No importa si salgo con un caballero o con un patán, no se salvará de mi crítica muy a la Fashion Police, sobre todo en calzado y accesorios. ¿Sabes lo que un par de zapatos puede decir de alguien? Pues ese artículo será para otro día. Con una cartera pasa igual; no importa que alguna presuma de una Centurion en su interior, hay cosas que el dinero no puede comprar, ¿verdad, Mastercard? Como el buen gusto, por ejemplo. He visto carteras en distintas presentaciones; las clásicas billeteras (trifold) -las que menos me agradan, mucho menos si tienen velcro; las americanas -las de mayor aceptación; las que incorporan un monedero -cero populares; y por último las que considero que se han convertido en el iWatch de su categoría: las tipo tarjetero; modernas con un toque de clase (¿quién carga con tanto efectivo en estos días?).
Cual dispositivo de Apple, obvio me refiero al tarjetero en su modelo más actual (del año) de Ekster. Cuando el público masculino decidió dejar sus Rolex o Tag Heuer para ocasiones especiales, se dio por hecho que desde hace años la practicidad se impuso, pero sin necesidad de sacrificar el estilo o el lujo. Una cartera es una total inversión y no necesariamente tiene que ser de piel (pobres animales), un aspecto que además al día de hoy, en mi opinión, ya pasó a ser pretencioso, un bluff innecesario. De aquella primera vez que vi un tarjetero; con un diseño muy básico que resaltaba por un clip, al Gunmetal Grey Aluminum de Ekster, han pasado afortunadamente muchas actualizaciones que van desde la funcionalidad hasta los features en materia de seguridad.
A prueba de dedos torpes y de ladrones en la era digital
Si nosotras luchamos contra nuestros bolsos perdiendo horas al buscar llaves, lipstick/lipgloss/lipbalm/ (labiales en general para quienes no hablan “beauty”), celular, et al, en varias ocasiones me ha tocado ver a más de un hombre pelear contra su cartera. Ya sabes, típico que se atoran las tarjetas -como si no quisieran pagar la cuenta o que por tener enormes dedos les cuesta trabajo manipularlas. Hace poco quedé sorprendida con lo que me sucedió en la última cita que tuve. Presionando un botón con el pulgar, mi acompañante desplegó sus tarjetas evitándose el bochornoso momento de tener que buscar y jalar. “¿Qué clase de brujería viril es esta?”, pensé. Era el innovador mecanismo de expulsión de tarjetas de Ekster. Era como haber tenido una cena con el MacGyver de las carteras.
Seguramente ubicas a los ladrones que roban información privada a distancia con el uso de skimmers o shimmers. Gracias a esos discretos dispositivos instalados en distintos lugares donde el deslizamiento o exposición de plásticos es alta es como logran obtener datos de las bandas magnéticas para crear un clon. El más claro ejemplo son los cajeros automáticos, pero ese atraco se verá frustrado porque a la Gunmetal se le ha integrado una capa de bloqueo RFID para proteger el acceso no autorizado a tus tarjetas de débito y crédito. Smart wallet!
Como soy toda una cazafortunas -ejem, cazaoportunidades- recomiendo invertir en un kit completo de la marca porque terminas pagando mucho menos por productos que te facilitarán la vida. Mi selección es el Tracker Card Bundle que incluye -obvio- el tarjetero en aluminio negro, un clip de metal para los billetitos, una herramienta multiusos -como cuando no tienes destapado y te urge una cerveza, y la Tracker Card para saber la ubicación de tu cartera (en caso de que la hayas perdido) o que incluso te envíe una notificación si la estás olvidando. Porque acéptalo, luego no sabes ni dónde tienes la cabeza. Lo puedes comprar aquí.
