teatro Sophie Hunter, y sus tres hijos) y de mi casa. “Para… Ay, creo que suena raro, pero para validar que no estoy allá. Y si puedo aprender una nueva habilidad y llamarlo parte del trabajo, qué suerte tengo, ¿sabes? Eso me ahorra unas cuantas clases nocturnas o tiempo extra que no tengo”. Aun así, hay una diferencia entre aprender una nueva habilidad y querer convertirse en un profesional del banjo. “Pero ya llegando al set todo es muy, muy bueno”, dice. “Es como darle a un actor algo de comer, como alguna vez dijo Marlon Brando. Estás constantemente tratando de eliminar los nervios. “Eso implicó que fuera un poco antisocial, pero nada importa. No necesito estar platicando con un café en la mano entre cada toma. “Creo que mi motivación más grande es que verdaderamente lo disfruto”, dice. “Y me gusta la idea de pensar en qué puedo mejorar”. Es difícil imaginar que cualquiera vea The Power of the Dog y no esté de acuerdo. Es sobresaliente de cualquier manera, desde el guion hasta los escenarios. “Pasé mucho tiempo tratando de perfeccionar el lenguaje”, dice Jane Campion. “Cómo la íbamos a grabar y ajustar a los cuadros. Y tener una regla de ahorro absoluto. Tratando de mantener esas tomas por tanto como se pudiera y procurar no hacerlas frívolas”. El libro en el que se basó la película no es muy conocido, vendió “no más que unas cuantas miles de copias” cuando se publicó, señala Annie Proulx en su epílogo de la republicación de 2001. Pero en Burbank se puede ver, como ella dice, “uno de los personajes más crueles de la literatura norteamericana”. “Me llamaba una y otra vez”, dice Campion. “Y si algo te atormenta, tienes que permitir que la naturaleza haga lo suyo. Sentía que era algo que debía hacer”. Respecto a su protagonista: “Nos motivamos el uno al otro. Fue un gran compañero con grandes expectativas e ideales. ¿Habilidades prácticas? Por Dios… arrasó en todo”.
Una de sus grandes pasiones: la lectura en público
Le pregunto a Cumberbatch si alguna vez había aceptado un trabajo y pensado “Ay, improvisaré”. “Claro”, dice inmediatamente. “De hecho, lo haré al rato”. Está hablando de Letters Live, el evento donde celebridades leen cartas históricas ante un público. Pero los invitados nunca saben qué recibirán, la sorpresa de quién irá es parte de su atractivo. Cumberbatch ha sido un asistente regular desde su primer show en 2013. “En realidad no he practicado nada”, confiesa. Esa noche leerá una carta de un minero moribundo escrita para su esposa, en una catástrofe minera de 1902, y además su hijo de 14 años está atrapado con él.
Y otra carta de un huésped vetado del Empress Hotel en British Columbia, tres pretextos cada vez más descabellados que se hicieron virales en 2018. Cuatro renglones que Hunter S. Thompson escribió a un agente literario que lo rechazó. Y una carta de Nick Cave en respuesta a alguien llamada Cynthia, pidiéndole consejos respecto al luto. El hijo de Cave, Arthur, murió en 2015. “Siento la presencia de mi hijo por todos lados, pero no está ahí”, escribió. “Lo escucho hablarme, decirme ‘papá’, guiarme, aunque no está ahí”. Después me reuní con Cumberbatch en el bar con su esposa y amigos. Dice que comenzó a sentirse conmovido con la primera carta, dándose cuenta del significado que tenía en sus manos mientras leía en voz alta. “No pude evitarlo”, dice. “No me había dado cuenta de su hijo. Te dije que no había practicado. Pero, qué divertida fue la historia del Empress Hotel…”. Y después Nick Cave. Cumberbatch es un imitador formidable, pero la carta de Cave es una que prefiere leer con su propia voz. “Hago una buena imitación de Nick Crave, estaba muy tentado…” cuenta. “Pero no podía, Nick tiene una presencia muy grande”. Cave tiene pinturas de Louis Wain en las paredes de su hogar en Brighton. También hace un cameo en la película de The Electrical Life of Louis Wain interpretando a H.G. Wells. “Es un pequeño festival de Nick Cave”, dice Cumberbatch. “Nick Cave es un verdadero maestro”.
Benedict Cumberbatch y sus personajes históricos
De los muchos personajes convincentes que ha interpretado Cumberbatch –Sherlock Holmes, Alan Turing, Stephen Hawking, el soldado de la Segunda Guerra Mundial, el coronel Mackenzie, Hamlet, Frankenstein, Peter Guillam de Tinker Tailor Soldier Spy– el único real y que sigue vivo es Dominic Cummings. Le pregunto si esto cambió su enfoque. Inmediatamente me señala mi error. “Patrick Melrose sigue vivo”, dice. “Billy Bulger, ya falleció. Julian Assange sigue vivo… Khan está congelado, así que ese es un tema a debatir…”. (Para que quede claro, William “Billy” Bulger, el abogado norteamericano a quien interpretó en Black Mass en el 2015, tiene 89 años y sigue vivo al momento de esta publicación. Patrick Melrose, a quien interpretó de una manera sublime en la miniserie de 2018, está basada en las novelas semi autobiográficas de Edward St. Aubyn, de 61 años. Khan Noonien Singh, a quien interpretó en la película Star Trek Into Darkness, de 2013, está genéticamente diseñado para ser un superhumano del siglo XXIII, quien era miembro del USS Enterprise y que se puso en sueño criogénico). Aun así, sabe a lo que me refiero. “Sé lo que quieres decir… de cierta manera. Pero no creas que solo interpreto a personajes históricos”, afirma. “¿Cuál es la naturaleza de la pregunta? No creo que tenga mucho que ver”. Le digo que realmente quería preguntarle por Cummings. Que al haber visto por segunda vez Brexit: The Uncivil War, el drama de televisión de 2019 acerca de la campaña Vote Leave, en la luz de sus recientes revelaciones y alegaciones, parecía más que adecuado. “Bromeo a James (Graham, el escritor) acerca de cada encabezado que sale”, dice. “Afirman cosas como: ‘Ahora estamos en la quinta secuela’. Ha sido extraordinario ver a un personaje que era bastante desconocido en las trastiendas dar un paso al frente de una manera tan especial. En realidad no quiero juzgarlo”. Pero conoció a Cummings. Seguramente vio su “venganza” con mucho interés, ¿cierto? “Tengo mis propias opiniones, pero creo que es mucho más importante que otras personas expresen esas ideas y no yo. “No tengo otra percepción más allá de los momentos donde trato de sacar algo de ellos para una interpretación. No soy experto en este tema”.
Acerca de su versión de Morrisey para The Simpsons
Le menciono a una persona más que sigue viva y que interpretó este año: Morrissey en Los Simpsons. “¡Ese no era Morrissey!”, aclara. En el episodio de Panic on the Streets of Springfield, Lisa se enamora del deprimido cantante inglés Quilloughby y su banda The Snuffs, autores de “Hamburger Homicide”, “How Late Is Then?” y “Everyone Is Horrid Except Me (And Possibly You)”. Más tarde visita un festival musical y descubre que el alcohólico cantante se ha convertido en un intolerante con sobrepeso. Suenas muy parecido a él y cantas igual a él. “Gracias”, dice. “Lo tomo como un cumplido porque amo la manera en que canta y su música”. Morrissey no estaba tan contento. Su mánager publicó un extenso comunicado, diciendo entre otras cosas respecto a Cumberbatch: “¿Está tan necesitado de dinero que aceptó copiar a otro artista de una manera tan mala?”, añadiendo: “Debería hablar mejor”. ¿Siquiera tiene el valor de hacerlo?, dudo. “Sin comentarios”, dice Cumberbatch, y probablemente sea lo mejor.
Cumberbatch es todo un camaleón de la actuación
Al haber visto una considerable cantidad –pero incompleta– de sus obras buscando la manera de ligar pistas, contextos y conexiones (21 papeles), me temo que el mejor hallazgo que puedo reportar es que Cumberbatch es simplemente un grandioso actor. Hubo un momento en que tuvo que aceptar que estaba siendo víctima de “interpretar a intelectuales sociopáticos y ligeramente asexuales”, como dijo en Radio Times en 2011. Pero eso ya no es verdad, si es que alguna vez lo fue. En 12 Years a Slave hay un dueño de una plantación llamado George Ford con el rostro y cuerpo de Cumberbatch, pero la voz, postura y movimientos son absolutamente de alguien más. Atonement presenta a un pedófilo llamado Paul Marhall, alguien en los créditos insiste que es Cumberbatch, pero creo que alguien cometió un terrible error. En los comentarios de YouTube bajo el trailer de The Fifth Estate, su filme de Julian Assange (que sigue vivo), el veredicto es unánime. “Como australiano debo decir que el acento de Benedict en esta película es un maravilloso logro. Incluso los mejores actores no pueden lograrlo de la misma manera en que él lo hizo”. “Para ser británico, logra el acento de un australiano de una manera magnífica”. “Su acento es increíble. No puedo creerlo”. Además, Cumberbatch no tiene un rostro poco memorable, como lo confirman todos esos memes de “nutria sexy” y su parecido con Sid de La era de hielo. Pero la única vez que piensas, “Ah, mira, ahí está el actor de Sherlock”, es cuando estás viendo Sherlock. “Es un auténtico camaleón”, dice Dominic Cooke, quien dirigió a Cumberbatch en The Courier, y en la producción de 2016 de la BBC de Richard III. “Es posible transformarse de manera física, pero él logra crear un espacio físico completamente distinto respecto a su apariencia. “Hizo dos obras de teatro en un lapso de un par de años, Frankenstein (dirigido por Danny Boyle, 2011, donde Cumberbatch y Jonny Lee Miller audazmente aceptaron hacer noches alternadas interpretando a Frankenstein/ La Criatura), que fue como una pieza de baile moderno, y estaba desnudo durante los primeros 20 minutos, moviéndose de un lado al otro del escenario. La otra era una obra intensa de Terence Rattigan (After the Dance, 2010, dirigida por Thea Sharrock) donde era alguien estoico y decía respecto a Cumberbatch: ‘No me puedo imaginar a otro actor en el planeta que pueda hacer ambos papeles tan increíblemente como él lo hizo’. Y así fue”.
Su imaginación y voluntad, dos de sus características principales
“Tiene una gran imaginación, como un niño”, dice Claire Foy, quien ha interpretado a la esposa de Cumberbatch en dos ocasiones: en el drama de 2011, Wreckers; y por segunda vez en The Electrical Life of Louis Wain. “Tiene esa voluntad de ir al escenario y ver qué ocurre. Y eso es muy raro. Así no es como actúo yo y es sorprendente estar cerca y presenciarlo”. “Míralo en Black Mass, interpretando al hermano de Johnny Depp”, dice Edward Berger, quien dirigió Patrick Melrose y quien trabajará con Cumberbatch el siguiente año en una miniserie de Netflix llamada The 39 Steps. “Es un papel mucho más pequeño [que el de Depp]. Pero la voz profunda, la manera en que actúa… Jamás dará una actuación aburrida, y eso es parte de su secreto. ‘¿Cómo puedo destacarme? ¿Cómo puedo hacer que la audiencia recuerde esta escena?’” “Cada actor tiene su proceso”, dice Will Sharpe, director de The Electrical Life of Louis Wain. “Cuando ensayamos, era muy comprensivo. Interrogando cada paso, cada pincelazo. Pero en el set, lo deja todo en la puerta. Se vuelve más instintivo, pero dentro de él tiene todo el conocimiento necesario”. Antes de interpretar a Dominic Cummings, Cumberbatch fue a su casa a cenar. La esposa de Cummings, la periodista de The Spectator, Mary Wakefield, escribió al respecto: “Fue muy amigable, curioso, pero no vino a juzgar a Dom. Había venido a convertirse en él”. Mary preparó un pay vegano (había escuchado el rumor). Cuando Cumberbatch llegó rechazó la invitación de un trago diciendo que en verdad no bebía y asumió “lo que yo considero una pose muy al estilo de Cumberbatch”, las piernas debajo de él, la cabeza levantada, y con su cuerpo inclinándose hacia adelante. Dos horas más tarde estaba reclinado con una copa de vino tinto, “justo como Dom”. Para la 1 a.m. era un espejo viviente. Ambos reclinándose, ambos con un brazo detrás de la cabeza. Más tarde, le mostró a su bebé de dos años una foto de Cumberbatch en el set de Brexit. Supuestamente dijo: “Papá, ese es mi papá”.
Acostumbrado a la fama desde su nacimiento
Cumberbatch debutó en el Daily Mirror, bajo el encabezado La pequeña maravilla de Wanda, a los cuatro días de nacido. Sus padres, Wanda Vemntham y Timothy Carlton, son actores: ella apareció en la comedia West End y en los programas icónicos de los 70, The Saint y The Likely Lads, además de las obras de John Osborne y Fay Weldon. Su papá era del elenco de Royal Court y estuvo en programas conocidos, desde Cold Comfort Farm hasta Foyle’s War. Recientemente, interpretaron a los papás de Sherlock, en Sherlock. Le pregunto a Cumberbatch como era de más joven. “¿De qué edad?”, respondió. Lo que te venga a la mente. “Era muy curioso. Hablaba mucho. Un poco egocéntrico, creo. Alma vieja, como uno de mis maestros me describió. Tenía mucha energía. Era hijo único, así que detestaba el conflicto”. ¿Eso es algo de hijos únicos? “Sí, lo veo todo el tiempo en mi casa. Pero no es así si eres hijo único. No estás acostumbrado a la resistencia. Aunque confieso que sigo odiando el conflicto”. Dice que la escuela le ayudó mucho en este tema. “Fui muy afortunado de estar en un ambiente que se enfocara en mi arte y en la actuación, en la música, el rugby y otros deportes, en vez de decir: ‘Este es un niño problemático, necesitamos hacer algo con él’. Creo que era desesperadamente inseguro por todo tipo de razones y traté de compensar eso. Me petrificaba la idea de lo que los demás pensaran de mí”. ¿Por eso la gente entra al mundo de la actuación? “Ah, hay un gran número de razones. En mi caso, mis papás eran actores y obvio me fascinaba verlos”. Le pregunto si había celebridades que iban a su casa. “A veces, muy pocas veces teníamos invitados. Mis papás entraban y salían de las empresas de producción, o celebraban el fin de las grabaciones. Recuerdo las fiestas de esto último. Pero no era como en Stella Street. Nos pasaba mucho que reconocían a mamá en el pasillo de verduras. Pensaba que eso era la fama”. ¿Actuar es difícil? “No tengo nada con qué compararlo, así que no sé. Disfruto las cosas que son retadoras… así que no diría que es difícil. “Es una pregunta compleja. La realidad de cómo la gente llega a la actuación y forja una carrera, es difícil. Hacerlo es un placer. Creo que cualquier actor estaría de acuerdo conmigo”.
Las veces que estuvo cerca de morir
Parece que estás trabajando a toda máquina. “Creo que ahora ya me estoy tranquilizando, porque antes siempre quería tener una vida poco ordinaria. “Un par de encuentros con la mortalidad me hicieron recapacitar y preguntarme si realmente quiero aprovechar este breve e insignificante momento que tenemos para hacer algo fortuito”. Cumberbatch se refiere a esa vez en Sudáfrica en 2004, cuando él y dos de sus amigos fueron atados y metidos en la cajuela de un carro con una pistola apuntando a sus cabezas. También hubo otro incidente en un monasterio tibetano en su año sabático, donde casi muere de deshidratación. Cualquiera con un ojo crítico ciertamente notaría un factor aquí. “Es muy obvio. Sí, definitivamente. El tiempo es valioso y si tienes algo que lo pone en riesgo, inmediatamente entiendes por qué”. “La fama es más complicada”, afirma. “Creo que la fama es mucho más complicada”
Sherlock lo convirtió en estrella mundial
A las 9 p.m. del 25 de julio de 2010, a los 34 años, Cumberbatch pasó de ser un actor conocido por tener “pequeños papeles en grandes películas”, a convertirse mundialmente famoso de la noche a la mañana. Desde el primer episodio, Sherlock era vertiginosa y globalmente exitosa y Cumberbatch inspiró un nivel de devoción que puede ser difícil de entender. De cualquier manera ha lidiado con esto de una manera excepcional. “Sherlock fue esencialmente la alianza perfecta de actor y papel”, dice Mark Gatiss, cocreador y escritor. “Al aventurarse a ser un Sherlock Holmes moderno, todo respecto a Benedict –edad, apariencia, ‘otredad’– lo distinguía. “Hicimos una lista enorme de posibles Sherlocks, pero al final no veíamos a nadie más en el papel”. La historia sugiere que su personaje en Atonement –pequeño papel en una gran película, fantástico ejemplo de cómo hacer que la audiencia recuerde una escena– fue decisivo para conseguirle a Cumberbatch el papel del detective sociópata altamente funcional. Gatiss dice que esto es parcialmente cierto. “Había trabajado con Ben en Starter for 10 (filme del 2006 acerca de University Challenge. “Cumberbatch interpretaba al engreído capitán del equipo; Gatiss era Bamber Gascoigne) y lo conocía un poco. Pero Atonement nos causó una gran impresión a todos”. Gatiss se pregunta todos los días si habrá más Sherlock. Interrogo a Cumberbatch sobre la probabilidad de hacerla realidad. “Eso no sería justo para todos los involucrados. No caeré en eso”. Anda. “Mira, sigo creyendo que nunca debes decir nunca. Realmente me gusta ese personaje… solo que las circunstancias tendrían que ser las adecuadas y creo que tal vez es demasiado pronto ahora para hacerlo. Pienso que aunque fue algo maravilloso ya tuvo su momento. Pero eso no quiere decir que no pueda tener otra iteración en el futuro”. El director Dominic Cooke cree que Sherlock llegó en el momento adecuado para Cumberbatch. “Llevaba mucho tiempo siendo solo un buen actor y sobreviviendo. Emocionalmente, había madurado para cuando llegó la presión del éxito. “Creo que la disfruta mucho, la disfruta más que muchos actores británicos. Simplemente lo hace a su modo, como una antigua estrella de Hollywood”. Cooke recuerda una recepción a la que asistieron después del servicio del velorio para Richard III en la catedral Leicester en 2001, el cuerpo del rey había sido descubierto enterrado bajo un estacionamiento. Cumberbatch leyó un poema de Carol Ann Duffy. “Fue como un documental cuando se dieron cuenta que estaba ahí, una ráfaga de movimiento nos cubrió”. Apareció una multitud de celulares listos para selfies. “Se volvió muy intenso y se tomó muchas fotos; después dijo: ‘Lo siento, ya no haré más porque hablaré con mi amigo’. No estaba a la defensiva ni estresado, y todos lo entendieron. Estaba muy impresionado con esto”. Cumberbatch recuerda haber hecho Frankenstein y darse cuenta que las mismas personas estaban en primera fila cada noche. Venían desde China. Les preguntó cómo podían costear hacer eso y darse el tiempo. “Ah, eso no importa”, respondían. “Te amamos” Es imposible tratar de señalar exactamente por qué una persona es más popular que otra, mucho menos darte cuenta si tú eres esa persona. Pero Cumberbatch es tan obsesivamente amado que le pregunté si se detenía a cuestionarse por qué. Su respuesta es notable por su peculiaridad y su longitud, y tal vez por lo que revela respecto a cómo se ve él mismo, comparado a cómo lo ven los demás. Esta es su conclusión; “Soy bueno para enaltecer mis errores y eso es lo que hago: trato de fallar mejor, en lo que sea. Los principios de la vida, mi ética laboral, mi privacidad, todo eso. No sé, realmente no quiero decir estas cosas porque es una autoalabanza y suena como si celebrara mi propia fiesta, pero trato de tener un balance respecto a quién soy. “Y también de sentir empatía por los demás, procurando ser una persona más. Así que ojalá siga sorprendiendo a los demás y a todos los que son así de devotos conmigo… también a la gente que es despectiva, hay todo tipo de voces, cuando tienes el tipo de exposición que he tenido, hay que estar conscientes de eso, así como de dicha devoción. “Creo que las personas son leales a mí porque –y tal vez lo digo con la mejor de las intenciones– trato de mejorar. Como la frase de Samuel Beckett, falla mejor”.
Dr. Strange y su entrada al universo de los superhéroes
¿Qué te ha enseñado tu experiencia como superhéroe?, le suelto. “Es una buena pregunta”, dice Cumberbatch. “Creo que tendré que darte una respuesta concreta después”. En 2014, Cumberbatch se unió a Marvel como el Doctor Strange, Hechicero Supremo, principal protector de la Tierra contra las amenazas mágicas y místicas. Su amigo Tom Hiddleston había firmado su contrato tres años antes, para el papel de Loki, dios de la maldad. “No me pidió consejos”, confiesa Hiddleston. “¡Y no los necesitaba! Ya había trabajado en una película de esta escala, Star Trek Into the Darkness, y Sherlock fue fenómeno mundial. “Lo conozco desde hace más de 10 años y siempre sobresale su curiosidad sin límites. Está muy consciente de que la vida es corta y preciosa, y su rango proviene de la profundidad de su mundo interno y su energía. Amo a su Doctor Strange. Creo que es fabuloso”. Le pregunto a Cumberbatch si Marvel lo contactó. “Sí, así fue”. Y ¿qué tan rápido aceptaste? “Tenía mis dudas, solo de entrar al mundo de los cómics. Pensé, ‘Es un personaje antiguo y sexista’. Y está muy ligado en ese crossover, a ese movimiento ocultista de los 60 y 70, donde se unen la cultura del este y del oeste”. Era un personaje de la era vietnamita. Le gustaba a Ken Kesety. “Sí, sí. Y después me dieron el panorama completo diciéndome: ‘Ah, no te preocupes, este será un personaje de su propia época. Y sí, tiene problemas con su actitud… pero eso es lo que queríamos’. Y ya”.
Cumberbatch se reunió con Scott Derrickson, conocido por sus películas de terror y aceptó. “Después me di cuenta. ‘Demonios, no puedo hacerla’, pensé”, recuerda. “Había prometido hacer Hamlet [en el Barbican]. Todo está listo, los boletos agotados y no puedo hacerlo en las fechas que quieres”. Así que Marvel movió las fechas seis meses. Una de las cosas más impresionantes en la larguísima lista de cosas impresionantes que ha hecho Marvel Studios –que no solo hace películas populares con personajes populares– es que también hace películas populares de otros personajes que nadie conoce. Doctor Strange no era exactamente Krypto the Superdog, pero tampoco era Ironman. “Por supuesto”, dice Cumberbatch. “Tengo el miedo del Segundo Álbum, porque el primero fue un éxito rotundo y se ha vuelto un personaje muy amado”. Y reflexiona al respecto. “Pienso que siempre es más difícil exceder las expectativas cuando ya son altas. Pero no estoy diciendo que por eso deban ser bajas. ‘¡Vamos a hacer Ant-Man!’ Estamos empezando a tomar más riesgos, al menos así lo veo. Con Taika Waititi, creían que no iba a funcionar y su película, Thor: Ragnarok, es muy graciosa”. Debes ser un éxito en las fiestas para niños. “No para las fiestas a las que voy”. ¿Tus hijos no están en la edad perfecta? “Sí… sí sabes que soy Doctor Strange. Pero me veo muy diferente a él”. De hecho ha aparecido como Doctor Strange en fiestas para niños, en un sketch de Jimmy Kimmel Live. “Ha sido la única vez que lo he interpretado fuera del universo Marvel”, dice Cumberbatch. “[Los niños] ni siquiera sabían quién era. Y mis habilidades como el Hechicero Supremo no fueron muy apreciadas por los niños que solo querían dulces”. El tráiler de Spider-Man: No Way Home, donde aparecen casi la misma cantidad de segundos tanto Spider-Man como Doctor Strange, fue visto 335.5 millones de veces en sus primeras 24 horas, un récord que la convirtió en la película más esperada de todos los tiempos. Christian Bale, Tilda Swinton, Anthony Hopkins… es difícil encontrar a un actor de primera clase que no haya hecho una película de superhéroes. Pero cuando están en sus trajes, con todos los Avengers están reunidos, ¿no se la pasan riendo todo el tiempo? “Definitivamente cuando estás en este tipo de películas hay momentos en que tienes que pellizcarte”, dice Cumberbatch. “Jamás superaré la idea de trabajar con Spider-Man. Es algo muy cool”. ¿Nadie nunca ha dicho, “¡Somos hombres de mediana edad! No fuimos a la escuela de actuación para esto”? “Sí, pero te acoplas, te comprometes a hacerlo y acabas divirtiéndote. Pero también es un placer intoxicante y debería ser celebrado y tratado por lo que es. Además, es muy divertido”. Otra mañana, otra entrevista. Cumberbatch toma asiento en una silla para que lo maquillen con su rostro iluminado por focos. Están a punto de fotografiarlo para The Hollywood Reporter. Está de vuelta en LA, para terminar Spider-Man: No Way Home y está muy contento de hablar de su coestrella. “Pasé mucho tiempo con Tom Holland viéndolo hacer maravillas espectaculares. Simplemente es de lo mejor”. Cuando nos conocimos, era la mañana después de haber visto por primera vez The Power of the Dog. Ahora ha tenido tiempo para procesarla. “Te deja una marca increíble”, dice. “Cuando estás creando un personaje así, meterte a su mente te da la simpatía y reverencia necesaria. No era un monstruo, era alguien tratando de llevar una vida auténtica”. Cumberbatch no es alguien que conserva objetos del set: “Nunca me gusta ser un turista o un visitante en mi propio mundo”, dice. Pero hay algo que necesitaba como recordatorio de esta, para no olvidar la experiencia, para consagrarla un poco. Así que tomó una silla diminuta, de altura menor a una pulgada, al estilo de Adam. Se dio cuenta que no le haría daño a nadie. Después de todo, él mismo la había hecho para él. The Power of the Dog se encuentra disponible en Netflix, está basada en la novela de Tomas Savage y se rodó en locaciones de la remota Isla Sur de Nueva Zelanda. La frase “el poder del perro” viene de la Biblia, Salmo 22:20: “Libro mi alma de la espada; mi amor del poder del perro”. Tras varias semanas de producción, la pandemia de COVID forzó a una suspensión de las filmaciones que duró cuatro meses, tras lo cual la producción reestructuró el calendario para completar las escenas que tenían faltantes. Benedict Cumberbatch fotografiado para Esquire en Londres, usando gabardina de lana azul marino; suéter de lana azul/gris; pantalones de lana azul marino, todo Giorgio Armani Camisa blanca de seda, LEJ Suéter de lana color lila, Sheep Inc. Pantalones de algodón-pana en color vino, Brunello Cucinelli. 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