El 14 de febrero, también conocido como Día de San Valentín, está rodeado de expectativas románticas, regalos y gestos de afecto. Sin embargo, no todas las personas disfrutan de esta fecha, y si a ti no te encanta, no eres el único. En realidad, el rechazo hacia este día tiene raíces más profundas de lo que podrías pensar, y la psicología ofrece varias explicaciones sobre por qué puede ser que no te atraiga tanto el 14 de febrero.
1. Expectativas irreales y presión social
El cine, la publicidad y las redes sociales han generado una imagen idealizada del amor, presentando a San Valentín como el día del romance perfecto. Para aquellos que no tienen pareja o que atraviesan una crisis sentimental, la comparación con esas representaciones irreales puede generar sentimientos de soledad, ansiedad o incluso insuficiencia. Y si ya estás en una relación, puede ser que la presión por cumplir con ciertas expectativas sobre cómo debes demostrar tu amor genere frustración o hasta conflictos con tu pareja. La idea de tener que mostrar un amor perfecto en un solo día puede ser abrumadora.
2. Salud mental y emociones negativas
Para muchas personas, el Día de San Valentín no es solo una celebración, sino un recordatorio de pérdidas, rupturas o momentos difíciles. Como señalan expertos de la African American Health Program, esta fecha puede amplificar sentimientos de tristeza, baja autoestima o incluso depresión, sobre todo cuando se siente la obligación de encajar en una norma social que no refleja la realidad de cada individuo. Si estás lidiando con duelo o soledad, este día puede acentuar esos sentimientos.
3. Cuestionando la comercialización del amor
Otro motivo por el que algunas personas prefieren no celebrar San Valentín es la clara comercialización de la fecha. Cada vez más, este día se ha convertido en una oportunidad para que las marcas impulsen el consumo de flores, chocolates, cenas caras y regalos. Para muchos, esto transforma lo que debería ser una expresión genuina de amor en una obligación económica. Además, la presión sobre los hombres para que gasten dinero y sobre las mujeres para que reciban regalos perpetúa estereotipos de género y refuerza nociones tradicionales sobre el amor y las relaciones.
4. Una visión más inclusiva del amor
No querer celebrar el 14 de febrero no significa estar en contra del amor. De hecho, puede ser una postura a favor de una visión más inclusiva y realista del amor, que no dependa de una fecha específica ni de los códigos sociales impuestos. Amar no debería estar limitado a un solo día del año, ni definido por regalos materiales. El amor se expresa de muchas maneras, y cada quien tiene su propio modo de vivirlo.
Si este día te resulta difícil de llevar, hay varias estrategias que podrían ayudarte a afrontarlo de manera más saludable:
Enfócate en el autocuidado y trata de evitar la exposición a las imágenes idealizadas de las redes sociales.
Dedica tiempo a tus amigos y familiares, quienes también son una fuente importante de amor.
Considera tratar el 14 de febrero como cualquier otro día, sin darle mayor importancia.
Lo más importante es recordar que no hay una forma “correcta” de vivir esta fecha. Cada persona tiene el derecho de sentir, celebrar (o no) el amor de acuerdo con sus propios términos.