En un mundo donde la productividad parece ser la clave de todo éxito, surge una práctica que invita a desconectar de la presión diaria: el puttering. Aunque este concepto no tiene una traducción exacta al español, hace referencia a dedicar tiempo a tareas cotidianas con calma, sin prisa, y disfrutando del momento. Aunque a simple vista podría parecer una forma de procrastinar, el puttering es, en realidad, un acto de inteligencia emocional que favorece la relajación, el bienestar personal y la conexión con el presente.
¿Qué es el Puttering?
El puttering, según el diccionario de Cambridge, se define como “hacer cosas de forma relajada, sin apresurarse ni esforzarse demasiado”. Se trata de realizar actividades cotidianas sin la necesidad de cumplir con una agenda de resultados ni cumplir con expectativas externas. La esencia del puttering no es completar una lista de tareas, sino disfrutar del proceso de hacerlas, simplemente centrándote en el ahora y dejando de lado la presión del rendimiento.
A diferencia de las tareas domésticas que suelen estar vinculadas a la obligación o el esfuerzo, el puttering invita a ocuparse de esos pequeños detalles que, aunque no urgentes, pueden generar ansiedad si se dejan de lado, como ordenar el escritorio o acabar un proyecto que quedó pendiente. Como explica la autora Sophia Dembling en Psychology Today, el puttering se trata de hacer que el entorno se vea mejor, aliviando la mente de esos pequeños “ruidos” visuales que nos distraen.
La ciencia detrás del puttering
El poder del puttering radica en su capacidad para inducir un estado de relajación similar al de la meditación. Al realizar actividades cotidianas como ordenar la casa, cocinar o regar las plantas sin un objetivo concreto, el cerebro se enfoca en el presente, alejándose de preocupaciones sobre el pasado o el futuro. Este tipo de práctica favorece un estado de calma mental y emocional, reduciendo el estrés y mejorando el equilibrio interior.
Además, completar tareas pequeñas y simples ofrece una satisfacción inmediata que, aunque parezca insignificante, refuerza nuestra autoestima y contribuye a una sensación general de bienestar. Cada acción que se realiza sin prisa, sin la necesidad de cumplir con plazos, genera una recompensa emocional que reduce los niveles de ansiedad.
Cómo practicar el puttering
Incorporar el puttering en tu vida diaria es más fácil de lo que parece y no requiere de grandes cambios. Aquí te dejamos algunas formas simples de comenzar:
Organiza tu espacio: Dedica unos minutos a ordenar un área de tu casa, como tu escritorio o una mesa de trabajo. No es necesario hacerlo todo de manera perfecta; lo importante es disfrutar del proceso de poner las cosas en su lugar, sin la presión de que todo debe ser “perfecto”.
Cocina sin prisa: Prepara una receta que disfrutes, sin el afán de hacerlo rápido. Tómate el tiempo para explorar los ingredientes, probar nuevos sabores y saborear cada paso del proceso. Cocinar puede ser un acto meditativo si te permites disfrutar de la experiencia sin la urgencia de terminar.
Cuida tus plantas: Si tienes plantas, dedica tiempo a observarlas, regarlas o podarlas. Estar en contacto con la naturaleza, aunque sea en el interior de tu hogar, ayuda a calmar la mente y te permite estar presente en el momento.
Haz algo creativo: Ya sea dibujar, pintar o cualquier actividad manual que disfrutes, el puttering te anima a explorar tu creatividad sin el miedo de no ser perfecto. Lo importante es el proceso, no el producto final.
La lección del puttering
El puttering nos recuerda una lección fundamental: no todo en la vida debe tener un propósito claro o estar orientado a la productividad. A veces, lo más valioso es el simple hecho de permitirnos disfrutar de un momento sin presión, de “hacer por hacer”, sin expectativas ni resultados inmediatos. Vivimos en una sociedad que constantemente nos empuja a ser más productivos, pero el puttering nos enseña que el bienestar emocional también se encuentra en los momentos simples, en la conexión con el presente y en el disfrute sin metas.
Incorporar pequeñas dosis de puttering en tu vida puede ser una forma muy efectiva de cultivar la paz interior y mejorar tu inteligencia emocional. No siempre es necesario cumplir con una lista de tareas para sentirte bien; a veces, solo hace falta tomarse un respiro, disfrutar de una tarea sencilla y, por un rato, dejar de lado el peso de la productividad.
Practicar el puttering es una manera de redefinir nuestra relación con el tiempo y las actividades cotidianas. En medio de la prisa y la exigencia, encontrar momentos para respirar y simplemente ser es uno de los actos más poderosos de autocuidado y bienestar que podemos practicar.