La Fórmula 1 se ha consolidado como el pináculo del mundo automovilístico, donde solo los pilotos más hábiles tienen el honor de competir. Esta categoría está impregnada de desarrollos tecnológicos que a veces parecen sacados de una película de ciencia ficción, y en ocasiones, vemos cómo esta tecnología migra a los coches de calle de las marcas involucradas en la competición.
Pero, ¿qué tan influyente es realmente la Fórmula 1 en la tecnología de los autos comerciales? Y, ¿hasta qué punto es una simple estrategia de mercadotecnia? Acompáñanos en un viaje por la historia y el impacto de la F1 en los coches que conducimos a diario.
¿Cuándo sí la F1 ha influido en los coches comerciales?
Muchos conocen la famosa frase “Win on Sunday, sell on Monday” en el mundo de las carreras de autos. Esta expresión se refería al efecto que tenían las victorias en la pista de carreras en las ventas de autos de calle. Es decir, si un coche tenía un buen desempeño en la competencia del fin de semana, las ventas de ese modelo se disparaban el lunes siguiente. La gente quería poseer el mismo coche que había ganado en la pista.
Este principio también aplica a la Fórmula 1. Aunque no podemos comprar un monoplaza de F1 para el uso diario, sí podemos adquirir un coche de la misma marca que lleva el “ADN” ganador. Como estrategia de mercadotecnia, esto es impecable. La conexión entre el éxito en eventos de gran relevancia en el mundo del motor y la satisfacción del cliente que adquiere un coche con un historial de victorias es innegable. Pregúntenle a los dueños de un Ferrari, McLaren, Mercedes o incluso Honda y Renault, y confirmarán que el prestigio y el respaldo de décadas de triunfos son razones de peso para invertir en estos vehículos.
Tecnología que cruza la línea de meta
Nuestros coches de calle pueden no llevar los mismos componentes mecánicos que un monoplaza de F1, pero definitivamente encontramos variaciones y adaptaciones de tecnología que se originaron en las pistas de carreras. Esto es evidente en elementos como el volante, los aceites, las transmisiones, los monocascos de fibra de carbono y mucho más.
Tomemos el volante como ejemplo. En un coche de Fórmula 1, es posible elegir mapeos de motor, operar el diferencial, ajustar los frenos y realizar cientos de funciones más. En los coches comerciales o de calle, los botones inicialmente estaban destinados al sistema de entretenimiento, pero ahora también controlan modos de manejo, configuraciones de suspensión y el control de tracción.
Los aceites utilizados para lubricar los motores de los autos de calle han sido perfeccionados gracias a la experiencia de las carreras de F1, donde los motores operan a temperaturas extremadamente altas durante la mayoría del tiempo. Empresas como Castrol, Mobil 1 y Shell han desarrollado fórmulas más duraderas que ayudan a prolongar la vida útil de los motores de nuestros vehículos.
La introducción del cambio secuencial en la F1 en los años 90 influyó en la tecnología de transmisiones semiautomáticas en los coches de calle, permitiendo cambios más rápidos y precisos. También podemos mencionar la adaptación de la fibra de carbono en los monocascos, la suspensión adaptativa que mejora la estabilidad y comodidad en nuestros autos, y los sistemas de recuperación cinética de energía (KERS) que ofrecen un impulso extra de poder a través de la energía generada en las frenadas.
Incluso los frenos de disco carboncerámicos, que surgieron de la Fórmula 1, están disponibles en algunos deportivos de calle, a pesar de su precio elevado. Estos avances demuestran cómo la F1 ha influenciado la tecnología automotriz.
Un equilibrio entre tecnología y mercadotecnia
Si bien los equipos de fábrica en la Fórmula 1 han llevado sus avances a los coches de calle, también han comprendido la importancia de la mercadotecnia para mostrar a los clientes cómo esta tecnología se traduce en los automóviles de uso diario. Es un trabajo conjunto en el que a veces la mercadotecnia domina, y otras veces, el avance tecnológico es la estrella.
Un ejemplo destacado de la migración de tecnología de F1 a las calles es el Mercedes-AMG Project One, un hipercoche que utiliza el mismo motor de un monoplaza de F1 con algunas modificaciones para ser legal y duradero en el uso cotidiano. Este vehículo representa la máxima expresión de la influencia de la Fórmula 1 en los coches de calle.
