La NASA está dando pasos hacia futuras misiones espaciales a la Luna y Marte mediante la prueba de Valkiria, un impresionante robot humanoide. Este avanzado robot tiene como objetivo mejorar las capacidades de operaciones robóticas remotas, y actualmente se está probando en una plataforma petrolera de alta mar en Australia.
Valkiria, el robot humanoide de la NASA
El programa Artemis de la NASA tiene como objetivo establecer presencia humana en la Luna como preparación para futuras misiones a Marte. Mientras se construye el cohete tripulado Artemis 2, la agencia espacial también está enfocada en el desarrollo de asistentes robóticos para colaborar en la construcción de una posible colonia lunar.
Valkiria ha sido cedido a Woodside Energy, una compañía energética con sede en Perth, Australia Occidental. Woodside Energy utilizará el robot para probar su software y proporcionar datos y comentarios a la NASA, acelerando así la maduración de la tecnología robótica espacial. Valkiria mejorará las capacidades de operaciones remotas robóticas en entornos difíciles, como alta mar, aumentando la eficiencia y la seguridad.
La experiencia adquirida al operar Valkiria en las instalaciones de Woodside será valiosa para el diseño de futuros robots destinados a trabajar en condiciones extremas, tanto en la Luna como en otros entornos hostiles. Estos robots móviles operados a distancia podrían desempeñar un papel crucial en la inspección, mantenimiento de infraestructuras y producción de recursos, lo que permitiría a los astronautas vivir fuera de la Tierra.
Valkiria, fabricado en 2013 por la Dirección de Ingeniería del Centro Espacial Johnson de la NASA, es un robot humanoide de 1,90 metros de altura y 125 kilos de peso. Sus piernas, manos y brazos están articulados y se mueven con destreza gracias a una batería de larga duración. Con más de 200 sensores, el robot analiza su entorno y elige la mejor superficie para desplazarse, lo que demuestra su capacidad para adaptarse a entornos extremos.
Con esta prueba en Australia, la NASA busca obtener datos y lecciones aprendidas que serán aplicados al desarrollo actual y futuro de la robótica y la automatización espacial. El objetivo final es allanar el camino para la colonización de Marte, una misión planeada para la década de 2030.