La reciente declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el aspartamo, un edulcorante utilizado en productos como refrescos light y chicles, ha generado preocupación entre los consumidores. Según dos paneles de la OMS, el aspartamo es considerado un “potencial cancerígeno”. Sin embargo, es importante analizar los detalles y tener en cuenta otras opiniones científicas antes de sacar conclusiones precipitadas.
Evaluaciones y recomendaciones de la OMS sobre el aspartamo
El aspartamo es uno de los edulcorantes más populares del mundo, presente en una amplia variedad de productos de consumo diario. Sin embargo, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), en su primera declaración sobre el aspartamo, lo clasificó como un “cancerígeno potencial” debido a la evidencia limitada que sugiere una posible asociación con el cáncer.
Es importante destacar que esta clasificación no considera la cantidad necesaria para que una persona esté en riesgo, un aspecto evaluado por el Comité Conjunto sobre Aditivos Alimentarios (JECFA) de la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Después de una revisión exhaustiva, el JECFA concluyó que no existen pruebas convincentes que demuestren daño causado por el aspartamo y recomendó que su consumo se mantenga por debajo de los 40 mg/kg al día, un nivel establecido desde 1981.
Es relevante destacar que varios científicos no vinculados a estas revisiones han señalado que la evidencia que relaciona al aspartamo con el cáncer es débil. Además, las asociaciones de la industria de alimentos y bebidas han respaldado la seguridad del aspartamo como una opción viable para las personas que desean reducir su consumo de azúcar.
La OMS también enfatiza que los niveles de consumo actuales de aspartamo no representan un riesgo significativo para la mayoría de los consumidores. Por ejemplo, según la OMS, una persona que pesa entre 60 y 70 kg tendría que consumir más de 9 a 14 latas de refresco al día para exceder los límites establecidos, una cantidad aproximadamente diez veces mayor que el consumo promedio.
La declaración de la OMS sobre el aspartamo como “potencial cancerígeno” ha generado inquietud en los consumidores. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen distintas perspectivas científicas sobre este tema. Mientras que la IARC indica una posible asociación, el JECFA no ha encontrado pruebas convincentes de daño causado por el aspartamo.
Las evaluaciones y recomendaciones actuales sugieren que el consumo moderado de aspartamo, dentro de los límites establecidos, no representa un riesgo significativo para la mayoría de las personas. Como siempre, es importante que los consumidores tomen decisiones informadas sobre su dieta y estilo de vida, y consulten a profesionales de la salud cuando sea necesario.