El “punto G” un punto y aparte en la sexualidad masculina.
La búsqueda del placer y la comprensión de la sexualidad humana han sido temas de interés y exploración a lo largo de la historia. Uno de los conceptos más conocidos y debatidos es el “punto G”, que durante mucho tiempo se ha asociado con la estimulación sexual en las mujeres. Sin embargo, cuando se trata de los hombres, el tema del “punto G” ha generado preguntas y curiosidad en muchos.
Es importante comenzar desmitificando la idea de que los hombres tienen un “punto G” análogo al de las mujeres. El concepto del “punto G” en las mujeres se refiere a una pequeña área dentro de la vagina que, cuando se estimula, puede provocar sensaciones placenteras intensas. En el caso de los hombres, no existe un punto específico que pueda considerarse como el equivalente exacto.
El punto G masculino es la próstata. Este se encuentra dentro del recto y una persona puede estimular la próstata interna o externamente. Aunque no está claro exactamente cómo la próstata proporciona placer, es posible que este provenga de la estimulación de los nervios conectados a la próstata. Otra teoría es que el cerebro pueda reforzar una relación positiva entre la estimulación de la próstata y el placer.
Los genitales masculinos, incluyendo el pene y los testículos, son áreas altamente sensibles que pueden responder a la estimulación sexual de diversas maneras.
La estimulación del “punto G” masculino, no se debe asociar únicamente con el sexo homosexual. Se trata de una práctica más dentro del juego erótico y sexual a la que puede recurrir también la pareja heteroxexual, o bien en solitario, como variante de la masturbación.
¿Cómo se estimula el “punto G”?
Preparación esencial.
Antes de comenzar, es importante recordar que el masaje prostático requiere un alto nivel de higiene, uñas bien recortadas y el uso de lubricante. Esto se aplica tanto si vas a realizarlo solo como si tienes a alguien contigo.
Paciencia y suavidad.
Inicia el masaje externo estimulando el perineo, que se encuentra entre los testículos y el ano. Esta es una zona erógena recomendada para comenzar. Tómate tu tiempo y procede con suavidad.
Estimulación interna.
Después del masaje externo, puedes introducir el dedo en el recto unos centímetros hacia el ombligo para encontrar la próstata. Si es tu primera vez, no te preocupes por hacer algo complicado. Explora esta área aplicando diferentes niveles de presión y busca las sensaciones más placenteras para ti.
Busca la excitación.
Recuerda que no estamos realizando un examen científico. Elige el momento adecuado para recibir el masaje y asegúrate de estar lo suficientemente excitado. Tu cuerpo trabajará contigo y todo será más fácil. Relájate y disfruta del proceso.
No olvides respirar.
Expertos, destacan que la respiración es esencial durante el juego anal, prostático y pélvico. Si contienes la respiración, tu cuerpo reacciona como si estuviera en una situación tensa y se tensará, incluso en esa área. En cambio, respirar adecuadamente estimula un estado de relajación. Tómate unos segundos para respirar y sentirás cómo tu cuerpo responde de manera diferente.
Uso de masajeadores
Aquí hay un par de consejos importantes: primero, antes de adquirir un masajeador de próstata, podrías probar con un vibrador u otro juguete sexual similar para acostumbrarte. En cuanto al masajeador, elige uno con una base amplia para evitar que se pierda. Además, es fundamental aplicar siempre suficiente lubricante.
Mejor acompañado.
Más allá de que es obviamente más placentero recibir ayuda de tu pareja durante este masaje, también es más sencillo en términos logísticos. No siempre es fácil mantener la posición adecuada y relajarse al mismo tiempo. Si deseas disfrutar al máximo, hazlo en compañía.
La estimulación adecuada del pene, ya sea a través de caricias, masajes, sexo oral u otras prácticas sexuales consensuales, también puede generar excitación y placer en los hombres. Además, algunas personas pueden encontrar sensaciones placenteras en áreas como el perineo, el escroto o la próstata.
Es importante destacar que la sexualidad es un espectro amplio y diverso, y las preferencias y experiencias sexuales pueden variar significativamente de una persona a otra. La exploración y la comunicación abierta con la pareja son fundamentales para descubrir lo que resulta placentero y satisfactorio para cada individuo.
En última instancia, más allá del mito del “punto G” en los hombres, la clave para una vida sexual plena y satisfactoria radica en la comprensión de la propia sexualidad y en la comunicación abierta y respetuosa con la pareja. Cada individuo tiene la capacidad de descubrir y explorar su propio cuerpo y sus sensaciones eróticas, sin limitarse a estereotipos o expectativas preconcebidas.