El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no es solo algo que afecta a los niños. Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), aproximadamente el 2.5% de los adultos también lo padecen. Sin embargo, muchas personas viven con esta condición sin siquiera saberlo. Es fundamental reconocer los síntomas del TDAH en adultos para obtener el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida.
Estos son 12 síntomas que podrían indicar la presencia de TDAH en adultos
- Falta de concentración. Dificultad para mantener el enfoque, perder la atención fácilmente, omitir detalles y no completar tareas.
- Hiperconcentración. Contrario a la falta de enfoque, algunas personas con TDAH pueden enfocarse tanto en algo que pierden la noción de su entorno.
- Desorganización. Dificultad para mantener una buena organización en la vida diaria, lo que afecta la planificación y la priorización.
- Problemas con el manejo del tiempo. Dificultad para manejar efectivamente el tiempo, lo que lleva a la procrastinación y retrasos.
- Olvido. Olvidar cosas constantemente, desde objetos hasta fechas importantes, afectando las relaciones y la vida cotidiana.
- Impulsividad. Interrumpir a otros, actuar sin considerar las consecuencias y hábitos de compra compulsivos.
- Problemas emocionales. Cambios de ánimo frecuentes, aburrimiento constante y búsqueda de emociones en caprichos.
- Autoimagen negativa. Sentimientos de bajo rendimiento, autocrítica y considerarse fallidos en diversos aspectos de la vida.
- Falta de motivación. Dificultad para mantener la motivación en tareas escolares, laborales o proyectos personales.
- Inquietud y ansiedad. Sensación de inquietud, dificultad para estar quieto y ansiedad constante debido a la mente hiperactiva.
- Fatiga. A pesar de la inquietud, muchas personas con TDAH experimentan fatiga debido a la concentración constante y otros factores.
- Problemas de salud física. Descuido de la salud física, dieta desequilibrada, falta de ejercicio y efectos negativos en la salud.
El TDAH en adultos puede afectar significativamente la vida cotidiana
Afortunadamente, existen opciones de tratamiento, como terapia cognitivo-conductual, organización profesional, hábitos de vida saludables y medicamentos. Habla con tu médico para encontrar la mejor opción para ti.
Si identificas estos síntomas en tu vida o en la de alguien cercano, es crucial buscar ayuda profesional para un diagnóstico preciso y el apoyo necesario. No estás solo en esto, ¡el tratamiento adecuado puede marcar la diferencia en tu calidad de vida!