Londres siempre Londres podría rezar en el inicio de estas palabras. Porque esta capital de capitales alberga siempre un cúmulo de novedades en lo que respecta al entretenimiento, la cultura, la arquitectura y el arte, sumado a su inconfundible y casi inabarcable patrimonio que nos hacen repetir una y otra vez, porque nunca nos cansamos de volver para que nos sorprenda.
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Por: Carlos Sánchez Rey En esta ocasión elegimos Knightsbridge, epicentro del glamour y de la riqueza mundial. Es aquí donde las grandes fortunas invierten en inmobiliaria y gastan su dinero en joyerías, boutiques y hoteles. Todo este ambiente es como un gran escenario hecho a la medida de millonarios clientes que deambulan por sus calles con deseos de anonimato.
Un barrio entero de edificios victorianos, cuyos ladrillos compiten en belleza con las numerosas zonas verdes que serpentean, sirve de ubicación al hotel elegido para vivir esta experiencia británica, el Bulgari. Justo en Hyde Park, a pocos pasos de Harrods y de buena parte de las atracciones que nos ofrece este carrusel del entretenimiento que es la capital del Reino Unido. El recibimiento no puede ser más amable y enseguida el hall se apodera de nuestros sentidos para despejarnos del viaje y acogernos en su seno de flores y colores sobrios, perfectamente elegidos para producir esa sensación de atemporalidad y refinamiento que se apodera suavemente de tus sentidos. Decidimos almorzar en el Bulgari Lounge , un espacio cómodo y con privacidad, con el sello de Antonio Citterio, desde el que nos enfrentamos a un menú delicado y sabroso con una carta variada y bien elegida que hace las delicias de nuestro paladar. No te olvides de acabar con un tiramisú. Es de los mejores que hemos comido.
La cercanía de Hyde Park, justo enfrente, nos invita a gritos desde su verdor para que salgamos a correr y a descubrir entre sus hojas un bullir de gente disfrutando del aire libre en formas diversas. Algunos montando a caballo, recorriendo el perímetro de un cemento domesticado mientras pespuntean la hierba al ritmo de sus cascos indolentes. Gente de picnic sonríen a la vida brindando con risas y alegría por la tarde regalada. Y nos vamos con esta imagen idílica en la retina al spa para nadar en la piscina indoor más larga de todo Londres.
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