Para muchos, el placer de saborear un vino tinto se ve empañado por un dolor de cabeza posterior, un misterio que, finalmente, podría tener una explicación científica. Un estudio reciente señala hacia la quercetina, un compuesto encontrado en la piel de las uvas, como el posible desencadenante de este malestar.
¿Por qué el vino tinto puede causar dolores de cabeza? La clave está en la quercetina
Este antioxidante, presente en varias frutas y verduras, incluyendo la piel de las uvas, podría ser responsable de interferir con el metabolismo del alcohol en el cuerpo humano. Investigaciones en laboratorio sugieren que la quercetina inhibe una enzima crucial, la aldehído deshidrogenasa (ALDH), que desempeña un papel clave en la metabolización del alcohol en el hígado.
Normalmente, cuando consumimos alcohol, este se descompone inicialmente en acetaldehído, un compuesto tóxico, por la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), que luego se transforma en una forma menos tóxica por la ALDH. Sin embargo, la presencia de quercetina puede obstaculizar este proceso, lo que lleva a una acumulación de acetaldehído en el cuerpo, desencadenando síntomas como enrojecimiento, dolores de cabeza y náuseas.
Aunque estos hallazgos aún deben confirmarse en estudios con humanos, los investigadores sugieren que la alta concentración de quercetina en el vino tinto podría ser responsable del tan temido dolor de cabeza. El Dr. Morris Levin, coautor del estudio, señaló que este descubrimiento podría arrojar luz sobre un enigma que ha desconcertado a los amantes del vino durante siglos.
Hasta ahora, diversas teorías habían intentado explicar este fenómeno, culpando a los sulfitos o a la histamina presentes en el vino. Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que la quercetina podría ser el factor clave. Los investigadores planean realizar pruebas en humanos para confirmar esta hipótesis, analizando las reacciones a diferentes tipos de vinos tintos con variaciones en los niveles de quercetina.
En caso de confirmarse, estos hallazgos podrían abrir puertas a nuevas opciones para los consumidores, permitiéndoles elegir vinos con niveles más bajos de quercetina. También ofrecería a los enólogos la oportunidad de ajustar los procesos de elaboración del vino para reducir la presencia de este compuesto.
La quercetina, producida cuando las uvas están expuestas a la luz solar, varía en cantidad dependiendo de la región y del proceso de elaboración del vino. Esta información podría ser útil para los bebedores y productores, brindando la posibilidad de tomar decisiones más informadas en la elección de vinos que minimicen los efectos no deseados.