Por Jonathan Evans. DISCULPAS A LOS PURISTAS, pero a veces el remix es mejor. Así me sentí cuando vi la reelaboración del icónico bolso Louis Vuitton Speedy de Pharrell Williams. Si no estás familiarizado con Pharrell, aplaudo tu capacidad de vivir tanto tiempo bajo una roca. Pero aquí está la versión corta: es un productor e intérprete musical inimitable, un pionero de la moda tremendamente influyente y la persona encargada de liderar los esfuerzos de diseño masculino de una de las casas de moda más exitosas del mundo: Louis Vuitton.
Si no estás familiarizado con el Speedy, te daré un respiro. Pero solo un poco. El Speedy es quizá el bolso de mano más importante del siglo pasado. Se introdujo en el mercado como Express en 1930. Diseñado para guardar lo esencial de todos los días sin dejar de ser manejable y maniobrable, el Speedy pronto se convirtió en un clásico, con fanáticos como Audrey Hepburn, ayudando a consolidarlo en el firmamento de la moda del siglo XX. Hoy en día es el bolso que a casi todos los que se preocupan por la historia de la moda, independientemente del género, les gustaría tener en su colección privada.
Pero aquí está la cuestión: durante la mayor parte de su existencia, el Speedy se ha confeccionado en la lona revestida característica de Vuitton. Es duro. Táctil. Desde lejos parece cuero de alta gama y solo se revela como algo diferente cuando se mira más de cerca. No muestra desgaste. Resistirá admirablemente cualquier abuso que le hagas y seguirá luciendo impecable. De hecho, exactamente por eso la lona revestida es tan apreciada. Es robusta y prácticamente sin edad.
Si quieres que algo luzca perfecto durante mucho tiempo, es difícil superarlo. Pero luego están las personas que abrazan la imperfección. Los chicos que quieren que algo se desplome, se encorve y se vea, al final del día, menos como las fotos cuidadas que la gente publica en Instagram y más como un artículo que es completamente suyo.
Y ahí es donde entra en juego el Speedy de Pharrell. Confeccionado con cuero flexible y esponjoso, la versión más nueva del bolso que definió una era se siente más accesible. No es para damas que van a comer; en cambio, es la bolsa que te pones debajo del brazo cuando llegas tarde al trabajo o corres hacia el aeropuerto. Es el que buscas una y otra vez porque es flexible y atractivo y cabe de todo, desde tu computadora portátil hasta la ropa de un fin de semana. Y, seamos realistas, es el que tomarás cuando quieras sentirte un poco más cool.
En última instancia, es el que te recuerda por qué estamos dispuestos a gastar tiempo, esfuerzo y dinero en lujo en primer lugar. Porque hace nuestra vida mucho más fácil... y mucho más placentera.