Hace un par de semanas se inauguró “Salmon Eye”, un edificio que se mece en medio del mar, en Hardangerfjord, el quinto fiordo más extenso del mundo, y ya se ha convertido en uno de los símbolos arquitectónicos de Noruega. Esta obra arquitectónica alberga a Iris, un exclusivo restaurante.
Su plateadas líneas curvas emergen de las aguas como si un gigantesco salmón, el pez emblemático de ese país, saltara de las profundidades hacia el exterior para convertirse en un dinámico centro cultural, de aprendizaje y expositivo destinado a concienciar sobre los excesos de la acuicultura e inocular las bonanzas de la biodiversidad.
Pues en esta maravilla del diseño se acaba de abrir un restaurante, Iris, que va más allá de unas mesas, mantel y una carta.
Iris, el exclusivo restaurante flotante en medio del mar
A todos nos gusta un buen restaurante frente al mar, poder sentir la brisa marina y ver cómo rompen las olas, pero Iris, un nuevo restaurante noruego, ha desafiado esta propuesta con un espacio flotando a mitad del mar.
Iris se aloja dentro de un orbe gigante con estilo futurista llamado “Salmon Eye”, un lugar situado en el fiordo de Hardanger, que desde su fundación ha mostrado un importante compromiso por preservar las especies marinas y la difusión de información que concientice a la sociedad.
Iris, un “comedor de expedición”
Bajo lo que ellos llaman “comedor de expedición”, Iris se presta para que los comensales experimentan y disfruten de la naturaleza circundante de la región, desde el fiordo, las montañas y los elementos que están en constante cambio.
La experiencia comienza con un viaje en barco desde la pintoresca ciudad de Rosendal, con una breve parada y un refrigerio de bienvenida en el cobertizo de botes preparado por la chef Anika Madsen en la isla de Snilstveitøy.
Después viene la llegada a “Salmon Eye”, en donde la velada comienza con una experiencia subacuática multisensorial que abre paso al comedor desde donde se disfrutan de exuberantes vistas del fiordo y la cadena de montañas.
El menú de Iris
Sobre el menú, este busca contar una historia, la cual hace alegoría a la problemática del sistema alimentario mundial, una forma de hacer una crítica y al mismo tiempo presentar ideas y sugerencias que pueden ayudar a acercarse a una solución.
Debido a la ubicación del restaurante y la logística que implica se sirve un menú fijo, de manera que no hay opciones para personas vegetarianas, veganas o con alergia a los mariscos. Iris también aclara que cualquier requisito dietético que comprometa el menú también será negado.
El menú es un festín de 18 platos repartidos en 6 horas, la mayoría de los ingredientes proviene del océano, pero con un ángulo ambiental que aborda el desperdicio de alimentos y la pesca responsable.
Cuando el clima lo permite hay opción de disfrutar de la terraza en la azotea de “Salmon Eye”, en donde se apertura una parrilla en donde se disfruta al aire libre. Cuando la cena ha terminado les espera a los comensales otro paseo en bote que los llevará de regreso a Rosendal para descansar.
El precio del menú es de alrededor de 302 dólares, con la opción de maridaje con vinos o distintas opciones de bebidas incluidas algunas sin alcohol.