El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, no solo por su delicioso sabor, sino por los efectos estimulantes y los beneficios que puede ofrecer a la salud. Sin embargo, como ocurre con muchos alimentos y bebidas, existen límites que es mejor no exceder. Diversos estudios han explorado cómo el café impacta a largo plazo en el cuerpo humano y, recientemente, la ciencia ha identificado una edad clave en la que su consumo podría comenzar a tener efectos adversos.
Los beneficios del café: Algo más que energía
Para millones de personas, el día no comienza sin una buena taza de café. La cafeína, su principal compuesto activo, es conocida por proporcionar un impulso de energía y mejorar el estado de alerta, algo que muchos necesitan para enfrentar su rutina diaria. Pero el café ofrece mucho más que solo ese “empujón” matutino.
La Academia Española de Nutrición y Dietética ha destacado las propiedades antioxidantes del café, subrayando que su consumo regular está relacionado con la prevención de diversas enfermedades. Entre sus beneficios se incluyen la reducción del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer, enfermedades hepáticas y cardiovasculares. Además, recientes investigaciones también han señalado su potencial para prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Especialistas han mencionadon que el café, cuando se consume en cantidades moderadas, puede ser un aliado de la salud, ayudando a mantener un organismo más sano y activo a lo largo del tiempo.
La ciencia establece un límite de edad
A pesar de sus múltiples beneficios, no todo en torno al café es positivo, especialmente en lo que respecta al envejecimiento. Un reciente estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) ha determinado que a partir de los 60 años de edad, las personas deberían considerar reducir significativamente su consumo de café. La razón detrás de esta recomendación radica en los efectos que puede tener la cafeína en el deterioro cognitivo, una preocupación cada vez más relevante en una población que envejece.
Según el estudio, el consumo excesivo de café a partir de esta edad puede acelerar el deterioro de funciones cognitivas como el pensamiento lógico, el razonamiento abstracto y el reconocimiento de patrones. Estos son factores esenciales para mantener una mente lúcida y en buen estado, especialmente en una etapa de la vida donde el riesgo de enfermedades neurodegenerativas es mayor.
¿Qué cantidad es segura?
La Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria recomienda un límite diario de 400 miligramos de cafeína, lo que equivale a unas 3 o 4 tazas de café al día. Sin embargo, más allá de esa cantidad, los efectos estimulantes de la cafeína pueden volverse contraproducentes, afectando la calidad del sueño, aumentando los niveles de ansiedad e incluso contribuyendo al deterioro cognitivo.
El estudio presentado en la AAIC recalca que esta recomendación no es estricta para todas las personas mayores de 60 años, sino que está dirigida principalmente a aquellos que ya presentan algún tipo de deterioro cognitivo leve. Para ellos, el café puede actuar como un acelerador de estos procesos degenerativos. Sin embargo, para aquellos que gozan de buena salud mental, limitar el consumo a 2 o 3 tazas al día sigue siendo la recomendación más saludable.
¿Dejar el café completamente? No necesariamente
Es importante aclarar que el estudio no sugiere que todas las personas mayores de 60 años deban abandonar el café por completo, sino que deben ser conscientes de su ingesta y los posibles efectos que esta bebida podría tener en su salud cerebral. Como muchos alimentos y bebidas, la clave está en la moderación.
El café tiene propiedades antioxidantes y puede seguir siendo una parte saludable de la dieta, siempre que su consumo se ajuste a las necesidades del cuerpo y la edad de la persona. De hecho, algunas investigaciones continúan respaldando los beneficios del café para la salud, siempre que no se abuse de él.
Alternativas al café para las personas mayores de 60
Si bien reducir el consumo de café no es una obligación absoluta, existen alternativas que pueden ayudar a mantener los niveles de energía y bienestar sin necesidad de recurrir a la cafeína. Algunas opciones incluyen:
- Tés de hierbas: El té verde o el té blanco son opciones más suaves que el café, con menos cafeína pero igualmente ricos en antioxidantes.
- Batidos verdes: Combinando espinacas, pepino y un toque de jengibre, puedes crear un batido energizante y saludable.
- Infusiones sin cafeína: Existen numerosas infusiones que proporcionan beneficios calmantes sin los efectos estimulantes de la cafeína.
- Agua con limón: Aunque sencillo, un vaso de agua tibia con limón en ayunas puede activar el metabolismo y brindar un despertar natural.
En definitiva, el café puede seguir siendo una parte importante de la dieta de las personas mayores de 60 años, pero con moderación. El impacto en el deterioro cognitivo y la salud en general es una realidad que debe tenerse en cuenta, pero no es necesario abandonar por completo esta bebida. Mantener una ingesta equilibrada y estar atentos a los signos del cuerpo es la mejor forma de disfrutar de los beneficios del café sin correr riesgos innecesarios.
