Un amigo, conocedor de las últimas tendencias en cine para adultos, me habló del HuCow. “Busca videos de eso en páginas de porno y verás lo extraño que es”. Dos semanas después cedí a la curiosidad y busqué videos sobre eso.
Lo primero que apareció fue una mujer joven en un granero llevando un bikini con estampado de vaca y una diadema con cuernos y orejas del mismo animal. Sus senos son generosos. Un hombre entra, vestido de granjero, y se hinca al lado de ella. Le toca los senos y alaba su tamaño. Le dice que seguro hay mucha leche en ellos y que es una buena chica para la ‘reproducción’.
Procede a penetrarla y termina adentro de ella.
Ese fetiche llamado HuCow
El HuCow es un fetiche y el cine porno aprovecha la tendencia porque hay mercado para esta clase de videos que sacian el deseo de hombres (y seguro mujeres) que tienen alguna obsesión con ver a personas vestidas de vacas teniendo sexo.
El propio término ya nos encamina a darnos cuenta de lo que se trata: HuCow (una combinación de las palabras “humano” y “vaca”). Si navegas en páginas de cine pornográfico verás que hay de todo: desde porno HuCow con pareja y en solitario hasta HuCow animado.
¿Pero qué atractivo hay en ver a un humano haciéndose pasar por animal?
Justin Lehmiller , investigador del Instituto Kinsey, afirma: “En mi investigación, he descubierto que los hombres gays y bisexuales tienen mayores tasas de fantasías sobre la transformación física en general que sus homólogos cisgénero/heterosexuales”.
Tanto los videos como la práctica HuCow en la vida real tienen dos roles bien definidos: una mujer sumisa que interpreta a la vaca y un hombre (o mujer) que hace el papel del dominador. En foros como Reddit se habla del tema de manera abierta.
Las experiencias eróticas de hacerse pasar por algo que no eres funcionan a modo de desvinculación de la realidad, lo cual puede ser divertido cuando exploras maneras distintas de vivir tu sexualidad. De esta manera se desafían las normas sociales establecidas sobre el cuerpo y la sexualidad. Todo es sano mientras sea un acuerdo entre ambas partes, desde luego.
“Es una oportunidad para ceder el control, entregarse y satisfacer una necesidad específica sin tener que pensar demasiado”, afirma Gigi Engle, terapeuta psicosexual certificada.
Senos y lactancia
La tendencia HuCow destaca por el fetichismo que existe por los pechos grandes (enormes), que muestran las actrices que actúan como la parte dominada. Sus compañeros de escenas alaban precisamente lo grandes y hermosos que son.
Por otro lado, el aspecto de la lactancia llama la atención. Las actrices que actúan como las vacas tienen el poder y el atractivo de dar sustento a otra persona, de alimentarla con su cuerpo.
Una de las actrices más famosas de esta práctica o tendencia es Beefboi, quien tiene un gran aprecio en la comunidad HuCow: “Antes me avergonzaba lo grandes y definidos que eran mis senos, pero ser una HuCow me ha ayudado a aceptar mi cuerpo”, dice.
HuBulls, lo contrario a las HuCow
Y si hay vacas, entonces debe existir su contraparte, los toros. En este sentido, en el cine porno también podemos encontrar a los HuBulls, hombres que destacan por un pene de gran tamaño. El juego para los HuBulls consiste en “ordeñar” estos miembros hasta hacerlos eyacular.
Los HuBulls ‘terminan’ o se ‘liberan’ en una o un HuCow. Por lo tanto, el o la HuCow satisface las necesidades del HuBull, un semental y utilizado para reproducirse con HuCows innumerables ocasiones.
¿Ya conocías la tendencia HuCow?