Peter Jackson descubre secretos de la banda más influyente de la historia en la miniserie The Beatles: Get Back.
Por Mario P. Székely Se dice, popularmente, que no existe un minuto en el mundo en el que no se escuche una canción de The Beatles. Canciones como “Yesterday”, “Love Me Do”, “Let It be”, “Michelle”, “While My Guitar Gently Weeps”, “Hey Jude” y “The Long and Winding Road”, entre otras, continúan vigentes porque Ringo, George, Paul y John siguen teniendo algo que decirnos. Ahora, el aclamado director Peter Jackson, responsable de la trilogía de El Señor de los Anillos y fan de The Beatles desde su niñez, nos cuenta qué secretos se esconden detrás de la banda en The Beatles: Get Back. Para armar esta miniserie de tres capítulos, Jackson tuvo que ver 60 horas de rollos de película y escuchar 150 horas de audio, capturados en la sesión de grabación del álbum Let It Be en enero de 1969, cuando el cuarteto originario de Liverpool decidió grabar 14 canciones en 22 días. Estrenado el 25 de noviembre en Disney+, el documental se ha vuelto todo un acontecimiento para cualquier fan del Cuarteto de Liverpool y un legado legado histórico de la banda que, en 1970, anunció su separación.
La historia no es como nos la han dicho
Peter Jackson encontró que, lejos de la amargura que durante años los fans han creído que vivía la banda durante su preparación para el legendario concierto en una azotea de Londres, en realidad para los Fab Four fueron días de celebración de su música y su unión como artistas y compañeros de aventura. ESQUIRE: La mayoría de los fans escuchamos el álbum Let It Be y lo relacionamos con el rompimiento de la banda. Luego se estrenó en 1970 el documental del mismo nombre y la sensación prevaleció. ¿Qué hay de nuevo que debemos de saber? PETER JACKSON: Lo interesante es que el álbum Let it Be se estrenó en mayo de 1970, y la noticia de que The Beatles se desintegraba se propagó en abril de ese mismo año. Así que Let it Be salió un mes después que el público escuchó sobre la separación de la banda, aún cuando ellos decidieron tomar rumbos distintos alrededor de septiembre de 1969. El mundo no lo supo hasta abril de 1970 y todos los periódicos se llenaron de historias sobre el rompimiento de The Beatles, y cuando el documental Let It Be se estrenó un mes después, el mundo se acercó con la idea de ver al grupo rompiéndose. ¿Qué encontraste en ese pietaje de película y cintas de audio que te llevó a querer dirigir el documental The Beatles: Get Back? Cuando me senté a ver las cintas de película, estaba muy preocupado, ya que he sido fan de The Beatles la mayor parte de mi vida. He leído todos los libros que comenzaron a surgir desde hace 40 años y tenía estas imágenes impregnadas en mi cabeza de que esos habían sido días miserables de grabación y que se habían pasado un tiempo espantoso. Así que me senté frente al monitor esperando toparme con todo esto, y lo que vi era que esa idea de total miseria, que ellos supuestamente sintieron, no apareció jamás. En realidad la mayor parte del tiempo se habían pasado un tiempo fantástico.
The Beatles: Get Back te da la sensación de que cuando están componiendo una canción, te dan ganas de decirles la palabra que sigue en su estrofa musical… Eso es muy curioso. Por ejemplo, para la canción Get Back, llevaban un tiempo atorados en la parte que cantan: “Tucson, Arizona” y estaban atorados diciendo: “debe ser algo sobre Arizona… algo sobre Arizona”. Y entonces Paul dice: “Bueno, puede ser algo sobre Tucson, Arizona” y John pregunta: “¿Hay un Tucson en Arizona?” y Paul le contesta: “¡Yeap! De hecho el show de TV de El Gran Chaparral lo filmaron ahí y se se hizo en el estado de Arizona” logrando que dijera John: “¡Ok, entonces va!”. Así es como Tucson, Arizona se volvió parte de la canción.
En el documental sigues todos estos momentos en que las letras de las canciones surgen y los versos aún tiene huecos por llenarse. Y ves cómo van llegando a esas palabras que ahora todos nosotros conocemos. Ves cómo se les ocurre esa frase mágica. Y sí, comienzas a gritarle a la pantalla: ‘¡Vamos! ¡Vamos! tienen que llegar a descubrir esta parte de la canción”. Y eventualmente los ves llegando a ello. Todo esto vuelve a Get Back, de cierta forma, una experiencia interactiva. Hay un momento en Get Back donde Paul lee en el periódico los chismes sobre Yoko y John, y en ese instante se porta como un amigo con ellos. Es un momento que podemos ver como fans y decir: “¡Gracias! En verdad quería ver una escena como esta entre ellos”. Sí. Hay muchos momentos así, que yo deseaba ver. Porque sí, tienes a Paul leyendo el diario de la mañana y claro que la relación que él tiene con Yoko ese día es distinta a la de enero de 1969. No hay nada mejor que escuchar opiniones de ese momento en el tiempo. Así que cuando Paul está hablando de John y Yoko en enero de 1969, te das cuenta de algo en que él está en medio de eso. Cada día están hablando de manera muy honesta y comparten sus pensamientos del asunto. Creo que hay muchas cosas en Get Back en la que no tienes la carga de 50 años de memorias borrosas interfiriendo con lo que está sucediendo. Estás obteniendo la verdad. La real y dura verdad. Por eso es maravillosa esta oportunidad, porque es como una máquina del tiempo que podemos abordar, sentarnos y ver a The Beatles frente a nosotros.
Como cinéfilos deseamos conectar cada película con su director, y observar a estos cuatro amigos y su comunidad puede recordarnos al final de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, cuando Frodo se da cuenta de muchas cosas ya en su hogar, viendo el futuro de frente. Exactamente, cuando le dice a Sam: “Salimos a salvar a La Comarca y sí lo hicimos; pero no para nosotros”. Para mí Get Back tiene algo en ese tenor, que ellos eran una banda pequeña que terminó siendo increíblemente famosa. Tanto que la gente no podía escucharlos tocar por los gritos de los fans, cuando estaban frente a 60 mil personas y llenando estadios. Y no es ahí donde querían estar. Ellos llegaron a través de una maquinaria que los colocó ahí, pero en realidad deseaban ser los mismos cuatro músicos de Liverpool. Y en enero de 1969 trataron de definir cómo lo iban a hacer, y al final no pudieron.
Es decir, esa no fue la razón por la que se terminó The Beatles. Eso fue resultado de las disputas del negocio con Allen Klein. Llegó un nuevo manager (tras la muerte de Brian Epstein), al que tres de ellos apoyaron y el cuarto no. Así que por primera vez en la historia de The Beatles había una división de 3 contra 1. Y eso sabían que tendría una consecuencia fatal. Siempre habían tenido la política de “4 para los 4” y de acuerdo total, si no, no lo hacían. Si una persona decidía no hacerlo, entonces no lo harían. Desafortunadamente terminaron 3 contra 1, con la mayoría apoyando a Klein y eso abrió un abismo entre ellos por primera vez en sus vidas y no pudieron sobrevivir. } Pero lo que describo no está en Get Back, pues Allen Klein no se vuelve su manager hasta meses después en 1969.
Lo que nos lleva a la parte intermedia de El Señor de los Anillos, cuando no hay de otra mas que tomar esa vereda. Hay un destino inevitable para Sam y Frodo. Esto nos generó una sensación agridulce, como ahora pensar en ese rompimiento de The Beatles. Sí. Todo fan de The Beatles tiene una inclinación natural para decir: “Desearía que jamás hubieran roto”, “me hubiera gustado haber tenido la energía de The Beatles en los años 70 y 80…”; pero a la vez hay otra visión, en la que ellos terminaron en el momento correcto. The Beatles, literalmente, cambiaron al mundo. Lo impregnaron de color y consiguieron lo más posible que se pudo. Y su trabajo estaba hecho. Siempre estaban avanzando. Cada álbum era un paso al frente. Nunca se repitieron a ellos mismos. Y si no te vas a repetir a ti mismo, eventualmente va existir una gran pared en la que ya conseguiste todo y no habrá nada más que conseguir.
Querían regresar al concepto de tocar en vivo
Realmente cuando ves a The Beatles en 1969, ¿qué más les quedaba por lograr? ¿qué más tenían que hacer que no hubieran logrado ya? De hecho, la idea alrededor de Let It Be era hacer algo diferente. Ellos mismos se condicionaron a no usar trucos de estudio como poner cintas en reversa, grabar los tracks más de una vez para empalmar sonidos o más instrumentos que habían desarrollado en Sgt. Pepper y The White Album. Sólo querían regresar al concepto de tocar en vivo.
Porque la última vez que habían tocado en vivo, en el Shea Stadium, la audiencia no los podía escuchar. Y ellos tampoco se escucharon por el ruido, así que empezaron a tocar con descuidos. Llegaron a odiar cómo estaban tocando, porque literalmente no podían escucharse a ellos mismos. Ringo estaba en la batería en medio de los shows de toda la Beatlemania y los gritos eran tan fuertes que él no podía escuchar a las guitarras. Tenía que ver cómo los dedos de las guitarras subían y bajaban para alcanzar los acordes y así saber en qué punto estaban de la canción y seguirlos con la batería. Así que eso ya no era divertido. Cuando eres una banda conformada por cuatro tipos, eso no es algo divertido de hacer. Así que toda la idea de lo que plasma Get Back es regresar a las raíces, poder ser una vez más esos cuatro chicos de Liverpool tocando. Y al final lo lograron, pero tuvieron que subirse a una azotea. Fue la única manera de conseguirlo. ¿Qué me puedes decir del involucramiento de Paul y Ringo, además de los familiares de John y George, en este proyecto? Todos apoyaron muchísimo y, de hecho, me dejaron completamente solo, con total libertad, sin darme ningún mandato. Creo que sienten que todo esto es histórico. Ya pasaron ese momento donde deseaban que The Beatles tuviera una imagen en particular. Ya no lo sienten más. Lo que saben es que es un tesoro histórico que debe verse. Finalmente, el concierto en la azotea es una locación y como cineasta puedes visualizarla como El Castillo… La Torre… el gran escenario. Los policías están ahí. Es su pueblo y su gente, con The Beatles. Es como una reunión de la comunidad. Todo estaba ahí. Nunca me había gustado ese escenario porque odiaba el sentimiento del rompimiento de la banda. No quería estar ahí. Se ve miserable y frío. La fotografía granosa. Así que siempre transportaba todos estos sentimientos a esas imágenes. Si yo quería ver un concierto de The Beatles me asomaba al del Shea Stadium, o al Show de Ed Sullivan o cualquier otro. Nunca se me antojó el de la azotea; pero ahora es mi pieza favorita de película de The Beatles. Y es que esos 45 minutos están repletos de gozo. Cuando lo ves en tiempo real, ves cómo están un tanto nerviosos porque no habían tocado en vivo por tres años y de pronto tenían que entrar en armonía juntos.
En medio de la tercera canción, de pronto hacen click entre los cuatro y se embonan. Puedes ver la banda que era cuando tocaron en Hamburgo. Lo grandioso es que logran lo que se habían propuesto, ser nuevamente ese cuarteto tocando en Hamburgo. Ellos querían regresar ahí. Ellos no están regresando en el tiempo, están atados y unidos, tocando juntos. Y lo están disfrutando, gozando, canción por canción. Ves a The Beatles amando lo que hacen, y en cada canción están más emocionados. Más y más llenos de gozo. Sigue leyendo...
