Los pedos de proteína han azotado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, aquí te decimos cómo evitarlos.
La proteína es un arma de doble filo: te hace sentir satisfecho y te ayuda a construir músculos luego de un duro entrenamiento, sin embargo, también te puede provocar flatulencias que vaciarían cualquier lugar en segundos.
Si bebes litros y litros de licuados de proteína o has intentado hacer una dieta cetogénica, sabes de primera mano que los pedos de proteína son un problema ?si no los has emitido tú mismo, seguro te ha tocado padecerlos en el gimnasio. Son un tema de discusión importante en los blogs de fitness, y se les ha dedicado mucho tiempo en busca de una manera efectiva de prevenirlos.
Esto es suficiente para que reconsideres tu estrategia nutricional; sin embargo, la verdad es que no tienes que reducir tu consumo de licuados de proteína para controlar tus flatulencias. Probablemente solo tengas que hacer algunos pequeños ajustes a tu dieta. Le pedimos a unos nutriólogos que lo explicaran.
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¿QUÉ CAUSA LOS PEDOS DE PROTEÍNA?
La mayoría de las veces, la causa de los pedos de proteína no es tan complicada: probablemente solo estás comiendo demasiada.
Si consumes cantidades normales de proteína (más o menos, un gramo por cada kilogramo de tu peso corporal), “se descompondrá en el intestino delgado en aminoácidos, que se absorben en el torrente sanguíneo”, explica la nutrióloga Kate Scarlata, autora de The Low-FODMAP Diet Step by Step. Los aminoácidos (los componentes básicos de las proteínas), ayudan a desarrollar los músculos, huesos, cartílagos y sangre.
Pero, si consumes demasiada proteína, esta se desplaza hasta el colon, donde los microbios intestinales comienzan a darse un festín con ella. Esto provoca que tu cuerpo produzca gas de sulfuro de hidrógeno (también conocido, o detectado, como olor a azufre o a huevo podrido), explica Scarlata.
Licuados y smoothies de proteína pueden ser problemáticos, porque algunas personas son particularmente sensibles a la proteínas lácteas caseína y al suero de leche, indica el nutriólogo y especialista certificado en acondicionamiento y fortalecimiento físico, Ryan Maciel. El suero de leche (al igual que la leche, el queso o el yogurt) está repleto de lactosa, que es un factor que contribuye en la generación de flatulencias. Esto aplica incluso si no eres intolerante a la lactosa: de hecho, el 65% de las personas tiene problemas para digerir productos lácteos.
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Los polialcoholes (xilitol, sorbitol, manitol), el jarabe de maíz de alta fructosa y un aditivo alimentario llamado carragenano, a menudo se encuentran en los licuados y barras de proteínas, los cuales pueden contribuir a la generación de pedos de proteína, agrega.
Luego está la carne. La mayoría de las proteínas animales (huevos, carne de res, cerdo, aves de corral y pescado) contienen azufre, lo que puede contribuir al olor desagradable, dice Maciel. Si eres vegetariano o vegano, incluso las fuentes de proteína vegetal, como frijoles, soya y lentejas, pueden causar problemas digestivos, gracias a carbohidratos de cadena corta llamados oligosacáridos que también son fermentados por las bacterias en tu intestino, dice Maciel.
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