Cuando escribí para Cosmopolitan ‘El auge del hombre tóxico’, me di cuenta de lo jodido que está el escenario del amor. Mientras que muchas féminas caemos rendidas a los pies de los bad boys dándolo todo, tanto ellos como otros -con menos sex appeal- aplican la ley del mínimo esfuerzo. Por supuesto que aguantamos un ch*ngo, pero siempre hay límites o el famoso “tocar fondo”. Tal como lo señaló un artículo de Psychology Today, a los hombres heterosexuales les cuesta últimamente más entablar una conexión debido a que los estándares de las mujeres han subido. Y me da gusto.
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Por DAFNE RUIZ Ha sido como un despertar; el mínimo esfuerzo y la inestabilidad emocional son red flags que, por suerte, se han dejado de ignorar. Adiós al “está muy ocupado” o a otras “razones” que justificaban un trato o comunicación pobre. Distintos love coaches, sobre todo hombres, se han encargado de compartir hechos y tumbar mitos sobre su comportamiento. Cuando escuchas que NO-LE-INTERESAS por parte de uno de sus congéneres, no hay forma de que no te caiga el veinte. Adiós a la Gigi de He’s Just Not That Into You que llevamos dentro. Es increíble que abran una cuenta en Tinder o Bumble y que sea todo un reto demostrar interés suficiente. No estoy diciendo que nosotras seamos perfectas en esta dinámica, pero en mi caso me he topado con hombres con complejo de adonis; están tan malacostumbrados porque siempre han tenido exceso de atención que no van a. El último señor con quien hice match/conecté me hizo sentir como si me hiciera un favor, pues tenía que pasar una prueba importantísima que consistía en enviarle una foto topless. Really? Viejas no le faltarán, me queda claro. Hace mucho que dejó de importarme que me tacharan de mamona o gold digger porque estoy cansada, al igual que muchas, de su terrible actitud entitled. En realidad ser así me ha ayudado a filtrar a los candidatos. “Quiero pasarlo bien” está bien cuando ambos buscan sexo, pero si se desea una relación, entonces tiene que haber una inversión de tiempo, dedicación e ingenio. De ambas partes, por supuesto. Ya no se trata de hacerse la difícil sino de demostrar que no estamos para juegos. Compensar lo que el otro no da está pasado de moda. Next!
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Así que si en algún momento te cuestionas “¿Qué estoy haciendo mal?”, lo más sensato es que hagas un análisis de tu modo de interacción: ¿Contestas 10 días después? ¿Buscas a la chica solo en las noches? ¿Esperas que ella maneje la conversación entera? ¿Eres fan del formato entrevista de trabajo? ¿Leíste bien su perfil antes de hacer preguntas? ¿No estás dispuesto a tener un detalle antes de conocerla o en la primera cita? ¿Solo escribes sobre lo guapa o sexy que es? ¿Ignoras lo que te dice o no le prestas atención? Pregunta respondida.
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