Científicamente hablando, estamos jodidos. Científicamente hablando, podemos solucionarlo. Ese es más o menos el resumen de nuestro pensamiento al enterarnos del reportaje de National Geographic sobre Colossal Biosciences. La primera afirmación quizás necesite explicación para todo el que crea que no hay calentamiento global porque sigue nevando en invierno o que cree que Trump es mejor que Greta Thunberg porque Soros, woke, globalismo, y esas cosas que dicen. Según las proyecciones científicas, el 50% de las especies que habitan la biosfera se habrán extinguido antes de 2050. La actividad humana amenaza a 33 mil especies diferentes, lo que podríamos traducir en 150 especies de las que despedirnos, para siempre, cada día. Eso era, por supuesto, hasta que Colossal Biosciences comenzó su proyecto.
Te puede interesar:
- The Last of Us: la ciencia detrás de la serie, según un biólogo
- ¿Hemos descubierto cómo curar el envejecimiento?
- ¿El sexo es ejercicio? La ciencia finalmente tiene la respuesta
Por: Rafael Sánchez Casademont Como la primera opción, que el ser humano se comporte como es debido, está descartada por imposible, nos toca que la ciencia, nuestra ciencia, vuelva a arreglar nuestras regadas de tepache. Colossal Biosciencies no es una empresa inspirada en Parque Jurásico, ni en Asimov, aunque quizás podría haber inspirado a ambos. Financiada con agencias de inteligencia y empresas privadas, la compañía se propone resucitar a animales extinguidos debido al ser humano. No hablan de dinosaurios, pero sí de una labor que podría remontarse hasta los mamuts. Ellos lo llaman “de-extinción":
Combinando la ciencia de la genética con el negocio del descubrimiento, nos esforzamos por reactivar el latido del corazón ancestral de la naturaleza. La humanidad se podrá hacer más humana.
Cómo lo hacen. Los investigadores han comenzado su labor junto a la Universidad de Merlbourne para resucitar al tigre de Tasmania, especie que los colonizadores europeos mataron como deporte (caza lo llaman) hasta su completa extinción. Por suerte, cuentan con un ejemplar de feto de la especie, encapsulado en la institución, con la realizar esta milagrosa labor. Según afirma la misma fuente, con la tecnología Crispr-Cas9 es posible hacer que dicha especie vuelva a habitar pronto la tierra. A pesar de la exposición a rayos UV y bacterias que descomponen el ADN, el material genético del feto continúa en buenas condiciones. El problema ahora es que la muestra es buena, pero no perfecta. Por eso ahora se trabaja por recuperar la información genética que no se tiene, rellenar esos huecos de la degradación y el daño producidos por el paso del tiempo. Lógicamente, los investigadores no planean resucitar animales extintos de manera literal. El objetivo es reunir y usar la mayor cantidad de su material genético posible (sus parientes cercanos también ayudan a completar los restos) e insertar estas partes de ADN en especies que sí continúan existiendo en la actualidad. Financiada, entre otras organizaciones, por la CIA, recuperar la especie extinta de forma literal es imposible. El objetivo, aún con el mismo espíritu, se plantea crear un híbrido entre la especie anterior ya extinta y las existentes en la actualidad. Es decir, más que recuperar el pasado, el objetivo es contrarrestar el presente, y preservar la variedad de especies que un día poblaron el planeta. ¿Quieres saber más? Visita el sitio de Colossal Biosciences aquí.
Sigue Leyendo:
The Last of Us: la ciencia detrás de la serie, según un biólogo ¿Hemos descubierto cómo curar el envejecimiento? ¿El sexo es ejercicio? La ciencia finalmente tiene la respuesta Vía Esquire Es