El mundo del whisky ha tomado un giro sorprendente convirtiéndose en un “oro líquido” para inversores inteligentes y entusiastas coleccionistas. Este destilado, más allá de deleitar el paladar, se ha transformado en una oportunidad de inversión lucrativa gracias a su retorno de inversión y su creciente valor en el mercado.
El poder del whisky como inversión
Los expertos en el tema, señalan que este fenómeno, conocido como el “Whisky Money”, se nutre de dos motivaciones: la sentimental y la financiera. El valor de una botella de whisky radica en su rareza, con ejemplares que pueden alcanzar precios exorbitantes en subastas.
El récord de 2.7 millones de dólares por una botella de The Macallan de 1926, estableció un hito en el mundo de las subastas al alcanzar la sorprendente cifra de dinero en Sotheby’s de Londres, lo cual ejemplifica este aumento de valor exponencial.
Cómo empezar nuestra colección de whisky
Los expertos destacan la importancia de iniciar una colección con al menos tres botellas idénticas. Una para disfrutar, otra para guardar como pieza de colección y una tercera para transacciones futuras, ya sea venta, subasta o intercambio.
Para aquellos con presupuestos limitados, empezar con ediciones especiales como The Macallan o Edition Series, con precios iniciales de alrededor de 2,000 pesos, puede resultar rentable a largo plazo, con incrementos de valor de hasta un 1,600%.
Sin embargo, la clave no reside solo en la inversión inicial, sino en la constancia. Destinar una cantidad fija a lo largo del tiempo puede generar retornos significativos. La investigación y el conocimiento son pilares fundamentales en esta forma de inversión. Conocer la historia de la botella, su producción y otros detalles técnicos esencialmente influyentes.
Según los coleccionistas, nos comparten que los aspectos a considerar al comprar una botella de whisky, son: Desde la destilería y la edad hasta la etiqueta y el tipo de barrica utilizada, cada detalle puede impactar significativamente en el valor y la rareza de la pieza.