El escritor Emmanuel Carrére narra en Yoga su experiencia de tres décadas con esta práctica originaria de la India y también con la meditación después de un divorcio que le causó un problema de salud mental por la que terminó hospitalizado. Leí ese libro en un momento en el que estaba lleno de trabajo, solo pensando en el crecimiento profesional y poco o nada en el personal. Me dio flojera, no me dijo nada y ni siquiera lo recordaba bien. Ni siquiera lo acabé. Lo volví a ver en mi librero y lo retomé porque me fui en octubre pasado a un retiro de yoga de 4 días con un grupo de 20 perfectos desconocidos, como en la serie que protagoniza Nicole Kidman en Amazon Prime. La relectura me dijo hoy todo lo que no me dijo en su momento, mientras que el retiro de yoga me dio una comunidad nueva y un sentido de pertenencia.
Blessence Retreat: Descubriendo la magia del yoga y la meditación en Huatulco
“Blessence Retreat 2.0. Sumérgete en una experiencia mágica que fusiona el poder del yoga, los vigorizantes DRILLS, la serenidad de la meditación, los exquisitos cantos del Kirtan y una deliciosa comida vegetariana en el increíble entorno de Huatulco”. Vi este anuncio en junio pasado en la cuenta de @mariusnasr, a quien el algoritmo de Instagram me hizo seguir luego de ver sus contorsiones imposibles, y, claro, también su bello físico. Todo en ese anuncio me llamó. Se lo enseñé a mi no marido, el señor X, y ambos nos emocionamos. Sin saber más contacté a Marius y tres meses después nos estábamos subiendo a un avión rumbo a Huatulco sin saber bien a qué íbamos. Yo quería retomar el yoga, conocer Huatulco y comer rico. El señor X quería meditar y escaparse de la CDMX.
Comencé a practicar yoga más de 20 años
Tuve una profesora que me inició en las asanas (posturas) y yo veía el yoga exclusivamente como un ejercicio físico. Madonna lo había vuelto muy popular a fines de los 90 con su físico esbelto y muy marcado en su época de “Ray of Light”. En ese tiempo logré pararme de cabeza, siempre con la pared detrás, y avancé en la práctica física, pero después migré al gimnasio y a la natación. Dejé de practicar yoga. Hoy lo veo como un enorme error. Ojalá hubiese seguido practicándola y hubiese entendido que es mucho más que algo físico, un camino hacia la contemplación, la quietud y la paz mental. Un camino hacia el aquí y el ahora, tan necesario en estos tiempos en los que la mente divaga constantemente entre un futuro que todavía no existe y un pasado que no puedes cambiar, todo mezclado con la inmediatez falsa de las redes y todo lo que no puedes controlar.
Marius es un pretzel humano, hace todas las posturas de yoga, casi como acrobacia y es un verdadero espectáculo
Él ya es un referente en la comunidad yogui de México. Hijo de inmigrantes libaneses, llegó al país en la preparatoria. Empezó luego una carrera en negocios en La Salle, de la que escapó porque ahí tuvo su despertar. Decidió dejarlo todo y dedicarse a una vida de crecimiento espiritual y de yoga. Tiene menos de 40 años en edad física, pero tiene la actitud de un viejo sabio, enojón, disciplinado, pero también lleno de amor. Por estas razones su comunidad lo sigue como un líder, como un rockstar y como un gurú que inspira a avanzar en las prácticas físicas, en las contorsiones como de “Cirque du Soleil”, pero también en una búsqueda espiritual, en un cambio en sus vidas.
Los retiros de yoga pueden ser muy intensos
El de Blessence definitivamente lo es. Empiezas con una meditación a las 6 AM frente al mar, seguida de una práctica de yoga de 7 a 9 AM, tiempo libre y luego una práctica más intensa aún de 5 a 7 PM, una cena vegetariana y para terminar kirtan, un bello performance de cantos de mantras en coro, a las 9 PM. Después de esto, todo mundo termina agotado. No hay alcohol en el retiro, así que prácticamente la gente platica unos 20 minutos y de ahí se va a dormir para madrugar al día siguiente. La práctica con Marius es la más intensa que he hecho. De hecho, los yoguis que lo siguen desde hace tiempo, nos preguntaban al señor X y a mí si ya habíamos practicado alguna vez con él, se sorprendían de que nunca y nos advertían con un “prepárense”. Es que Marius sí ha generado un culto en torno a él. Hay gente que toma sus clases en línea en Oaxaca, Querétaro y otros estados y en efecto su práctica es muy demandante, pero la ajusta a todos los niveles.
La última noche del retiro, entre cantos en la incómoda postura de loto, Marius pidió a los asistentes contar cómo llegaron al retiro y cómo se sentían. De manera voluntaria, varias voces empezaron a escucharse y en todas lo común era el haber vivido alguna experiencia demandante, el haber enfrentado algún obstáculo, depresión o momento fuerte que les llevó a la práctica del yoga. En todas las voces había también un agradecimiento compartido y una quietud del espíritu. No pude dejar de sentir empatía, de verme reflejado y de coincidir con mucho de lo dicho. ¿No estamos todos en lo mismo? ¿No queremos todos de cierta manera aprender a calmar la mente? Un alacrán, que terminó aplastado por un yogui, interrumpió ese momento colectivo y nos recordó el ambiente tropical en el que estábamos. El asesinato del alacrán relajó a todos mientras que ya se sentía fuerte el viento de Otis, que empezaba a soplar en las costas del Pacífico, a dos días de que entrara y devastara Acapulco.
Al regreso a la CDMX la calma que me dio el retiro se fue en un instante. Solo bastó la primera llamada de teléfono de trabajo para que mi mente empezara nuevamente a divagar y preocuparse ante múltiples escenarios, existentes e inexistentes, pero justo eso es parte del yoga. Un camino, un camino que ayuda a entender el aquí y el ahora, a calmar tu mente. Carrére escribe “el yoga dice que somos otra cosa que nuestro pequeño yo confuso, fragmentado, temeroso.” A ese aprendizaje agrego que esos 20 desconocidos del retiro se convirtieron en una comunidad de apoyo y en unas bellas amistades nuevas, de esas que nutren la vida y el alma. Y eso es parte del camino.
Termina este 2023 y les deseo a quienes siguen esta columna que encuentren en sus vidas una guía como la de Marius y una comunidad como la suya en Blanco Yoga. Incorporen la práctica de Yoga en cualquiera de sus modalidades y vean a la larga lo que esto puede hacer para sus vidas. Muy feliz fin de año y lo mejor para el intensísimo 2024.