Para la temporada Otoño-Invierno 2025 de Ferragamo, Maximilian Davis toma una dirección innovadora, fusionando la influencia de la danza expresionista alemana con su estilo característico. Inspirado por el Tanztheater, un movimiento que se distingue por su liberación corporal y emocional, Davis explora la fuerza del gesto y el movimiento, plasmándolos en una colección que trasciende el tiempo.
Tomando como referencia las décadas de 1920 y 1980, dos períodos fundamentales para la danza contemporánea, Davis reinventa elementos visuales de esas épocas. “Los años veinte fueron un tiempo de ruptura, donde las personas se atrevían a desafiar lo establecido y a reclamar su espacio”, reflexiona el diseñador. Los resultados de esta visión se ven reflejados en vestidos de seda con cortes rectos, delicadamente adornados con encaje en la cintura baja o tejidos con tiras de piel de oveja. La estética de la época también se manifiesta en piezas de sastrería y pieles, transformadas a través de una mirada moderna que reinventa los detalles de los uniformes tradicionales. Los estampados oníricos surgen como destellos de surrealismo, mientras que los bolsos de piel añaden una capa de misterio al convertirse en piezas de una extraña pero cautivadora belleza.
El deseo de Davis por crear “incomodidad en lo esperado” se hace evidente en la manera en que manipula formas y materiales. “Tomar lo cotidiano y hacerlo perturbador me parece fascinante”, explica, aludiendo a la capacidad de generar una sensación de sorpresa a través de lo familiar. Este concepto, profundamente ligado a la idea de lo inesperado, también se refiere al renacimiento del Tanztheater en las décadas de 1970 y 1980, una era de liberación y revolución emocional. “La danza de esa época expresaba el amor de una manera tan pura y visceral, que aún hoy sigue siendo única”, agrega Davis, quien captura esta dualidad en la colección.
Así, la ropa se convierte en un diálogo entre pasiones y emociones, con gabardinas de satén que fluyen sobre el cuerpo, y telas como el cachemir que se combinan con pieles brillantes para crear contrastes sensuales. Los detalles, como las plumas aplastadas y las amapolas que se deslizan con gracia, capturan la esencia de una danza que fluye con una mezcla de libertad y control.
El calzado, siempre un elemento distintivo de la firma, también habla este lenguaje de fusión entre lo clásico y lo surrealista. Las flores de organza, satén y cuero se derraman sobre los tacones de almendra, mientras que las sandalias se envuelven en un abrazo delicado alrededor de las pantorrillas, evocando las icónicas campañas de Ferragamo de los años 80. Además, una nueva cuña inspirada en los avances de Ferragamo en la zapatería de mediados de siglo adopta una silueta futurista que desafía las expectativas.
Para el hombre, la colección presenta una reinvención de los clásicos brogue y botines, con toques modernos como cierres de cremallera y texturas robustas en cuero de grano grueso, añadiendo un giro audaz a lo tradicional.
En cuanto a los accesorios, las flores de organza se hacen presentes en bolsos de noche, mientras que el emblemático Hug se transforma en una pieza aún más sorprendente, con un cinturón que atraviesa su cuerpo y la opción de una versión de plumas. Los nuevos diseños, como la Soft-bag, también capturan el espíritu de la temporada, al mostrar una animación que refleja el dinamismo de la propuesta.
Bárbara López, la actriz mexicana que estuvo presente en el evento
Entre los asistentes al evento se encontraba Bárbara López, actriz mexicana que ha ganado el cariño del público gracias a su participación en series como Vino el amor, Juliantina y Desenfrenadas. Con un estilo único y una presencia inconfundible, Bárbara, originaria de Monterrey, Nuevo León, es una de las intérpretes más versátiles y admiradas de la televisión mexicana.
La colección Ferragamo Otoño-Invierno 2025, con su audaz reinterpretación de la historia de la danza y la moda, captura la esencia de la libertad, la expresión y el misterio, invitando a sus seguidores a descubrir nuevas formas de ver lo familiar y a sumergirse en un mundo de sensaciones inesperadas.