Es una de las fantasías con más seguidores, y tenemos las razones populares de por qué apasiona tanto. Siéntete identificado.
Esta nota no está avalada por un estudio científico, ni expone una razón matemática ineludible que justifique dicho deseo, es más bien una recolecta de opiniones e ideas populares que se acercan al porqué. Dicho esto, las opiniones personales pueden variar.
Resulta curioso ver cómo entre un alto porcentaje masculino esta práctica de voyeurismo resulta aceptada y totalmente excitante, mientras que entre el sexo femenino no se verbaliza de igual modo a la inversa, es decir, entre dos hombres. Y partiendo de este sesgo o veto entre géneros que apela a la falta de naturalidad, ¿por qué nos gusta ver como se besan dos mujeres?
(La imagen de poder que dos mujeres reflejan besándose sigue siendo un detonante social)
Es bastante probable que todo se justifique a través de una explicación histórica, ya que desde tiempos inmemoriales la sexualidad del género femenino se ha visto socialmente más reprimido que el nuestro, por lo que la forma que ellas tenían de escapar del sistema machista establecido era la de ‘jugar’ con una compañera. Esto no tenía tanta importancia para la figura masculina, ya que en ocasiones no se consideraba infidelidad la práctica lésbica, es decir, no existía una sexualidad implícita. Esta aceptación social pudo haber llevado a una regularización y un posterior gusto por dichas escenas, en las que la mujer es relacionada directamente con una sexualidad abierta, sin tabúes y con una actitud atrevida que invitaba a volar la imaginación. Es decir, derechos.
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(Beso de la película ‘Cruel Intentions’, que incluso ganó un premio ese año a mejor escena)
Asimismo, en otras voces populares encontramos una forma matemática sencilla: “Con dos mujeres besándose, ya tienes completado el 66% del trío sexual”. Puede parecer algo arcaico, pero sin embargo es uno de las fantasías más popularizadas. Proyectarte en el escenario con la ausencia de una figura masculina es inevitable. Dicho fetiche se convierte en un logro a veces inalcanzable para un simple mortal, algo que simplemente se desea porque no se obtiene de forma fácil. Es decir, un capricho o un reto.
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Por otro lado, una de las razones que más se argumentan es que “representativamente es más estético el beso entre dos féminas que entre un hombre y una mujer”. Es decir, si la belleza se pudiera sumar, sumarían más dos damas que una mujer y un caballero. Y es que dicho así parece que sí existe un fondo simple y matemático ante este asunto después de todo. Sea como fuere, dios bendiga a las mujeres y a la libertad de elección.
Crédito de imagen: 20th Century Fox
